En la misma clase (Doukyûsei) se trata de una serie de tres mangas escritos e ilustrados por Asumiko Nakamura entre el año 2008 y el 2010. Es una historia de temática Boys’ Love o yaoi, en el cual se trata un primer amor adolescente entre dos hombres, viéndose en él tanto los problemas escolares como los problemas de una relación adolescente, la problemática de ser homosexual y la mirada de la sociedad.[1]
Se trata de un manga relativamente reciente, pudiéndose encontrar en él problemas actuales de la vida estudiantil, la homosexualidad y la familia,y es el primero de esta temática que realizó la autora:
Se trataba de mi primer encargo para una revista BL, así que no me importó elaborar una historia cuyo argumento estuviera muy visto y rebosará clichés. Quería empezar por la “a” del abc, lo básico de lo básico, algo tan cándido e inocente que llegara a ser incluso desesperante.[2]
Con ello, la autora quiere decir que la historia que cuenta en el manga no es algo nuevo, sino que se ha repetido muchas veces; y así En la misma clase: no es una historia novedosa ni aporta nada al género, pero al mismo tiempo reúne tantos aspectos diferentes que lo convierten en un manga digno de análisis. Además, esta “simpleza” con la que la autora dice que ha elaborado la obra, se complementa con un dibujo muy diferente al habitual, dando lugar a una obra muy bella.
Como en todo manga de esta temática, hay dos personajes masculinos protagonistas que siempre tienen el mismo rol. Uno de ellos es Rihito Sajô, quien sería el “personaje femenino” o pasivo de la relación (uke), mientras que Hikaru Kusakabe sería el “personaje masculino” o activo (seme). Estos dos roles se repiten sistemáticamente en todo el género, al igual que sus características.
Rihito Sajô es un estudiante modelo que, por problemas de salud, no pudo ingresar en ninguna kokô (bachiller) de alto nivel. El que sea un estudiante de sobresaliente acarrea una gran consecuencia, y es que en un instituto de segundo o de tercer nivel, el hecho de que haya alguien tan inteligente está fuera de la norma, por lo que es marginado por sus compañeros y es condenado al ostracismo (ijime).
El otro personaje principal, Hikaru Kusakabe, es lo contrario al anterior. Se trata de un chico al que no le importan los estudios, sino que lo que le interesa de verdad es tocar en su banda de música y poder vivir de ello en el futuro, y esto lo convierte en un chico popular dentro del instituto.
El manga nos sitúa en el instituto Número 1 del distrito Este de Tokio, un centro privado masculino al cual acuden estudiantes con un bajo nivel académico. La trama comienza cuando el profesor de música Manabu Hara está organizando un musical con la clase de segundo de preparatoria, clase en la que se encuentran los protagonistas.
Poco a poco los dos personajes se van enamorando, teniendo que lidiar con los problemas de la adolescencia. Sajô quiere ingresar en una buena universidad, por lo que tiene que asistir a una academia (juku) por la tarde para preparar el examen de acceso. Esto, junto con los problemas familiares que tiene, hará muy dificultoso su avance en la relación con Kusakabe.
El principal problema que tiene este romance es el hecho de que Kusakabe es popular y Sajô es el “desviado” de la norma. Esto es algo que afecta mucho a Sajô porque en Japón se da un fenómeno que en los países occidentales es más atípico, y es que ante la sociedad hay que actuar de manera apropiada, ateniéndose a la norma y haciendo lo “correcto”; es decir, por un lado está el tatemae, aquello que la sociedad considera adecuado, y por otro lado está el honne, los sentimientos y las acciones que uno debe reservar para su ámbito privado.
A esta pareja habría que añadir un tercero en discordia: el profesor de música y orientador de Sajô, Manabu Hara, quien está enamorado de Sajô y siempre le aconseja. Esto es algo que se ve cuando tienen una reunión para hablar sobre su futuro, animando a su estudiante a que aspire a la mejor de las universidades japonesas.
Todo el manga trata sobre el estrés y la presión que siente Sajô, luchando contra lo imperante en la sociedad con la ayuda de su pareja Kusakabe, hasta el punto de discutir y de pelearse por causas sociales.
Lo primero que se ve en elmanga es el panorama de la educación. Los dos estudiantes se encuentran en la kotogakko, preparatoria o bachillerato, en donde la estancia va desde los 15 hasta los 18 años. En este caso, además, están en un instituto privado, algo que todos los padres quieren para sus hijos, pues consideran que en ellos se imparte una mejor educación y preparan mejor a sus alumnos para los exámenes de acceso a la universidad.
En él se ve algo también característico del sistema educativo japonés, el ijime, una forma de acoso escolar al que aquellos estudiantes que no encajan son condenados. Este es el caso de uno de los protagonistas, que, como ya se ha señalado anteriormente, no tiene amigos y es considerado el “bicho raro” del instituto, siendo condenado al ostracismo y al aislamiento. Esto es algo muy preocupante porque en Japón es muy importante el grupo, y, por ello, el protagonista tiene ciertos traumas.
