Revista Ecos de Asia

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This article was written on 10 Jul 2015, and is filled under Cine y TV.

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“Sólo se vive una vez” (2011). Vacaciones made in Spain.

Aunque para muchos el verano es momento de soñar con paraísos lejanos, en otros lugares del mundo ese destino ideal es España y, precisamente por ello, desde Ecos de Asia recuperamos un auténtico blockbuster indio: Zindagi Na Milegi Dobara (2011),[1] traducido al español con el “rumbero” título de Sólo se vive una vez.

Para el caso de Solo se vive una vez,  las juergas de alcohol y mujeres se combinan con la realización de tres pruebas de superación, que toman la forma de retos personales, con los cuales afrontar los miedos de cada uno de los protagonistas, y todo ello envuelto en una road movie por España.

La película cuenta la historia de Kabir (Abhay Deol) quien, tras prometerse, decide reunir a sus amigos de la infancia Imraan (Farhan Akhtar) y Arjun (Hrithik Roshan), para celebrar con ellos su despedida de soltero, la cual consistirá en un viaje de tres semanas por carretera, recorriendo España y realizando tres deportes extremos previamente elegidos por cada uno. El argumento del viaje para celebrar la soltería de un hombre con sus dos mejores amigos, ya ha sido utilizado en otros taquillazos, como lo fueron Resacón en las Vegas (2009) y su asiática secuela Resacón 2: ahora en Tailandia (2011).

Cartel promocional de la película en el que vemos a los tres protagonistas en la carretera, cada uno de ellos portando el elemento que identifica el deporte de riesgo elegido.

Cartel promocional de la película en el que vemos a los tres protagonistas en la carretera, cada uno de ellos portando el elemento que identifica el deporte de riesgo elegido.

La película, refrescante a la vez que convencional, nos presenta a tres protagonistas caracterizados hasta el punto de parecer casi estereotipos. Por un lado, tenemos a Kabir, el afortunado novio, que pertenece a una rica familia de Bombay y trabaja en el negocio familiar como arquitecto. Arjun, que ahora vive en Londres, es un broker financiero, adicto al trabajo y obsesionado con conseguir una fortuna para poder jubilarse pronto. Finalmente, Imraan es el contrapunto cómico del grupo, con alma de artista, escribe poesía pero también anuncios comerciales para sobrevivir. El pasado de cada uno de ellos, sus rencillas personales, sus remordimientos y sus cargas emocionales serán fundamentales en el desarrollo del filme, que se fundamenta en la filosofía del Carpe Diem, como bien reza su título.

Este viaje de amistad hacia la felicidad personal se inicia en Barcelona, donde se reúnen nuestros protagonistas. Los amigos trazan su plan tras un recorrido en imágenes por la ciudad condal, que incluye elementos característicos como l’Arc de Triomf, la Sagrada Familia o los viandantes con camisetas del F.C. Barcelona. La ruta a seguir les llevara, en primer lugar a la Costa Brava, donde Kabir quiere hacer submarinismo; después Arjun ha elegido Sevilla, donde se lanzarán en paracaídas desde un avión; y finalmente acabarán en Pamplona, donde Imraan les propondrá correr un encierro en plenos San Fermines.

Con un coche de alquiler, llegan hasta su primera parada y, en plena costa mediterránea, conocerán a la bella Laila, su monitora de submarinismo, de origen indio. Este alma libre, que vive en Londres pero viaja cada verano a un lugar distinto, se unirá al trío masculino rompiendo corazones y animando espíritus. De esta forma, Laila invita a sus nuevos amigos para que la acompañen en su próxima empresa: asistir a la Tomatina de Buñol. Esta tradicional fiesta española, de fama internacional, es explicada por la muchacha diciendo que “es como nuestro Holi.[2] Pero ellos usan tomates”.

Cartel de la película con los protagonistas celebrando la Tomatina.

Cartel de la película con los protagonistas celebrando la Tomatina.

Tras disfrutar de la festividad valenciana (que fue recreada expresamente para el rodaje de la película) y conocer a Nuria (Ariadna Cabrol), una española amiga de Laila, los chicos proseguirán solos su andadura hacia el sur, recalando en la folclórica Sevilla. Nada vemos de la emblemática ciudad a orillas del Guadalquivir, pues ningún monumento clave, como la Giralda o la Torre del Oro, aparece en pantalla. La acción, que supuestamente se desarrolla en la capital hispalense, se rodó en realidad en la localidad de Alájar, un pequeño pueblo de la provincia de Huelva, que cumple todas las expectativas del turista extranjero llegado a Andalucía: casitas de fachadas encaladas e intrincadas calles.

