De entre la nómina de artistas occidentales que se han visto atraídos por lo kawaii, Simone Legno resulta ser un especial paradigma de la apropiación de esta tendencia en su vertiente artística. Ya desde un primer momento, simplemente con el nombre que identifica su trabajo, el término japonés Tokidoki, se puede apreciar el protagonismo de lo nipón en su producción. El significado de esta palabra es “a veces” u “ocasionalmente”, una expresión a la que Legno dio una interpretación personal, ya que hace referencia a la espera de ese momento en el que algo puede cambiar tu vida: “…. todo el mundo espera los momentos que a uno le cambian el destino, ya sea por un cambio o por conocer a una nueva persona”.[1] Para él, “Tokidoki es la esperanza, la energía escondida que está en el interior de cada uno, la que da la fuerza para enfrentar un nuevo día y soñar sobre algo positivo, y la esperanza de que algo mágico pueda pasarnos”.[2]
Como hemos señalado en el artículo anterior (La normalización y expansión del fenómeno kawaii Parte II: Simone Legno y Tokidoki), Legno bebe por completo de la estética kawaii, y en él la huella de Murakami es evidente. La mayor parte de sus diseños y figuras son tomados de los rasgos formales que identifican esta tendencia, antes anotados. Además, como otros artistas que siguen la estela del japonés, detrás de sus dulces creaciones, intenta transmitir mensajes más complejos o críticos. También, como se ha explicado, comparte con otros artistas nipones de esta corriente la forma de producir y comercializar sus obras.
La impronta japonesa se manifiesta igual en los temas y personajes que introduce en sus obras, quienes son muy numerosos. Dados sus contactos con Japón desde una edad temprana, no es de extrañar que prácticamente en todos sus trabajos y universos (o series) estén presentes graciosas piezas de onigiri o sushi sonrientes, personajes humanizados haciendo artes marciales como kárate o kendo, o llevando uniformes escolares japoneses, ninja saltando, dulces, o incluso Godzilla paseando. También están las características representaciones de chicas jóvenes de rasgos orientales -más proporcionadas y de escala mucho mayor que el resto de sus personajes–que recuerdan a las reproducidas en grabados de ukiyo-e japoneses.
No obstante, a pesar del peso de la influencia nipona, sus fuentes de inspiración han sido muy variadas y, de hecho, se ha apropiado de elementos tanto italianos como norteamericanos y, en general, de todos aquello que en su vida le ha resultado sugerente o llamativo, con una actitud totalmente abierta a lo que la vida le va ofreciendo. De hecho, Legno siempre está tomando inspiración de cualquier lugar y situación, por lo que hace constantemente bocetos o fotografías, materiales que luego puede utilizar en sus diseños.
Importantes son los motivos de inspiración italiana, no por ello menos kawaii. Entre ellos se encuentran la propia bandera italiana, diversas referencias al arte romano que él mismo reconoce haber absorbido incluso de manera pasiva (monumentos de la Antigua Roma y obras del Renacimiento o el Barroco). También utiliza iconos actuales del país como los espaguetis, la pizza, la moto Vespa o hasta estereotipos de la misma mafia que a veces van en relación con otros de la yakuza japonesa.
El toque norteamericano lo aportan -una vez trasladado a Los Ángeles- los personajes vestidos como jugadores de béisbol o fútbol y animadoras, la comida estadounidense típica (perritos calientes, hamburguesas…), monumentos representativos (Estatua de la Libertad, Empire State Building…), cómics occidentales (Marvel, DC), tablas de surf, pistolas, granadas, etc. Ahora bien, vinculado con la subcultura urbana en general, representa tribus y elementos de la cultura callejera, los cuales pueden encontrarse en cualquier ciudad, ya sea italiana, japonesa o estadounidense, aunque estos temas aparecen especialmente a partir del lanzamiento de la marca en EE.UU. De este modo, la presencia de tatuajes, graffiti discos de música, calaveras o monopatines también serán constantes en sus imágenes.
En cualquier caso, todo se mezcla en composiciones abarrotadas de elementos, casi caóticas pero nunca violentas. A veces hay fondos con flores del sakura (cerezo), otros tienen edificios con pantallas o neones que recuerdan a Tokio o que se confunden con Nueva York. En relación a esto, el propio diseñador reconoció la influencia japonesa, siguiendo “la lección de Takashi Murakami en crear un caótico mundo que no por ello es también ordenado, dulce y tranquilizador”.[3]
En definitiva, la realidad alternativa que genera Tokidoki va mucho más allá de una simple copia de una estética popular japonesa, pues consigue conjugar la sensibilidad nipona con la occidental, fusionando la América de la calle, la Italia más chic y el Japón más tierno.[4] De hecho, cuando le preguntan directamente por su estilo, Legno contesta de manera clara:
Tokidoki es un diario visual del modo en que veo mi vida. Soy un apasionado extremo del arte japonés y la cultura pop y quise hacer una versión occidentalizada del estilo japonés kawaii y fui particularmente inspirado por el arte de la calle, los tatuajes y peinados.[5]
Con estas inspiraciones, Legno ha ido creando series temáticas, cada una con sus mundos o universos y protagonistas, siempre infantiles, dulces y tiernos, de grandes cabezas y simplificados. Cada serie tiene una historia o relato asociado que, a su vez, transmite un mensaje. En cualquier caso, cada serie y personajes no está aislados del resto, pues en sus creaciones prima la mezcla o fusión, generando una imagen en conjunto densa, abarrotada, enérgica y de colores eufóricos. Y es que, “…en contraste a otros creadores quienes prefieren trabajar en un personaje único o producto y hacerlo popular, Legno dijo que su estilo de trabajo se centra más en expandir su universo…”.[6] La plasmación de esta mezcla de mundos y escenarios no es siempre dulce o inocente. A veces puede ocultar, por ejemplo, una ciudad quemándose aludiendo a la destrucción, una visión que en un primer acercamiento no se precia ya que parece escondida tras las dulces formas.[7]
The Cactus Friends es el universo que propulsó la popularidad de su empresa. Su personaje principal es Sandy the Cactus Girl, quien junto sus amigos (todos ellos con un disfraz de cactus que utilizan como armadura en un mundo que les asusta) viven en un desierto.[8] Tomando los niños como símbolo de vulnerabilidad y los cactus como objetos vinculados a la protección y conservadores de agua, establece la dualidad de fragilidad y fortaleza al mismo tiempo.
