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This article was written on 07 Abr 2017, and is filled under Cultura Visual.

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Una evaluación del retrato psicológico del personaje principal del cómic manga “Crying Freedom” de Kazuo Koike y Ryoichi Ikegami

Crying Freedom es un cómic manga escrito por Kazuo Koike (nacido en Daisen, prefectura de Akita, Japón el 8 de mayo de 1936), e ilustrado por Ryoichi Ikegami (nacido en Echizen, prefectura de Fukui, Japón el 29 de mayo 1944). Fue publicada originalmente en la revista semanal japonesa Big Comic Spirits entre 1986 y 1998.

Portada de la novela gráfica Crying Freeman, parte 1: Portrait of a Killer en la edición de Viz Media (Estados Unidos, 1996)

Portada de la novela gráfica Crying Freeman, parte 1: Portrait of a Killer en la edición de Viz Media (Estados Unidos, 1996)

Kazuo Koike es un guionista japonés de manga. Entre 1970 y 1976 realizó junto al dibujante Goseki Kojima su obra más conocida, El lobo solitario y su cachorro. Fue un éxito inmediato en Japón y posteriormente también triunfó en los Estados Unidos, donde fue publicado por First Comics. Otras de sus obras más afamadas son Asa, el Ejecutor, y Crying Freeman. Considerado uno de los guionistas más brillantes de su país, es el fundador del estudio de guionistas Studioship. Su obra más conocida fue lanzada por primera vez en Japón en 1970. Se hizo muy popular (unas 8 millones de copias vendidas sólo en Japón) por su poderosa, épica historia samurái y su dura y oscura descripción de la violencia durante el shogunato Tokugawa en Japón.

Ryoichi Ikegami es un mangaka japonés. En el 2001, ganó el premio Shôgakukan en la categoría general por su manga llamado Heat. Ryoichi se convirtió en profesor de la Universidad de arte de Osaka en el año 2005 y ha trabajado en numerosas series. Tiene un estilo muy puntilloso que llega hasta un nivel de tanto realismo que sus dibujos casi parecen fotografías. No es menos asombrosa su capacidad de capturar emociones en las expresiones de los rostros de sus personajes, que a veces supera las habilidades de actores encargados de trasladar su obra al cine.

Las ediciones del manga que nos atañe en el presente estudio son las que asientan la base del retrato psicológico del personaje principal y la heroína. Se evalúa el primer episodio (“Retrato de un Asesino”) de una recopilación (con el mismo título) publicada en inglés por Viz Media (Estados Unidos, 7 Marzo, 1996), aunque existen dos versiones publicadas en castellano por Planeta DeAgostini en 1992 y 2005. Para aclarar mejor esta cuestión también se mencionan de paso dos adaptaciones cinematográficas: un anime OVA, también llamado Crying Freedom de Toei Animation (1988), pero principalmente la adaptación por el cineasta francés, Christophe Gans (Canadá, 1995).

Portada de la revista semanal Big Comic Spirits en que se publicó inicialmente ediciones de la manga, Crying Freedom.

Portada de la revista semanal Big Comic Spirits en que se publicó inicialmente ediciones de la manga, Crying Freedom.

Antes de analizar una escena clave para entender la psicología del personaje principal, conviene resaltar el tipo de público a quien fue destinada el manga en sus orígenes porque este nos dará una pista importante sobre cómo interpretar las imágenes. Evidentemente la revista manga en que se publicó originalmente está destinada a un lector principalmente masculino. Frederik Schodt hasta imagina al lector típico como un soltero, concretamente un ingeniero, de unos veintiocho años que al encontrarse con ciertas dificultades en encontrar pareja, está contemplando apuntarse en algún tipo de sitio web de citas.[1] En el caso del manga en cuestión tal vez sea mejor resaltar su relevancia más para un público adolescente. Por razones que aparecerán más claras a continuación, parece más acertado resaltar como resuelve el sentimiento de pudor con que el adolescente afronta el imperativo de formar una relación sentimental. De ahí su clasificación como seinen o “de jóvenes” manga. Es decir, cómics japoneses destinados a adolescentes y por implicación a hombres con la edad suficiente para poder leer kanji. El autor del presente artículo asimismo la definiría como una coming of age manga. (una que ayuda al adolescente a atravesar el umbral difícil que separa la juventud y la madurez). Esta teoría se comprueba si consideramos que en otros episodios tiene consejos sobre higiene personal (como oler bien si uno tiene un olor corporal muy fuerte) y hasta reflexiones sobre cómo se vive una relación de pareja ideal (en una conversación que toma lugar entre el héroe y la heroína cuando ya son pareja).

De modo que es importante entender la representación gráfica de cosas como sexo y violencia en Crying Freedom no como una visión distorsionada de la realidad. Es decir, por ejemplo un deseo sexual pervertido que se encuentra en hentai manga. Al contrario, viene a representar de forma analógica las frustraciones de la juventud y una especie de contracultura que se rebela en contra de los valores e ideales de la generación de sus padres. A propósito, una cuestión clave es la representación del personaje principal como alguien inseguro e inexperimentado sexualmente.

La genialidad del argumento de la historia consiste en transformar a una persona tranquila y sin ningún rasgo especialmente viril en una persona temible; un arma letal al servicio de la mafia china. De esta manera pacífica contrarresta tal vez una de las principales inseguridades de los adolescentes: su falta de desarrollo físico a la hora de conquistar una chica. Al tratarse de un género fantástico sin embargo, un análisis demasiado profundo de la lógica detrás de la trama original no resiste una introspección más profunda. Relata la historia de Yo Hinomura, un joven alfarero que es raptado por la organización criminal más importante del mundo, Los 108 Dragones que de alguna manera le transforma en un asesino que les obedece sin cuestionar cuando le ordena a matar. El hecho de que llore cada vez que mata implica tal vez que, aunque por hipnosis se ha apoderado de su mente, sigue funcionando en alguna parte de su subconsciente unas respuestas emocionales normales; lo que sería el remordimiento inevitable al tener que matar a alguien.

