Revista Ecos de Asia

Patriarcado a lo Bollywood en “Badrinath Ki Dulhania” (2017)

En marzo de este año se estrenaba en la India la comedia romántica Badrinath Ki Dulhania[1] que, en tono ligero, trata algunos de los temas más controvertidos de la sociedad actual en el subcontinente indio, como son los matrimonios concertados, la violencia de género o la pervivencia de ciertos usos y costumbres fuertemente enraizados en la tradición patriarcal.

Cartel promocional de la película.

La acción se sitúa entre las pequeñas ciudades de Jhansi y Kota, en las que el matrimonio concertado y el pago de una dote por este son realidades aún muy vivas. La voz en off del narrador va relatando, de modo irónico y en clave económica, las diferencias de género que existen ya desde el nacimiento, de forma que un niño es visto como una ventaja y una niña como un lastre puesto que, a pesar de lo inteligente y dotada que sea la muchacha, esta nunca supondrá un beneficio económico para su familia.

De esta forma, conocemos al protagonista, Badrinath (o Badri) Bansal (interpretado por Varun Dhawan), un joven atractivo y de buena familia que trata de buscar esposa ayudado por su inseparable amigo Somdev (Sahil Vaid), quien regenta una empresa matrimonial. Cuando ambos acudan a una boda en la ciudad vecina, se producirá el encuentro con la bella Vaidehi Trivedi (a quien da vida la actriz Alia Bhatt), una joven independiente y bien preparada que trata de encarnar a la mujer india moderna. Tras intercambiar un par de frases y un baile (como no podría ser de otro modo tratándose de una película bollywoodense) está claro que sus caracteres son completamente opuestos: él es un machista iletrado cuya inmediata aspiración es casarse (eso sí, por amor); mientras que ella es una mujer inteligente que rehúye el matrimonio (por un tema de corazones rotos) y desea labrarse una carrera profesional de altura.

Número musical titulado “Aashiq Surrender Hua”, que hace precisamente referencia a la “rendición” que pretende Badri, y que supone el inicio de su conquista.

Comienza aquí una nada sutil estrategia de seducción por parte de Badri, consistente en perseguir a Vaidehi allá donde va, e incluso realizar una petición oficial ante sus padres. La muchacha lo rechazará sin contemplaciones, hasta que sus defensas caigan y le proponga un trato: si él consigue encontrar un pretendiente para su hermana mayor, ella se casará con él.

Hasta aquí podríamos decir que la película sigue un guion convencional, aunque con ciertos saltos temporales hacia el pasado que nos permiten explorar con mayor profundidad las motivaciones de los protagonistas, y que previsiblemente concluye con una boda “tipo Bollywood” por todo lo alto. Sin embargo, y aunque el final feliz viene totalmente asegurado por las necesidades de la industria india, se producen una serie de giros argumentales que analizaremos a continuación y sobre los cuales prevenimos al lector interesado, para evitar desvelar el resto del filme.

Vaidehi escapará en el último segundo, abandonando a Badri en el altar, destrozando así el corazón de él pero también su propia reputación. Tras ello la muchacha huirá a Singapur para formarse y trabajar como azafata de vuelo. Ante semejante deshonra, el señor Bansal exhortará a su hijo para que vaya en su busca con la intención de traerla de vuelta y asesinarla, en un claro caso de “crimen de honor”. El protagonista, en lo que parece un momento de enajenación, la secuestra metiéndola en el maletero de su coche pero, cuando ya está estrangulándola en un arcén, el “amor” que siente por ella detiene su mano y es incapaz de concluir el crimen. En su lugar, acaba persiguiéndola ebrio y golpeando a cualquier hombre que se le acerca, en un ataque de celos que concluirá con él en prisión. Los trámites de su fianza les llevarán a pasar unos días juntos en Singapur, en lo que resultan ser una divertidas vacaciones que propician el florecimiento de la confianza, la amistad y, por qué no, el amor entre los protagonistas.

Imagen de los enamorados en un fotograma del filme.

Badri regresará a la India y se enfrentará a su familia, proclamando su amor por Vaidehi y avisándoles de que romperá con sus anquilosadas tradiciones para permitirle a esta tener la carrera profesional que merece y tratarla, desde ese momento, como a una reina.

Este somero resumen del argumento debería parecer suficientemente alarmante por su contenido machista, pero pese a ello vamos a adentrarnos aún más en los aterradores vericuetos del patriarcado indio que muestra el filme.

En primer lugar encontramos el paradigma de mujer ideal: ama de casa y sumisa. Cuando el cabeza de familia y padre de Badri se encuentra realizando entrevistas a las posibles candidatas para casarse con su hijo, se enfrenta a un abnegado padre que pretende que su hija trabaje tras el enlace: “¿De verdad crees que decidirás lo que hará tras el matrimonio?” –apunta irónico- “Esta es mi nuera, tiene más formación que tu hija pero nunca tuvo la estúpida idea de trabajar”.

