Revista Ecos de Asia

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This article was written on 16 Jun 2017, and is filled under Cultura Visual.

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Singapur a través de la historia, Singapur a través de viñetas: El arte de Charlie Chan Hock Chye, de Sonny Liew

El pasado mes de mayo salió a la venta El arte de Charlie Chan Hock Chye, de Sonny Liew, editado por Amok Ediciones. Con motivo de la presentación en sociedad tanto de la obra como del sello editorial, tuvimos ocasión de charlar con Enrique Larrea, su editor, en una conversación que nos dejó con muchas ganas de leer el cómic.

Hasta ahora, en España apenas se habían publicado algunas obras con la participación de Sonny Liew, mayoritariamente a los lápices. Posiblemente, una de las más conocidas sea Creo en Frankie (2005), guionizada por Mike Carey (Lucifer, Hellblazer y un largo etcétera), aunque también ha participado en la adaptación realizada en 2009 por Nancy Butler de la novela Sentido y sensibilidad para la colección Clásicos Ilustrados Marvel (publicada en España por Panini en 2014), si bien, lamentablemente, poco más ha sido editado en castellano. Es por este motivo que El arte de Charlie Chan Hock Chye resultará todavía más sorprendente, ya que nos descubre a un autor prácticamente desconocido en el mercado español.

Su editor, Enrique Larrea, mencionaba orgullosamente en la entrevista que El arte de Charlie Chan Hock Chye había recibido seis nominaciones a los Premios Eisner, los más importantes del medio. Pero tan importante como la cantidad de nominaciones es saber a qué categorías aspira: Mejor álbum gráfico, Mejor edición norteamericana de material asiático, Mejor guionista o artista, Mejor color, Mejor rotulado y Mejor diseño de publicación. Cuatro de estas nominaciones reconocen el trabajo más técnico y creativo de Sonny Liew, una valora la importancia de la obra en relación con otras publicaciones asiáticas, y otra, la de Mejor álbum, reconoce la obra en su totalidad; ninguna de estas menciones es baladí.  Esto ya da idea del tipo de obra ante la que nos encontramos.

En ella, Sonny Liew repasa la trayectoria personal y profesional de un (ficticio) dibujante de cómics en una Singapur marcada por el colonialismo y los conflictos sociales y políticos. Está concebida como si se tratase de un documental. Así pues, aparece el propio Charlie Chan, en una etapa muy avanzada de su vida, respondiendo a una entrevista e incluso visitando los lugares de su pasado; la historia se reproduce en muchos pasajes a través de flashbacks que nos llevan a distintos momentos de la vida del dibujante; en muchas ocasiones se reproducen muestras de las diferentes obras que Charlie Chan fue realizando, e incluso llega a aparecer (varias veces) el propio Sonny Liew actuando como narrador, aclarando algún aspecto o matizando la historia.

Charlie Chan, en el momento presente, reflexiona sobre su trayectoria (fuente: página de muestra ofrecida por Dibbuks).

Mediante esta estructura, Sonny Liew realiza un ejercicio de gran complejidad en el que aborda, por un lado, la historia de Singapur y Malasia, por otro lado, la historia de la historieta como medio en sí mismo (no solamente a nivel local, sino que evidencia poderosas influencias de toda la historia del cómic, desde Winsor McCay a Stan Lee, pasando por Carl Barks), y, por encima de todo, la interacción entre ambas. De manera magistral, Sonny Liew consigue mostrar la relación entre el arte del cómic y la situación del momento en que se produce una obra, la capacidad del cómic para contar la realidad del presente, y lo que es más importante, la capacidad del cómic para historiar, para ser un medio que hable sobre el pasado con la facultad de reflexionar sobre él, exponer los hechos y plantear cuestiones identitarias.

A nivel gráfico, es una absoluta delicia. A través de las obras publicadas en España que anteriormente citábamos, ya era posible intuir la gran habilidad de Sonny Liew a los lápices. Sin embargo, El arte de Charlie Chan Hock Chye supone una demostración en toda regla, a través del despliegue de estilos y recursos de los que hace gala su autor. Debe tenerse en cuenta que Liew plantea varias líneas temporales y narrativas que poseen estilos propios, resolviéndolas en todos los casos con gran soltura. Las reproducciones de las historias de Chan poseen, en todos los casos, su propia personalidad artística, y las páginas que narran la historia vital del personaje no les quedan a la zaga.

Una página que recoge una de las primeras obras de Charlie Chan (fuente: página de muestra ofrecida por Dibbuks).

El arte de Charlie Chan Hock Chye es una muestra de la versatilidad del medio comicológico. Supone, en sí misma, una lección de historia. Al mismo tiempo, crea en torno al personaje protagonista un halo de verosimilitud que siembra la duda de si se trata de una ficción o realmente es una obra documental, gracias a la gran cantidad de obras reproducidas. Su capacidad para presentar con sencillez una obra tan compleja resulta sorprendente, y constituye uno de sus principales y abundantes valores.

Merece la pena subrayar el profundo ejercicio de documentación que acompaña al cómic, en forma de pequeño dossier o apéndice de notas explicativas en las que se desarrollan conceptos históricos, políticos y sociológicos, acompañados siempre que es necesario por alguna referencia bibliográfica, todo lo cual añade un nuevo nivel de profundidad a la obra: no solo está sólidamente documentada, sino que además, ofrece a los lectores la posibilidad de profundizar en el conocimiento de la historia reciente de Singapur a través de sus propias viñetas y de esta información complementaria.

Sonny Liew, que actúa como narrador, aparece en ocasiones para interactuar de manera directa con el lector (fuente: página de muestra ofrecida por Dibbuks).

Además, debe destacarse la edición llevada a cabo por Amok Ediciones y Dibbuks, que presentan la obra en un formato acorde con su calidad. Una encuadernación sólida en tapa dura, un formato lo bastante grande para permitir que se luzcan las virguerías de Sonny Liew, pero no tanto como para resultar incómodo o desproporcionado, y el cuidado en la impresión por reproducir con gran calidad todos los efectos visuales incluidos en la obra merecen también una mención. Se transmite el mimo que han puesto en la publicación, que se traduce en esta serie de características que no hacen sino mejorar la experiencia lectora. El cómic, este cómic, se disfrutaría igual en otra edición, pero no le haría justicia.

Cabe la posibilidad de que una edición tan lujosa, con un precio elevado (aunque muy ajustado), pueda hacer que una parte del público se lo piense dos veces antes de adentrarse en el Singapur de Sonny Liew. No obstante, después de haberlo leído, desde aquí solamente podemos recomendar encarecidamente que la respuesta sea afirmativa, puesto que estamos ante una historia que posee el potencial de constituir un hito en el medio. El arte de Charlie Chan Hock Chye satisfará por igual a los amantes de la historieta y a aquellos interesados en el Sudeste Asiático, pero yendo todavía más allá, su cercanía la convierte en una obra extremadamente humana, en la que los sueños, ilusiones y esperanzas de futuro se entrelazan con una realidad compleja, hostil y muchas veces adversa. A pesar de todo, Charlie Chan Hock Chye sigue dibujando, y eso es lo único que importa.

avatar Carolina Plou Anadón (272 Posts)

Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Autora del libro “Bajo los cerezos en flor. 50 películas para conocer Japón”.


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One Comment

  1. Amok
    16/06/2017
    avatar

    Gracias Carolina por tan afortunada reseña.
    Terima kasih,

    E

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