Logotipo del Programa MIRAI 2016.
El pasado mes de diciembre, durante una semana, tuve la oportunidad de participar como becaria en el Programa MIRAI, una iniciativa del gobierno japonés que invita a estudiosos e investigadores en temas japoneses a conocer de primera mano el País del Sol Naciente. A lo largo de una serie de artículos, durante los próximos meses iré desgranando mis experiencias en este programa, así como algunos de los temas que allí pudimos tratar en profundidad. Para comenzar, y ciñéndonos a la actualidad del tema, este primer artículo se centrará en la visita diplomática llevada a cabo por el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, a Japón, los días 15 y 16 de diciembre de 2016.
En esta visita, Putin tuvo ocasión de reunirse con su homólogo nipón, el Primer Ministro Shinzô Abe, en la localidad de Nagato, en la prefectura de Yamaguchi, ciudad natal del mandatario nipón. Esta localización ha sido interpretada como una muestra de Japón hacia Estados Unidos de que esta relación diplomática, que responde a una necesidad geopolítica nipona, se ha llevado a cabo con una posición de distancia frente a Rusia por las sanciones que ésta ha recibido en el G7.
Durante la visita, y especialmente durante el encuentro entre Putin y Abe, el tema principal fue el conflicto territorial de las Islas Kuriles y la firma del tratado de paz entre ambas naciones, aunque no fue el único tema que se puso sobre la mesa: también se habló del papel de Rusia en Siria y de la posición de ambos gobiernos ante Corea del Norte, entre otras cuestiones.
De todos ellos, el delicado asunto de las Islas Kuriles fue el que adquirió mayor relevancia pública. El conflicto más reciente sobre la soberanía de estas islas se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética se anexionó este archipiélago en el Tratado de San Francisco o Tratado de Paz con Japón, firmado en 1951 y en vigor desde 1952. El problema es que ya previamente había habido disputas sobre estas islas, y Japón no aceptó la anexión ya que, según el tratado, eran una devolución de territorios que legítimamente pertenecían a la Unión Soviética, pero las cuatro islas en conflicto (Etorofu, Kunashiri, Shikotan y Habomai) no habían pertenecido a Rusia, y por tanto, no las podía recuperar. Este conflicto impidió la firma de un tratado de paz entre Rusia y Japón (1956), que se prolonga hasta la actualidad. Por ello, una de las prioridades del gobierno nipón en este sentido es desbloquear las posturas respecto a las Islas Kuriles, para solucionar el problema territorial y poder firmar el ansiado tratado de paz.
El presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro nipón Shinzô Abe, al comienzo de su encuentro el pasado 15 de diciembre (fotografía de Toru Hanai, fuente: Reuters).
La actualidad de este suceso propició que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón organizase un encuentro con D. Yoshikazu Kodama, subdirector de la División Rusa del gobierno nipón (entidad encargada de gestionar la política con Rusia). Lo que en principio iba a ser una conferencia sobre las relaciones bilaterales entre Japón y Rusia, finalmente se desarrolló como una interesantísima sesión de preguntas y respuestas en las que el señor Kodama atendió muy amablemente a los becarios, aclarando la postura oficial del gobierno japonés respecto a las cuestiones dirimidas en la visita oficial del presidente Putin.
En este encuentro, el señor Kodama aclaró que ha habido polémica con la visita de Putin a Japón por la posición de Rusia en la política internacional (y las anteriormente citadas sanciones del G7), si bien puntualizó que esta visita se producía desde un prisma diferente al que la prensa occidental podía situarlo. Recordó que Japón ve a Rusia desde el Este, en un mapa en el que China y Corea del Norte juegan papeles fundamentales. En este sentido, matizó también que Estados Unidos comprende que, más allá de la alianza que sostienen con Japón, el gobierno nipón debe mantener buenas relaciones con sus vecinos, especialmente ante el escenario geopolítico que se está dibujando en el Extremo Oriente.
También comentó que Japón comparte la perspectiva europea ante determinados conflictos que atañen a Rusia, como es el caso de Ucrania y Crimea, que comprenden por entender que Japón se encuentra en una situación similar con las Islas del Norte.
A pesar de todo el tiempo transcurrido tras la Segunda Guerra Mundial, y de su conclusión (tanto a nivel militar como, incluso, legal), Rusia y Japón no han firmado ningún tratado de paz, algo necesario en el ámbito de las relaciones internacionales para dar la guerra por concluida oficialmente. Por ello, la posición oficial del gobierno japonés es la de estrechar relaciones con Rusia, para poder solucionar mediante diplomacia la disputa territorial, único impedimento para la firma del tratado. En este sentido, el señor Kodama informó de que, como parte del encuentro, Abe y Putin mantuvieron una reunión privada, de en torno a una hora de duración, en la que únicamente estuvieron presentes ellos y sus respectivos intérpretes, y que se desarrolló de manera positiva.
Como un pequeño primer avance, en esta visita se puso sobre la mesa como una prioridad buscar la forma de facilitar el desplazamiento temporal (la visita, no la migración) de japoneses a las islas en conflicto, ya que en la actualidad el acceso con pasaporte es imposible y se requiere un visado ruso que es muy complicado de recibir. Desde Japón, consideran que este sería un muy favorable primer paso hacia la futura resolución del conflicto. Por supuesto, la postura oficial del gobierno japonés es que estas islas pertenecen legítimamente a Japón y deben volver a manos japonesas, sin concesiones, lo cual establece un marco de actuación complicado.
Entre otros temas tratados en la reunión, el señor Kodama destacó que Abe pidió personalmente a Putin una solución constructiva en Siria. Del mismo modo, otro tema candente en política internacional es la postura ante Corea del Norte, tema en el que ambos gobiernos comparten la necesidad de cooperación mutua, especialmente, en el Consejo de Seguridad de la ONU. Además, ante el interés de la audiencia, el señor Kodama tuvo ocasión de hablar brevemente sobre la posición favorable que Abe podía ocupar como mediador entre Rusia y Turquía, ya que mantiene posiciones cercanas a ambos gobiernos.
Para finalizar esta sesión, tuvo lugar un workshop para los becarios del Programa MIRAI, en el que se nos planteó, por grupos, que propusiésemos soluciones al conflicto de las Islas Kuriles. Entre las muchas ideas que surgieron, algunas seguían los cauces de las políticas oficiales, otras se centraron en la ciudadanía, mediante el desarrollo de campañas de concienciación ciudadana que ejerciesen una presión pública sobre el asunto, e incluso se planteó, como muestra de buena voluntad, la posible división y reparto de los territorios en disputa. Si bien todas estas soluciones partían del desconocimiento de los detalles del conflicto y provenían de campos de estudio muy dispares (y en ocasiones, alejados del ámbito de las relaciones internacionales), resultó ser una sesión muy interesante y productiva, que valió para entender de primera mano las complicaciones y entresijos de la política internacional.