Por otro lado, la voz femenina resulta un molesto ruido que es mejor desoír. Cuando Badri pida consejo a su hermano mayor, se producirá una conversación tan indignante como ilustrativa:

– ¿Has hablado con ella?

– ¿De qué?

– ¿Quiere casarse contigo?

– Sus padres lo quieren… y no encontrarán uno mejor que yo en toda la ciudad.

En tercer lugar, el acoso resulta ser la mejor vía hacia el corazón de la enamorada. Tras perseguirla por toda la ciudad, Badri llega incluso a subirse a un autobús donde no para de hablarle, tratando de convencerla de que es un gran partido. Aunque ella se defiende verbalmente con suficiente soltura, otro hombre del autobús intenta defenderla del acoso, lo que provoca que el muchacho se vuelva violento y acaben echándolo. Este episodio no puede sino traer a la memoria los trágicos sucesos que en 2012 hicieron que las agresiones machistas en la India saltaran a los noticiarios internacionales.

Y, por último, del argumento se deduce que la violencia, con amor, merece el perdón. A pesar de que Badri secuestra y amenaza de muerte a su enamorada, ataca violentamente a sus amigos o conocidos, y se presenta borracho en su trabajo entrando por la fuerza, esto es aparentemente justificable por el peso de la tradición familiar, las presiones paternas, el orgullo herido o el alcohol… y todo es al fin perdonado.

Los protagonistas, en un momento del filme.

Por supuesto que la película tiene multitud de momentos ligeros y divertidos, grandes gestos románticos y toques de ironía con guiños cinematográficos, como las referencias a galanes de Bollywood de la talla de Shah Rukh Khan o Hrithik Roshan, o al famoso programa televisivo India’s Got Talent. Asimismo, la lectura crítica del filme permite defender dos posiciones contrapuestas: por un lado, la más evidente desde el punto de vista occidental, es aquella de escandalizarse ante la idea de que, en pleno siglo XXI, consiga llevarse a cabo un filme en el cual la protagonista tolera tal carga de machismo para finalmente acabar jurando amor eterno a un espécimen que eleva el machismo a cotas inusitadas; pero, por otro lado, están aquellos que ven la película como una oportunidad para tratar estos temas en un contexto cómico y provocar una conversación social necesaria, sin por ello renunciar a una amplia audiencia (y los beneficios económicos que ello conlleva).

Si uno consigue acallar sus neuronas, disfrutará de un entretenimiento de más de dos horas de puro Bollywood, con atractivos protagonistas, vivaces diálogos, trajes coloristas y pegadizos ritmos; pero si se produce la sinapsis y el despertar de la conciencia, descubrimos que estamos riendo y bailando mientras perpetuamos unos comportamientos machistas altamente peligrosos. Esta ambivalencia moral, para nada exclusiva del cine indio sino extrapolable al ámbito occidental, es la piedra de toque del filme y lo que le ha supuesto casi tantas críticas como alabanzas.

Tráiler de la película.

Para saber más:

  • Ficha de la película en IMDb.
  • Crítica especialmente ácida publicada en la versión india del Huffington Post.

Notas:

[1] Badrinath Ki Dulhania (2017). País: India. Dirección: Shashank Khaitan. Guion: Shashank Khaitan. Fotografía: Neha Parti Matiyani. Reparto: Varun Dhawan, Alia Bhatt, Gauhar Khan, Girish Karnad, Shweta Prasad, Sahil Vaid, Shiv Darshan, Anupama Kumar, Puneet Singh Ratn, Namit Shah, Aakanksha Singh, Mohit Marwah, Anmol Jain. Productora: Dharma Productions. Idioma: Hindi.

avatar Laura Martínez (173 Posts)

Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte de la misma, con especialización en Cine. Actualmente realiza estudios de Doctorado en la Universidad de La Rioja.


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One Comment

  1. JOSE (Chile)
    12/01/2018
    avatar

    Tuve la oportunidad de estar pasando una temporada en India para cuando comenzó la promoción de esta película, estaba muy buen amarrada con el famosísimo festival de Holi que se celebró el 11 de marzo, siendo el estreno de la película el 10 de marzo, el tráiler por entonces aparecía en cada pantalla que vieras: restoranes, estaciones, en las mismas casas, etc. Para cuando fue su estreno, obviamente fui, porque su sola música y colorido ya me habían atrapado mirando a cada rato el tráiler de la película.

    Es una película a mi juicio muy entretenida y por cierto con esa carga machista tan propia de la India, pero también muy común en países como México, Chile y en Latinoamérica en general, está hecha de tal forma que todo parece ser correcto, incluso la ira del protagonista en algunos pasajes y la sumisión de la protagonista en otros… no sé si en India dio para ese diálogo necesario sobre el machismo – violencia – matrimonio concertado – crimen de honor. Más bien toda la gente con la que vi la película y otros que la vieron en otros momentos solo hablaban de la belleza de sus protagonistas, lo genial de los coreos y lo alegre de las canciones, que por cierto se escucharon a cada momento en todos lados.

    A mí, me encantó.

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