Allí se rodó el número musical más memorable de la película, que lleva por título “Señorita”. En una película de Bollywood uno espera los inevitables bailes coreografiados y, si dicha película se ambienta en España, el flamenco es igualmente ineludible. Así pues, en “Señorita” se fusionan las dos culturas en una combinación peculiar y divertida. La premisa que justifica el lapso musical, es que los tres protagonistas se encuentran de fiesta en algún punto de Andalucía y, deambulando por las calles de la localidad, encuentran un tablao flamenco. Movidos por la música, deciden unirse, componiendo un bello himno sobre el lenguaje del amor que rompe todas las barreras, como un idioma que no necesita traducción. De esta forma, el hindi y el español se combinan, con bailes que no acaban de ser ni una cosa de la otra. A todo esto, el pueblo entero se une a la fiesta, incluyendo las mujeres vestidas con trajes de faralaes made in Bombay, mientras cenan una paella gigante en la plaza, decorada con miles de farolillos.

Fotograma del filme que muestra el inicio del número musical “Señorita”.

Fotograma del filme que muestra el inicio del número musical “Señorita”.

Tras este arranque folclórico, el grupo pone rumbo a Pamplona, donde se enfrentarán al miedo a la muerte (y a la vida) corriendo delante de los toros en un encierro. Aquí sí que la cámara se adentra entre la multitud, recorriendo las calles de la ciudad navarra con aire casi documental y mostrando, como por accidente, alguna que otra ikurriña (además de símbolos pidiendo el acercamiento de los presos vascos a Euskal Herria), entre las comparsas de gigantes y cabezudos.

Los tres protagonistas corriendo un encierro en Pamplona.

Los tres protagonistas corriendo un encierro en Pamplona.

Concluye aquí el viaje, que no la película, pues no desvelamos nada si apuntamos que, como casi toda comedia india, debe acabar con al menos una boda, incluyendo bailes coreografiados. El trayecto ha sido largo y lleno de experiencias, a través de las cuales los personajes han ido evolucionando pues, en el fondo, se trata también de un viaje interior, centrado en la superación de los miedos propios y en la reafirmación de la amistad como piedra angular de la existencia humana.

La película nos ofrece así una clásica road movie con la que disfrutar de bellos paisajes y eternos atardeceres a bordo de un descapotable, pero el espectador español no podrá sino asombrarse por la imagen ofrecida en el filme de nuestro país. No vamos a apuntar aquí todos y cada uno de estos detalles, pero sí es cierto que algunos resultan especialmente llamativos. Así por ejemplo, la película comienza en la Costa Brava pero la música que acompaña a estas escenas está plagada de guitarra española y castañuelas. Así mismo, tras un largo día de submarinismo, el guapo Arjun, que chapurrea algo de español (con un acento más que aceptable, todo hay que decirlo), prepara una cena a base de paella para obsequiar a sus compañeros. Buñol no se libra de la caracterización folclórica pues, incluso en el pequeño motel en el que se alojan los protagonistas, encontramos un tablao flamenco.

Guitarras, paellas y flamenco  es lo que caracteriza a esta España colmada de tópicos, sin importar que estemos en Cataluña, Valencia o Andalucía. Para los autóctonos todo esto resulta un poco chocante, pero debemos entender que es la forma de estereotipar lo hispano, de forma que la audiencia en la India entienda que estamos en España. Este abuso del Typical Spanish no es sino una forma de lo que los franceses denominan couleur locale, es decir, transmitir la atmósfera de un lugar para que el público capte la idea. En este filme, el mal uso de mantones y abanicos es mera justificación de la idea de “lo español” que la película intenta hacer llegar a la audiencia.

En cualquier caso, tomémonos esta película como lo que es, un divertimento por momentos hilarante, una oda a la amistad y una comedia romántica que convierte España en un destino turístico exótico, con mucha fiesta que ofrecer.

Para saber más:

  • Ficha de la película en Fimaffinity.
  • Video de la canción “Señorita” interpretada por los protagonistas.
  • Rojas, Ana Gabriela. “Bollywood, de ‘road trip’ por España”, en El País.

[1] Sólo se vive una vez / Zindagi Na Milegi Dobara (2011). País: India. Director: Zoya Akhtar. Guión: Zoya Akhtar, Reema Kagti. Música: Shankar Mahadevan, Loy Mendonsa, Ehsaan Noorani. Fotografía: Carlos Catalán. Reparto: Hrithik Roshan, Abhay Deol, Farhan Akhtar, Katrina Kaif, Kalki Koechlin, Ariadna Cabrol, Naseeruddin Shah. Productora: Excel Entertainment. Idiomas: Hindi, inglés y español.

[2] El Holi (o Joli) es un festival hinduista de primavera muy popular, el cual se caracteriza porque, durante su celebración, se arrojan pigmentos de distintos colores con los que teñir a la gente, en una auténtica explosión multicolor. Hoy en día se ha popularizado en todo el mundo, organizándose incluso carreras de carácter festivo denominadas Holi Run, en las cuales los participantes son rociados con polvos de colores.

avatar Laura Martínez (173 Posts)

Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte de la misma, con especialización en Cine. Actualmente realiza estudios de Doctorado en la Universidad de La Rioja.


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