The Moofia es sin duda una fuerte crítica a la sociedad del primer mundo, que aparece encubierta bajo la representación de una niña, Moozarella, disfrazada de vaca armada con una metralleta, acompañada por briks de leche con cuernos y balas sonrientes. En este caso, la niña protagonista es la encargada de llevar la leche a los niños buenos robándosela a los malos. En este universo se hace una clara alusión a la Mafia, una referencia que es establecida por la denominación de la serie que constituye un juego de palabras en el que une el “moo” del mugido la vaca con el nombre de la organización criminal italiana. Esta desconcertante combinación entre personajes y caracteres adorables y alusiones a cuestiones más violentas es muy representativa de cualquier obra kawaii.[9]
La serie Til death do us part trata sobre la vida eterna de un esqueleto llamado Adios al que el demonio ha echado del infierno por ser demasiado bueno, junto con su novia Ciao Ciao y su gato Skeletrino. De nuevo, lo siniestro y lo mono conviven sin problema; desde sus formas hasta sus espeluznantes nombres que aluden a la despedida y los esqueletos, con clara vinculación con la muerte.
Donutella es el personaje principal de un planeta donde el azúcar se usa como energía. Un día mientras estaba explorando la vía láctea, Donutella descubrió la Tierra. En nuestro planeta, encuentra una gran cantidad de dulces y golosinas para alimentarse a sí misma y su gente y por ello decide crear en una colonia para invitar a todos sus “dulcísimos” amigos, antes que volver a casa.
The Unicorno recrea el fantástico de reino de unicornios alados en el arcoíris. Sus protagonistas son simples ponis que fortuitamente entraron en una cascada mágica y fueron transformados en unicornios, viviendo desde entonces entre el reino mágico y nuestro mundo.
Punkstar tiene una apariencia más underground. Legno recrea en esta serie adolescentes y animales cuya ropa alternativa (punk, rockera, rapera o skater) visualmente muy agresiva (con pinchos, piercings y calaveras) queda suavizada por el imaginario del kawaii. De nuevo se genera ese contraste entre lo provocativo y lo dulce, simplemente formando parte ambos extremos de la misma realidad.
Entrelazadas entre los anteriores personajes y con medidas y proporciones que se ajustan más a la realidad que las figuras citadas, aparecen las chicas jóvenes, que son muy características en los diseños de Tokidoki. Representadas en mayor tamaño que el resto de sus figuras, sus ojos rasgados, labios carnosos, complexión estilizada, melenas de llamativos tonos, tatuajes tanto intimidatorios como adorables, sensuales, a veces provocativas, vistiendo a veces kimono u otra ropa de calle alternativa, agradan especialmente al público del autor. Además, el significado y sentido de estas representaciones va más allá de lo que parecen,[10] otro tema digno de un estudio más específico y detallado que se desarrollará en el artículo La normalización y expansión del fenómeno kawaii (Parte IV): Las mujeres en la obra de Simone Legno y Tokidoki.
Para saber más:
Notas:
[1] Web oficial de Tokidoki. Disponible aquí. Traducción propia.
[2] Web oficial de Tokidoki. Disponible aquí. Traducción propia.
[3] Okayama, E., Ricatti, F. “Tokidoki, Cute and Sexy Fantasies between East and West: Contemporary Aesthetics for the Global Market”, Journal of multidisciplinary international studies, nº 2, vol. 5. 2008. P. 7. Disponible aquí.
[4] Okazaki, M., Johnson, G. Kawaii! Japan’s culture of cute. Múnich, Prestel. 2013. P. 78.
[5] Neo, R., “Punk-meets-kawaiigoes global”, Life Style, (periódico online). Agosto, 2015. Disponible aquí. Traducción propia.
[6] Simanjuntak, T. “Simone Legno: The biggest small business in pop culture”, The Jakarta Post, (periódico online). Enero de 2016. Disponible aquí. Traducción propia.
[7] Goenaga, A. “Estética y percepción del diseño. Simone Legno”, Línea de Origen. Octubre, 2012. Disponible aquí.
[8] Wolfson, J. “LA.com Interview: A Tale Of Tokidoki – Simone Legno Talks Toys At New Melrose Store”, The Denver Post (periódico online). 2009. Disponible aquí.
[9] Goenaga, A. “Estética y percepción del diseño. Simone Legno”, Línea de Origen. Octubre, 2012. Disponible aquí.
[10] Okayama, E., Ricatti, F. “Tokidoki, Cute and Sexy Fantasies between East and West: Contemporary Aesthetics for the Global Market”, Journal of multidisciplinary international studies, nº 2, vol. 5. 2008. P. 15-16. Disponible aquí.