Revista Ecos de Asia

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This article was written on 15 Dic 2015, and is filled under Cine y TV, Crítica.

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EVEREST de Baltasar Kormakur (2015): haciendo fila en la cima del mundo

El cine está plagado de películas sobre todo tipo de hazañas y desgracias alpinas que son, en su mayor parte, documentales que retratan lo más fielmente posible los hechos acontecidos en la montaña. Un buen ejemplo podría ser The Summit (2012), cuya acción tiene lugar en el K2. Pero también nos encontramos numerosos films de ficción que, a modo de cine de aventuras o de acción, según como se mire, nos cuentan una historia. Límite vertical se ha convertido en una de las más conocidas dentro del género del alpinismo, aunque en ocasiones parezca más de ciencia ficción. Everest, por el contrario, es más lógica y creíble, pues está basada en hechos reales, concretamente en los acontecimientos que tuvieron lugar el 10 de mayo de 1996 en dicha montaña.

Rob Hall (Jason Clarke) hablando por un teléfono satélite en el campamento base.

Rob Hall (Jason Clarke) hablando por un teléfono satélite en el campamento base.

La película nos va introduciendo poco a poco en el clima que reinaba entonces en el techo del mundo. Rob Hall (Jason Clark) era uno de los líderes de una empresa australiana de alpinismo dedicada a subir a otros montañeros al Everest por un “módico” precio. Su mujer (Keira Knightley) solía escalar con él, pero en esta ocasión se queda en casa, pues está embarazada. Junto a él está Scott Fischer (Jake Gyllenhaal), otro montañero que rápidamente formó su propia empresa con el mismo propósito. Entre sus clientes están estrellas como el actor Josh Brolin, que hace del típico ricachón que cree que el dinero lo compra todo. Ambos van a llevar a la cima a dos grupos, pero debido a ciertos problemas acaban teniendo que colaborar para poder subir. El clima parece que acompaña, hasta que una tormenta se acerca.

El film muestra la preparación que requiere semejante hazaña, el largo camino que hay que recorrer hasta llegar al campo base del Everest y las pequeñas subidas que hay que hacer para aclimatarse a estar a tanta altura. Vemos también cómo cada empresa tiene una política diferente a la hora de elegir a sus clientes y cómoeste pequeño detalle puede suponer una gran diferencia a la hora de la verdad. Algunas de estas empresas aceptaban (y puede que hoy esto siga sucediendo) a cualquier cliente con tal de que tuviera el dinero para pagar la expedición, sin embargo podían no estar preparados para subir un 8000.

Fotografía del equipo original de Rob Hall (sentado en primer plano, el tercero por la derecha) tomada antes de iniciar la subida al Everest en mayo de 1996.

Fotografía del equipo original de Rob Hall (sentado en primer plano, el tercero por la derecha) tomada antes de iniciar la subida al Everest en mayo de 1996.

El grupo de escalada de Rob Hall estaba formado por personas con mucha experiencia en la montaña, pero también por otras que no tenían tanta. La crítica a este hecho es muy evidente y ya se encontraba en la principal fuente para la película: el libro de Jon Krakauer, un periodista que estuvo allí aquel fatídico día. También podemos ver las consecuencias de las aglomeraciones que había y que sigue habiendo para subir a la montaña. Este acervo de montañeros, fruto de la sobreexplotación de ese negocio, es la principal razón que causa las negligencias que después terminan en desastre. Que haya que hacer cola para subir a la cima del Everest parece de risa, ¡como si estuvieran esperando para subirse al Dragon Khan en Port Aventura!

La tormenta se avecina durante el inicio de la ascensión.

La tormenta se avecina durante el inicio de la ascensión.

Otro tema que en ocasiones parece ser dejado de lado es la representación de la cultura local. En Everest vemos cómo los montañeros forman parte del ritual para bendecirlos antes de iniciar el ascenso. Pero también vemos cómo son los sherpas los que mejor conocen la montaña, cómo son ellos quienes abren camino en los lugares más peligrosos y cómo llevan los materiales más pesados. Pero no solo eso, además es a ellos a quienes se envía a hacer un rescate cuando las condiciones son desfavorables,y ellos suben, pues es su trabajo y les pagan para ello, sin embargo sus vidas son puestas en peligro. Quizás sean los grandes olvidados cuando una tragedia acontece en las montañas, y a este respecto, es interesante el documental Sherpa (2015),  de Jennifer Peedom, sobre la avalancha que tuvo lugar en el Everest en 2014, en la que murieron dieciséis sherpas.

Imagen de la ascensión al pico más alto del mundo.

Imagen de la ascensión al pico más alto del mundo.

No puede decirse que Everest sea una película perfecta, pero es sumamente entretenida e interesante en la que, lejos de primar lo sentimental, se muestra con la mayor verosimilitud posible una historia que vale la pena ser contada. Una de sus mayores virtudes es la fotografía, aunque con ese espectacular paisaje malo sería que no lo hubieran conseguido. La película avanza con pies de plomo, sin arriesgar, pero cuando empieza el caos el film adquiere buen ritmo y la tensión hace que se nos pongan los pelos de punta.

Para saber más:

avatar Marina Royo (14 Posts)

Licenciada en Historia del Arte y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Se ha especializado en Cine, y particularmente en adaptaciones literarias británicas del siglo XIX. Ha participado en el curso-taller "Hablando de cine", y recientemente ha trabajado como editora de contenidos en la web Filmaffinity.


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