Revista Ecos de Asia

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This article was written on 28 Mar 2014, and is filled under Cine y TV.

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Anime con sabor español: Gisaku.

Cartel de la película.

Cartel de la película.

La industria de la animación en España se caracteriza por ser una industria endeble, en la que hasta las empresas responsables de los mayores éxitos caen en quiebra (como es el caso de la productora responsable de Pocoyó, que pese a ser una de las series de mayor éxito de la historia de la animación española, entró en febrero de 2014 en concurso de acreedores). Sin embargo, la complicada situación que ha tenido siempre la animación en España a nivel empresarial o de financiación ha venido compensada por una gran capacidad de iniciativa: sin ir más lejos, fue el primer país que realizó un largometraje animado fuera de Hollywood (Garbancito de la Mancha, 1945). En 2005, se convirtió también en el primer país europeo en realizar una película según el estilo del anime japonés, Gisaku.

Pabellón de España en la Exposición Universal de Aichi.

Pabellón de España en la Exposición Universal de Aichi.

En 2003 la Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales (SEEI) convocó un concurso para sacar adelante un proyecto destinado a la Exposición Universal de Aichi que se celebraría en 2005. La idea era una película de animación que resultase interesante al público japonés y mejorase la imagen que los japoneses tenían de España, promocionándola como destino turístico. El concurso reunió a diez empresas del sector, siendo Filmax Animación la elegida para llevarlo a cabo. Ya desde la propia productora se considera a Gisaku como una película carente de importancia, realizada para cubrir expediente. Cuenta con un presupuesto de cuatro millones de euros, contando en este sentido con la participación del propio SEEI.

Escultura conmemorativa de Hasekura Tsunenaga en Coria del Río (Sevilla).

Escultura conmemorativa de Hasekura Tsunenaga en Coria del Río (Sevilla).

Toma como inspiración un hecho real, la embajada japonesa enviada a España y a Roma entre los años 1613/14 y 1620, conocida como Embajada Keichô.[1] Esta embajada, que tuvo lugar en las postrimerías del conocido como Siglo Ibérico, respondía a una iniciativa del daimio o señor feudal de la región de Sendai, Date Masamune, con el objetivo de entablar relaciones de una parte, comerciales con España y, de otra parte, religiosas, con Roma. Esta embajada estuvo encabezada por Hasekura Tsunenaga, samurái de confianza de Masamune, y tuvo que lidiar con enormes dificultades. En primer lugar, con las de la propia ruta, atravesando los dos grandes océanos y el continente americano en un viaje de más de un año de duración (la nave, el Date Maru o San Juan Bautista, salió de Japón el 28 de octubre de 1613 y alcanzó las costas de la Península Ibérica en octubre de 1614, a lo que hay que sumar el trayecto por tierra). Hasekura se entrevistó primero con Felipe II, y después fue recibido en audiencia por el papa Paulo V en Roma. A su vuelta de Roma, volvió a entrevistarse con Felipe II, para llevarse firmados tratados comerciales, sin embargo, el rey español se negó, debido a la situación política que se estaba produciendo en Japón, con las primeras expulsiones de cristianos, un proceso que culminaría con el cierre de fronteras o sakoku que caracterizaría el periodo Edo de la historia nipona (1603-1868). No solo Hasekura no consiguió las firmas de  los tratados comerciales, sino que su vuelta a Japón fue muy complicada por su afinidad al cristianismo (se había convertido, incluso, bautizándose durante su estancia en la Corte madrileña). Después de su vuelta a Japón en 1620, se desconoce cuál fue su situación hasta su muerte en 1622. Sin embargo, toda esta historia de la Embajada Keichô solo sirve de excusa para la premisa inicial y la ambientación.

Yohei y sus compañeros combatiendo contra Gorkan.

Yohei y sus compañeros combatiendo contra Gorkan.

Se inicia con un prólogo, en Japón, donde una orden samurái custodia un amuleto, la llave de Izanagi, que abre la puerta entre el mundo real y el mundo de los espíritus. Al principio, una puerta se abre, y Gorkan, un malvado demonio, llega al mundo de los vivos. Tras una batalla, en la que la orden samurái es arrasada, la puerta se cierra, quedando el demonio debilitado. Yohei, único superviviente de la masacre, cruza, como parte de la embajada histórica, el Pacífico hasta México, y el Atlántico hasta España, donde esconde las cuatro piezas en las que se divide la llave: corazón, imaginación, sabiduría y naturaleza, y después, entra en letargo.