Una cuestión clave en la historia es una especie de código que obliga a Yo, como asesino de la mafia china, a asesinar a una persona que ha visto su rostro cuando está cumpliendo una misión. Entonces cuando la heroína, Emu Hino, una solitaria y aislada pero bella artista japonesa, le ve la cara y le dice su nombre después de matar a alguien delante de sus ojos, ella sabe que tarde o temprano él irá a matarla. De modo que la escena clave para entender la psicología del personaje tiene lugar en la casa de la heroína donde en lugar de producirse el asesinato esperado, se produce un encuentro amoroso en que tanto la chica como el chico muestran gran pudor frente al acto sexual.

En el manga en formato de novela gráfica explica muy bien la base psicológica de la timidez de los dos personajes. Emu Hino explica que nunca tuvo amantes porque tenía un padre poderoso y sus amantes potenciales por temor a él no se atrevían a acercarse a ella. Curiosamente está deseando morir para poner fin a su existencia solitaria y su único deseo es que cuando Yo viene a matarle, que le quite la causa de su vergüenza, que es de nunca haber estado con un hombre. Irónicamente ella a su vez parece hipnotizada por la atracción de la muerte pero a su vez siente una gran atracción amorosa hacía Yo, su asesino en potencial.

En el manga la escena se trata con muchísima delicadeza pero como si se tratase de un manual de educación sexual no tiene ningún pudor a la hora de “sugerir” actos sexuales. En este sentido parece ser que lo único que ha impedido a los autores representar las escenas de sexo y violencia de una forma gráfica fue el artículo 175 del Código Penal japonés de la década de los 90 que la prohibía a la industria del manga mostrar los genitales adultos masculinos y femeninos. Efectivamente, al ser un manga destinado en parte a adolescentes, el autor del presente artículo considera que el tratamiento de estos temas como excesivo e incluso sensacionalista o horrífico en ocasiones. Por otro lado la atracción sexual sin precedente del héroe para las mujeres en general es claramente otra manifestación de una fantasía masculina, poco creíble en la realidad. Y curiosamente este adonis nipón no pierde encanto para las mujeres cuando, por la razón que sea, no puede cumplir en la cama, sobre todo cuando es cuestión de ganar ventaja sobre sus enemigas.  Algo que sería imperdonable en su equivalente más cercano en Occidente: el personaje de James Bond de Ian Fleming.

Volviendo a la escena de interés especial, en la versión anime peca tal vez de utilizar un lenguaje demasiado gráfico, y pierde por completo la belleza casi fotográfica del manga original. Como espectador en lugar de sentirse testigo de una experiencia trascendental entre dos personas, casi siente vergüenza, como si hubiera invadido sin querer la intimidad de dos personas. En el manga al contar con la mayor expresividad de las imágenes puede transmitir emociones más elevadas.

Portada de la película The Killer de John Woo (1989) cuya estética formó en parte la inspiración por la adaptación que hizo Christophe Gans de la manga, Crying Freedom

Portada de la película The Killer de John Woo (1989) cuya estética formó en parte la inspiración por la adaptación que hizo Christophe Gans de la manga, Crying Freedom

En la versión cinematográfica de Christophe Gans pierde casi por completo el valor del original. Como cineasta fue un gran admirador del director chino John Woo. En consecuencia hay indicaciones que Gans no se inspira tanto en el manga  como en la película de Woo, The Killer (1989), por similitudes en la estética y el argumento: otro asesino que se enamora y motivado por el amor mata para proteger a la mujer que ama. En su adaptación del manga se muestra más preocupado por aspectos formales como las escenas de lucha y la belleza de las imágenes que por cuestiones como el desarrollo lógico de la historia o incluso la calidad de la actuación de los protagonistas. En la escena que nos atañe, cuando Yo llega para matar a la heroína, la impasividad y falta de expresividad de la actriz protagonista junto con el elevado nivel estético de las imágenes invita a interpretaciones que complementan el manga original. En este caso la sumisión de la heroína coincide completamente con la idea de una fantasía masculina donde la imprevisibilidad del deseo femenino no puede poner en jaque los deseos sexuales del hombre. Algo que remite otra vez al tipo de lector a quien fue destinado el manga.

Sin embargo, tal vez lo más interesante de este manga es lo que han logrado sus autores, y hasta cierto punto los creadores que han hecho adaptaciones cinematográficas del mismo. El autor del presente artículo opina que su mayor aportación ocurre en un nivel subconsciente, subliminal si se quiere. Al meter una persona normal y corriente en el papel de un asesino de la mafia china obliga al lector a reevaluar cuales deben ser las reglas de su propia conducta independientemente de lo que le obligan sus padres o cualquiera otra figura de autoridad. Dejando por un lado los excesos, esto considerado junto a un retrato honesto de una sexualidad normal entre jóvenes hace de esta serie en teoría un medio sano para liberar las tensiones y frustraciones de la adolescencia y encaminarles hacía una vida equilibrada de pareja en la madurez.

Notas:

[1] Schodt, Frederik L., Dreamland Japan: writings on modern manga. Nuevo York, Stone Bridge Press. 1996, pp. 98–99.

avatar Simon Kelly (35 Posts)

Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, donde también realizó el Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte, especializándose en cine y literatura. Además, es Licenciado en Biología por la UCM y continúa realizando estudios de psicología, sociología, francés y chino.


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