También se ve el caso de las juku, academias que sirven para preparar los exámenes de acceso a la universidad. El horario de las juku es, aproximadamente, de 17:00 a 22:00, y el horario de las clases de la kôkôes de 8:00 a 15:00. De este modo, se puede comprender la presión que sienten los estudiantes japoneses, pues aquellos que quieran acceder a una buena universidad tienen que olvidarse de la vida social y centrarse únicamente en estudiar para así poder satisfacer a sus familiares y a la sociedad.
Esta satisfacción es algo que Sajô muestra muy bien. Defraudó y decepcionó a sus padres porque no pudo aprobar ningún examen para acudir a una preparatoria decente debido a que se mareaba y se desmayaba cuando se encontraba rodeado de gente en un espacio angosto. Es por ello por lo que quiere acceder a la Universidad de Kioto, para así satisfacer a sus padres y que se sientan orgullosos de él. Toda esta presión que siente Sajô se convierte en esfuerzo, en gambaru, algo muy característico de los estudiantes japoneses, es decir, estudiar, trabajar y esforzarse sin mostrar sufrimiento.
También se ve que los estudiantes ya no confían en el sistema japonés, razón por la cual la mayoría de los estudiantes que aparecen en el manga no quieren asistir a la universidad. Esto es porque, debido a la crisis económica que lleva sufriendo Japón desde hace más de veinte años, los jóvenes ya no tienen los mismos valores que tenían las generaciones anteriores, queriendo más trabajar para vivir que vivir para trabajar.
Pero la educación solo es uno de los temas que se tratan en la obra, otro de ellos es el de la familia y del trabajo. A pesar de que la familia de Kusakabe no aparece en el manga, sí que lo hace la de Sajô. Esta familia está compuesta por una madre, un padre y un hijo, es decir, una familia japonesa normal en la que ambos padres trabajan en empresas para poder dar una buena educación a su hijo. Se ve también como la madre es el eje que une al hijo y al marido, ya que el marido se encuentra trabajando fuera del país, algo que no puede rechazar, pues es esencial para poder pagar los estudios de su hijo y la hipoteca de la casa.
La relación que tienen el padre y el hijo apenas es reflejada, tan solo en una escena en la que el padre vuelve de Corea y cenan juntos. De este modo, mientras que la madre y el hijo sí tienen una relación muy directa, hasta el punto hablarle sobre su sexualidad, no es igual con su padre, con quien no ha entablado mucha confianza debido a su trabajo.
Por último, el tema más importante que trata el manga es el de la homosexualidad. Como se puede ver en la obra, la homosexualidad no es algo que esté vetada en el país, pero tampoco está bien vista a ojos de la sociedad, y es por esto último por lo que se caracterizan la mayoría de los mangas y animes de esta temática.
La homosexualidad en Japón nunca ha sido algo extraño, y en la actualidad hay varios movimientos que luchan por los derechos de esta minoría. A pesar de todo, el Partido Liberal Democrático, dirigido por el Primer Ministro, Shinzô Abe, considera que las relaciones homosexuales rompen con la familia japonesa y desestructuran la sociedad, pero su esposa, Akie Abe, por el contrario, está a favor del matrimonio homosexual y encabezó el desfile del Orgullo Gay de Tokio del 2014. Este matrimonio ya demuestra las diferentes opiniones que hay en el país nipón acerca de la homosexualidad y, sobre todo, la visión que tiene la mujer acerca de ello.
En el manga este tema no es tratado de manera extraña, a pesar de que Sajô crea que no está bien porque al tener relaciones con hombres se sale de la norma establecida de la sociedad, algo que le preocupa durante toda la historia, incluso le pide perdón a su madre porque cree que la ha decepcionado por ser homosexual. Por otro lado, Kusakabe no cree en el sistema japonés y lo único que quiere es vivir su vida como se le antoje, sin tener que preocuparse de lo que opine la sociedad sobre él.
En Japón, la sociedad se encarga de dictaminar las normas de comportamiento y todo aquel que se aleje de ellas es considerado un “desviado” y es marginado. Es posible que esto sea algo que esté cambiando en el país, pues, también a causa de la crisis, la gente joven ve las cosas de manera diferente a sus antecesores.
A pesar de que tanto a la madre de Sajô como al amigo de Kusakabe les extraña que sean homosexuales, lo aceptan y les desean lo mejor. Se ve con esto que la homosexualidad no se rechaza tanto en el país nipón como se cree porque no se le da tanta importancia como en los países occidentales, y esto, en parte, puede que tenga que ver con el comportamiento de las personas en público.En público no se suelen mostrar sentimientos, sino que se guardan para un ámbito más privado. El manga hace una referencia a ello cuando Kusakabe quiere besar a Sajô en público y éste le dice que no porque hay demasiada gente, o cuando están solos en el tren, se cogen de la mano y Sajô le dice a Kusakabe que le suelte si viene alguien.
