Dado que el 28 de enero dio comienzo el nuevo año chino o Fiesta de la primavera y a pesar de poder caer en cierto cliché, ya que es un tema sobre el que se ha escrito en numerosas ocasiones, creemos que no se ha esclarecido suficientemente lo que realmente significa esta tradición y cuál es la realidad que hay detrás de la leyenda. Así que para aclarar su sentido es necesario empezar por el principio.
En China, y como ocurre por influencia cultural en muchos otros países de Asia Oriental, el calendario por el que se guían es el que nosotros conocemos como calendario lunar o viejo calendario, por lo que el transcurso de los años se cuenta de forma diferente a como se hace en otras culturas de herencia no confuciana. Pese a que hoy día coexisten ambos calendarios, el uso del calendario lunar, después de la entrada del gregoriano gracias a los misioneros jesuitas, poco a poco ha quedado relegado a un uso más secundario, como el de fechar festividades o para uso agrícola, aunque sigue teniendo una gran importancia. Como su propio nombre indica, el calendario lunar se rige por el movimiento de la luna, por lo cual cada nuevo mes comienza con la llegada de la luna nueva y, del mismo modo que nuestro año, se divide también en doce meses. A diferencia de nuestro calendario, el lunar no cuenta los años a través de números en una secuencia infinita, sino que se repiten en ciclos de sesenta años en los que cada uno tiene un nombre marcado y asociado con un animal diferente, como veremos más adelante.
Ya que su estudio en profundidad puede resultar demasiado extenso para el espacio con el que contamos como explicación básica diremos que el calendario lunar usa dos grupos de caracteres para contar los años; un grupo llamado Tallos celestiales [甲,乙,丙,丁,己, 庚, 辛,壬,癸] y otro llamado Ramas terrenales [子, 丑, 寅, 卯, 辰, 巳, 午, 未, 申, 酉, 戌, 亥]. Ambos son dos sistemas de enumeración diferentes que se componen de diez y doce caracteres respectivamente, y la combinación cíclica de ambos da nombre a cada año. De esta forma realmente es lo mismo que una enumeración, sólo que le aporta a la vez una denominación a cada año. Por lo cual, el primer año sería llamado 甲子年 Jiǎzǐnián (este último carácter nián significa año). Entonces llegados a este punto os preguntaréis, ¿qué tienen que ver los Doce animales con los años? La respuesta es muy sencilla ya que la leyenda nos cuenta porqué. A pesar de que hay muchas variantes de este relato, la más popular narra cómo el Emperador de Jade quería inventar una forma más sencilla para que las gentes pudieran contar los años con mayor facilidad, por lo que decidió elegir doce animales para representar los años y se propuso elegir a los doce que llegasen primero a su palacio. Por lo que, de esta forma, según su llegada a palacio tenemos: ratón (鼠), buey (牛), conejo (兔), dragón (龙), serpiente (蛇) caballo (马), oveja (羊), mono (猴), gallo (鸡), perro (狗) y cerdo (猪).
¿Dónde está la facilidad? Os preguntaréis, pues bien, los doce animales pasan a sustituir a los doce caracteres de Ramas terrenales. Por lo que resulta más fácil memorizar el nombre de los años, combinando un primer carácter de Tallos celestiales y uno de los doce animales.
Como curiosidad, si nos fijamos bien, los animales acuáticos o voladores no están incluidos, ya que se considera que las criaturas terrestres tienen mayor importancia en la vida de las personas que el resto de animales.[1] Además, la historia de porqué el gato no está incluido entre los doce también tiene varias versiones. Básicamente se cree que el gato confió en el ratón para que le despertara a la hora de ir a palacio, pero la astuta rata no lo hizo, por lo que el gato quedó fuera de la clasificación de los doce porque llegó demasiado tarde. Igualmente, esta historia sirve como justificación de la mala relación que tienen los gatos y los ratones, ya que el gato nunca pudo perdonar la traición de la rata.[2]
En cuanto a superstición se refiere, tendemos a considerar como algo positivo el hecho de que coincida el año en el que te encuentras con tu año de nacimiento, aunque en realidad no es nada beneficioso. Los chinos creen en los Tàisuì, que en un principio hacían referencia a la posición contraria de las estrellas a Júpiter en un ciclo de doce años pero, como muchos otros fenómenos naturales, empezaron a ser representados también como una deidad en el taoísmo, siendo considerados como una especie de dioses que pueden manejar los años. Se cree que cuando tu signo corresponde con el año en el que te encuentras[3] la persona va en contra de la deidad y el ciclo en sí mismo, por lo que en ese año todas las desgracias y la mala suerte -mandadas por el mismo Tàisuì– pueden reunirse para ir tras la persona. Es por ello que la persona debe protegerse especialmente, bien mediante ritos taoístas (que no parecen muy accesibles) o, de forma más común, llevando durante todo el año como talismán algo rojo o incluso ropa interior roja. En la cultura china el color rojo simboliza la buena suerte y la fortuna, así que muchos chinos llevan consigo una pulsera o un colgante rojo para evitar la desdicha y la cólera de la divinidad.
Confiamos en que a los supersticiosos gallos, pollos y gallinas les haya quedado claro que deben protegerse y aquellos que no creen fácilmente en “cuentos chinos” hayan aprendido un poco sobre el sentido del nuevo inicio de año, en todo caso, Xīnnián kuàilè! (¡Feliz Año Nuevo!).
Notas:
[1] No olvidemos que el dragón era una criatura mitológica de gran importancia, ya que se creía que propiciaba la lluvia y otros fenómenos meteorológicos relacionados con el agua, por lo que en una sociedad agrícola le tenían gran aprecio.
[2] En chino el carácter 鼠 se usa indistintamente para rata o ratón. Del mismo modo, 鸡 nosotros hemos determinado que sea gallo por un uso muy prolongado en el tiempo de esta traducción, pero en chino , este carácter no identifica el género del animal, por lo que también puede ser gallina o pollo.
[3] 本命年běnmìngnián literalmente significa año de origen del destino, en chino se llama así al año del animal del zodiaco de uno mismo.