Yohei descubriendo la Sevilla actual.

Yohei descubriendo la Sevilla actual.

Tras este prólogo, la historia comienza cuando Riki, un niño sevillano, se topa con Yohei, que acaba de despertar. Ambos, junto con Gisaku, un pequeño cachorrito de león compañero de Yohei, emprenden la búsqueda de los fragmentos de la llave antes de que se abra el portal al inframundo a través del cual Gorkan puede invocar a su ejército de demonios ayudándose del amuleto. Durante su recorrido, se les unirán Linceto, un lince transformado en semihumano, y Moira, una estudiante prodigio con un secreto oscuro.

gisaku 14Juntos recorren la geografía española, desde Sevilla hasta Barcelona, pasando por Santiago de Compostela, el Valle del Jerte o Valencia, y haciendo hincapié en las bondades de la gastronomía española, de su desarrollo tecnológico y de su riqueza cultural. Finalmente, se producirá el enfrentamiento con Gorkan, y no será Yohei, sino Gisaku, quien le plante cara, puesto que el cachorrito no es otra cosa que otro poderoso demonio, de buen corazón. Al destruir a Gorkan, Gisaku adquiere dominio sobre el portal abierto, que permite a los personajes retroceder en el tiempo hasta el momento en que deseen: Linceto vuelve a ser un lince, Moira tiene la oportunidad de triunfar por sí misma, Riki salva a sus padres del accidente de coche en el que habían muerto dos años atrás, y Yohei regenta una taberna japonesa en Sevilla.

La gastronomía española, con la tortilla, el jamón y el vino en cabeza, tiene una fuerte presencia en la película.

La gastronomía española, con la tortilla, el jamón y el vino en cabeza, tiene una fuerte presencia en la película.

Pero, realmente, poco importa. Poco importa la batalla final, poco importa el resultado. Se nota de principio a fin el desinterés que Filmax puso en la película, y es una lástima, ya que, aunque se tratase de un encargo con unas características muy determinadas y un objetivo muy concreto, bien llevado podría haber resultado un producto comercialmente atractivo, y hubiera podido rentabilizarse. Sin embargo, aunque fue estrenada en los cines en 2006, su recaudación fue de 133.292,67 euros, frente a los cuatro millones que había costado.

El grupo protagonista.

El grupo protagonista.

Se pretendió emplear el estilo japonés, sin embargo, estéticamente, resulta más bien híbrida, los personajes tienen ciertos rasgos propios del anime, pero no característicos. El personaje de Yohei es el que podría considerarse estilísticamente más manga, en relación con algunos seinen de temática samurái. Sin embargo, Moira recuerda en muchos aspectos a una versión madura de Kim Possible (Disney Channel, 2002-2007), Riki tiene mucho en común con los jóvenes protagonistas de series como En busca de Carmen San Diego (FOX, 1994-1999) o La Momia: la serie animada (Universal Cartoon Studios, 2001); Linceto, por su parte, también tiene mucha más relación con personajes híbridos humano-felino de series americanas. Prácticamente toda la acción se desarrolla en España, así que tampoco ahí puede encontrarse una conexión con el estilo japonés de animación que, pese a todo, destila la película, basado en forzadas referencias, recursos y un retorno constante a la mitología japonesa. Quizá lo mejor resuelto en este sentido sean las escenas de acción, que sí se aproximan más a la forma de representación del anime.

Xi Avant.

Xi Avant.

No puede evitarse, en cierta medida, la comparación con un cortometraje japonés de 2011, Xi Avant, de Kenji Kamiyama. Este corto es también una obra publicitaria, que trata de dar una visión del uso de las modernas tecnologías (igual que Gisaku trata de vender el adelanto tecnológico español), ambientado en Barcelona, que presenta la ciudad al público nipón. Este pequeño comercial, de apenas tres minutos y medio de duración, es en cierta manera lo que Gisaku pudo haber sido y no fue, una obrita original, realizada con mimo, que aunque tiene como objetivo principal y punto de partida el promover las ventas, consigue hacer una historia que atrapa, con coherencia y bien resuelta.

Para saber más: 

Notas:

[1] El cuarto centenario de la Embajada Keichô ha dado lugar a las celebraciones del Año Dual España – Japón. Puede consultarse toda la programación en torno a esta conmemoración en la web oficial: http://www.esja400.com/es/

avatar Carolina Plou Anadón (272 Posts)

Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Autora del libro “Bajo los cerezos en flor. 50 películas para conocer Japón”.


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