Girl’s blood es un espectáculo de lucha femenina que ofrece a sus clientes cada noche la posibilidad de ver a jovencitas japonesas darse patadas y puñetazos y, además, charlar con estas luchadoras cuando no están en el ring. Estas expertas en artes marciales visten con sus trajes y uniformes particulares y la mayoría adoptan un papel determinado a desarrollar durante el espectáculo. La película se centra en cuatro de estas jóvenes: Satsuki (Yuria Haga), de carácter solitario y reservado que esconde un lesbianismo reprimido, Miko (Ayame Misaki), una dominatrix con un corazón de oro, Mayu (Rina Koike), la sweet lolita recién llegada, y por último, pero no menos importante, Chinatsu (Asami Tada), una mujer atractiva y misteriosa que ha huido de un marido que la maltrataba física y psicológicamente, pero que es una luchadora letal en el ring.
Cuando Chinatsu se une al espectáculo, hay una tremenda rivalidad entre ella y las chicas por su brutalidad en la lucha, que contrasta con su aspecto dulce. Consigue derrotar sin esfuerzo a Miko y a la mismísima Satsuki, quien, lejos de aceptar la derrota, desea tener pronto la revancha. Sin embargo, al acabar la noche, Chinatsu deja a Satsuki completamente confundida ante su intento de seducción. Todo ello derivará en una historia de amor que entra en conflicto cuando el marido de Chinatsu consigue encontrarla. Al sentirse humillado por Satsuki, recopila pruebas suficientes para suspender Girl’s blood para siempre, pero las chicas se unirán contra él y acuerdan celebrar un combate de tres contra tres en el que se decidirá el destino de todos ellos. En la batalla final, Satsuki se verá obligada a enfrentarse a Chinatsu.
Basada en la novela de 2003 de Kazuki Sakuraba titulada Aka x Pinku, Girl’s blood o Red x Pink (Aka x Pinku, Koichi Sakamoto, 2014) no es sólo una película aparentemente ligera que nos ofrece la posibilidad de ver a chicas atractivas con poca o nada de ropa luchando entre ellas, con moderadas dosis de desnudos y softcore, sino que intenta ir más allá. Nos encontramos con una temática poco desarrollada en películas comerciales japonesas: el amor lésbico, que entra abiertamente en conflicto con la llegada de los hombres de nuevo a sus vidas, como el novio de Mayu o el marido de Chinatsu. Uno no espera encontrarse con este tema en una película aparentemente exploitation,[1] al menos tratado con seriedad o profundidad, más allá del flirteo o de las ganas de enseñar carne. Cada chica, además, tiene una historia vital oscura que explica su forma de ser y que ayuda a comprender la manera de actuar de cada una.
Este fotograma es elocuente de cómo Girl’s blood parecía plantearse, pero la película tiene mucho más.
Lo que tienen en común las cuatro protagonistas es la lucha. Girl’s blood no es sólo su forma de vida, las artes marciales son su vehículo de escape de la realidad y el espectáculo es un lugar en el que pueden ser como ellas quieran, pero también la lucha es una manera de encontrarse a sí mismas, superar sus miedos y aceptarse tal y como son. Satsuki había huido de casa y se sentía profundamente confusa y culpable acerca de su sexualidad; Mayu había aceptado toda su vida que la tratasen, literalmente, como a un bebé e intenta superar un trauma; Miko había tenido una relación amorosa con su padrastro hasta que su madre se enteró y la echó de casa, y Chinatsu había tenido que soportar constantes vejaciones en su matrimonio, a pesar de ser una luchadora experta descendiente de un maestro en artes marciales. Esta preocupación por desarrollar psicológicamente a los personajes no es lo que nos encontramos en películas de este estilo, así que resulta ser una grata sorpresa.
Por otro lado, a Girl’s blood le sobra metraje por todas partes. Aunque las escenas de acción se desarrollan a un ritmo rápido esperable, el resto de secuencias son tan lentas que afectan al resultado final de la película y puede resultar excesivamente larga. Como cabía esperar, hay también escenas de sexo lésbico, pero resultan un tanto frías, irreales e incluso forzadas. A pesar de todo, es una película de acción recomendable por cuestionarse las reglas del género y explorar temas inesperados.
Tres de las cuatro protagonistas se preparan para el combate final. En primera fila y de izquierda a derecha son Miko, Satsuki y Mayu.
Para saber más:
Notas:
[1] “Término anglosajón cuya traducción es «explotación» y que se utiliza para designar aquellas producciones comerciales que aprovechan éxitos ajenos, o se sirven de fórmulas prefijadas, para atraer la atención del espectador a base de golpes de efecto. […] Aunque la exploitation se coge a todos los géneros, el terror es uno de sus preferidos.” De Serrano Cueto, José Manuel. Horrormanía: enciclopedia de cine de terror. Madrid, Alberto Santos, 2007. Pp.143-144.