A finales del año 2020 se estrenaba en la plataforma Netflix la cuarta (y, de momento, última) de Aggretsuko, un personaje creado originalmente por Sanrio que ha roto bastante con el concepto kawaii propio de la marca.
A la hora de hablar de la historia y trayectoria de este personaje, nos remontamos al año 2016, momento en el que fue creada por parte de Yeti para la compañía Sanrio. Como ya comentábamos, esta firma es la responsable del nacimiento de marcas y personajes tan conocidos como Hello Kitty, My Melody y otros tantos que han terminado por configurar una imaginería kawaii propia de esta empresa, ofreciendo montones de productos con su impronta. No obstante, a la hora de hablar de Retsuko, protagonista de la serie que nos ocupa, vamos a encontrarnos algo un poquito más diferente, que, además, pretende aludir a un nuevo espectro de público al mostrar ciertas problemáticas y situaciones, pero no adelantemos acontecimientos.
Retsuko es un panda rojo hembra de unos 25 años que trabaja en el departamento de contabilidad de una empresa cuya sede se encuentra en Tokio. Como ocurre con la mayoría de estos personajes, se nos dan a conocer rasgos de su personalidad, su tipo de sangre, su altura y sus aficiones. Y es que la afición principal de nuestra panda es desahogarse en el karaoke cantando canciones de death metal y sufriendo una transformación que mezcla los llamativos maquillajes de la banda Kiss y el kawaii nipón. Al igual que otros personajes mencionados, Retsuko presenta una apariencia entrañable, con una evidente macrocefalia, líneas simples y colores brillantes y planos, elementos que se mantienen durante su transformación, a la hora de cantar, sólo que su rostro se deforma debido a la rabia y sobre su frente se dispone un kanji que alude a la ira.
Como ocurrió con el desarrollo de otras franquicias pertenecientes a la firma Sanrio, Aggretsuko cuenta con su propia serie que, a día de hoy, se encuentra disponible en la plataforma Netflix, contando con un total de cuatro temporadas. Si bien, en otros ejemplos podemos hablar de adaptaciones animadas que prácticamente suponen aportaciones anecdóticas (se podría decir, por ejemplo, que en el caso de Hello Kitty se le da mucho más peso al merchandising y la creación de nuevos productos que al desarrollo de la historia y relaciones de la propia Kitty), aquí la relevancia de este personaje recae prácticamente por completo en la serie y los acontecimientos que se narran a lo largo de la misma. Ya hemos comentado que nuestra protagonista tiene 25 años y trabaja en una empresa, por lo que se nos va a ofrecer una visión del ámbito laboral nipón y las relaciones de poder allí presentes. Es una chica soltera que sueña con casarse para dejar su trabajo y vivir como ama de casa, con la correspondiente presión que ejerce su madre para que encuentre marido. Además, en un determinado momento, llegará a introducirse en el mundo de las idols.
Todos estos aspectos mencionados, en los que profundizaremos después, ponen de relieve el hecho de que Retsuko y el resto de personajes que la rodean apelan a un grupo de mayor edad, que van a engancharse a sus aventuras y peripecias, a empatizar con ella y a sentirse identificados con algunas situaciones, siempre bajo el prisma nipón, ya que no debemos olvidar el lugar de origen de este adorable panda. Lo mismo ocurre, no obstante, respecto al exterior, ya que en la mayoría del merchandising Retsuko aparece con su uniforme de oficinista, un atuendo que se aleja bastante de los diseños monos y llenos de colores que podemos ver en otros personajes.
Bien, como adelantábamos, vamos a hablar brevemente de la imagen que nos transmite la serie Aggretsuko de ciertos aspectos de la sociedad actual japonesa. Empezando por el mundo laboral, Retsuko forma parte de un departamento con un jefe, el director Ton, que se dedica a ensayar sus golpes de golf y a alentar a sus empleados de la peor manera posible. Los gritos y comentarios desagradables son una constante en su departamento, así como ciertos comentarios sexistas y fuera de lugar contra los que, como se verá en la serie, se tomarán ciertas medidas. Retsuko está acompañada de otros personajes, destacando el caso de Fenneko y Haida como los más recurrentes. Tantos estos como el resto no dejan de representar estereotipos que van desde el perrito faldero de los superiores, la cotilla de la oficina y el becario. De hecho, hay una parte de la serie muy interesante centrada en la figura del empleado nuevo a la empresa, representado por Anai, y su actitud, en un principio agradable y servicial, que tomará un giro de ciento ochenta grados ilustrando un caso mucho más serie de acoso que mantendrá al espectador tenso y pendiente de su desarrollo. Igualmente, con el paso de las temporadas veremos toda una serie de cambio dentro de la empresa, llegando incluso a un re estructuración de plantilla y a las actitudes que toman los altos cargos frente a la misma, forzando marchas voluntarias. Por supuesto, no sólo vamos a ver a estos personajes en la propia empresa, sino que también se muestran prácticas como las llamadas nomikai, o reuniones después del trabajo para tomar algo con los compañeros, y también algún que otro romance en favor de mantener ciertas tensiones en la historia.
Otro aspecto que nos gustaría mencionar es el del matrimonio y la soltería llegada a cierta edad. Como hemos mencionado, Retsuko está soltera y, llegado a un punto, sueña con casarse con el fin de escapar de su empresa, no obstante, es algo pasajero centrado en un arco concreto. Su madre, a la que también veremos en la serie, no piensa lo mismo, y no duda en concertar una serie de citas para nuestra panda con algunos de los hijos de sus amigas y conocidas. Esta no va a ser la única manera para conocer gente, ya que Retsuko también asistirá a una especie de reunión de solteros y solteras donde, primero, se rellena una ficha con sus datos personales, para después pasar a tener reuniones de unos tres minutos con cada uno de los asistentes. La presencia de aplicaciones para ligar es otro elemento que se menciona, así como las mentiras ligadas a las mismas en aspectos como, curiosamente, el salario. Este es un punto muy valorado, sobre todo por la madre de Retsuko, a la hora de emparejar a su hija, y muchas veces a la hora de ensalzar las virtudes de sus posibles pretendientes, estas suelen centrarse en la cartera. Está en manos de los lectores saber el desenlace de los escarceos amorosos de Retsuko y no frustrarse con la torpeza e incapacidad emocional por parte de algunos personajes.
En última instancia, y en un giro totalmente inesperado de la serie, durante su tercera temporada nuestra protagonista se verá involucrada en el mundo de las idols. En primer lugar como una mera responsable de contabilidad, para después subirse al escenario (no podemos olvidar la habilidad de Retsuko para cantar death metal). En un primer momento se nos presentan aspectos como el desarrollo de la banda, la composición de las canciones y el trato con los fans, pero no se dejan de lado aspectos mucho más oscuros y terribles. La serie nos habla del caso de un hater, sin medida alguna a la hora de atacar a Retsuko, llevando a cabo acciones que van desde la publicación en redes sociales de su lugar de trabajo hasta amenazas, llegando a su culminación en los últimos capítulos de la temporada.
Lo cierto es que estamos ante un relato que parece simple pero no deja títere con cabeza a la hora de mostrar la realidad de una veinteañera en un mundo laboral injusto y rodeada de gente socialmente torpe que intenta sobrevivir y mantener las apariencias, guardando sus verdaderos sentimientos para soltarlos en una sala de karaoke a ritmo de death metal.