¿Pero hasta qué punto es real la historia del manga? ¿Realmente está la homosexualidad en Japón tan aceptada? Sí es cierto que la apreciación de la homosexualidad en el país nipón ha cambiado mucho en esta última década, sobre todo entre la población joven.
Si se mira la gráfica, se puede ver cómo la permisibilidad de la homosexualidad ha aumentado en todos los países industrializados. En el caso de Japón, pasó de un 54% de discriminación en 1981 a un 24% en 2006; pero esto no quiere decir que la homosexualidad sea aceptada en este país, sino que simplemente se han permitido estas relaciones no heterosexuales.
A partir del año 2007 se puede ver cómo la aceptación de la homosexualidad aumentó en los países industrializados. En la siguiente gráfica se puede ver cómo, en el caso de Japón, la aceptación de la homosexualidad aumentó de un 49% en 2007 a un 54% de la población en el año 2013.
Pero esta gráfica no es del todo cierta, ya que en Japón hay un aspecto muy importante a tener en cuenta: el envejecimiento de la población. Si se mira esta aceptación en sectores de edad, se ve cómo, en Japón, la población joven tolera la homosexualidad en un 83%, la población joven-adulta en un 71% y la población madura-adulta y anciana en un 39%. Con estos datos, y teniendo en cuenta que la mayoría de la población japonesa tiene más de 50 años, se puede ver que la homosexualidad no está tan aceptada como parece.
Los valores tradicionales en los que están educados los adultos nacidos antes y durante la Segunda Guerra Mundial, así como aquellos nacidos en la inmediata posguerra, tienen unos valores muy relacionados con la forma de pensar de los estadounidenses, debido a la ocupación norteamericana del archipiélago nipón tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial. De este modo, se puede entender la razón por la que la homosexualidad no está tan bien aceptada en esos grupos de edad avanzada. En cambio, los jóvenes, quienes serán el futuro del país, son quienes más toleran las relaciones amorosas y sexuales con personas del mismo sexo, tal vez por el cambio de mentalidad de estos jóvenes, que ya no confían tanto en el sistema tradicional japonés.
Teniendo estos datos en cuenta, ante la pregunta que se formuló anteriormente sobre la veracidad de los hechos que ilustra el manga, la respuesta podría ser afirmativa, ya que es la población joven la que tolera la homosexualidad, y no aparecen muchos personajes adultos en la trama; por otro lado, es cierto que el tema se idealiza y además los personajes no admiten su homosexualidad abiertamente, es decir, que posiblemente haya sectores de la población que, en la realidad, acosarían a este tipo de estudiantes. De hecho, en casos extremos, los homosexuales japoneses se pueden enfrentar al aislamiento y a la discriminación social, pudiendo ser abandonados por sus familias o perder el trabajo. Este miedo a perder a sus familiares, amigos o trabajos provoca que los nipones no heterosexuales mantengan en secreto su sexualidad.[3]
También en el manga aparece una pedida de matrimonio de Kusakabe a Sajô, a la cual no se le suele dar mayor importancia, pero en el 2010 el matrimonio homosexual era ilegal, aunque eso no quiere decir que fuese imposible contraer matrimonio con personas del mismo sexo. Estos matrimonios se podían realizar, pero eran ilegales; se organizaban por asociaciones u organizaciones[4] para satisfacer el deseo de los contrayentes. Un ejemplo de ello es el de la política japonesa Kanako Otsuji, quien se casó con Maki Kimura en el año 2007 de manera ilegal.
Recientemente, el 31 de marzo del 2015, se aprobó el matrimonio homosexual en el distrito de Shibuya de la ciudad de Tokio, no siendo extraño que desde entonces aparezcan matrimonios homosexuales en mangas, animes o novelas japonesas de este género.
En la misma clase, a pesar de ser ficción y no realidad, trata muchas cuestiones de la sociedad japonesa actual, como pueden serlas relaciones homosexuales, la lealtad al trabajo, lo políticamente correcto para la sociedad, el sistema educativo japonés o las relaciones familiares.
En él se ve cómo los jóvenes están perdiendo la lealtad al estado japonés y abogan por otros pensamientos y formas de actuar. En cuanto a la homosexualidad que está reflejada en el manga, ésta no se puede comparar con la realidad, pues las parejas homosexuales no actúan como se hace en la obra, es decir, no tienen esos dos roles estereotipados de uke y seme. Lo que sí es cierto, y es importante, es cómo es visto este aspecto dentro del manga, tanto por los protagonistas como por la sociedad que les rodea, contraponiéndose tres opiniones: el sistema tradicional y la importancia de la sociedad japonesa, dos características que se manifiestan en Sajô; la libertad y la desconfianza en el sistema japonés y en las normas establecidas por la sociedad japonesa, reflejado en Kusakabe; y el pensamiento de querer unir el sistema tradicional japonés con el rompimiento de las normas establecidas por la política y la sociedad japonesa, quedando estos dos últimos aspectos reflejados muy bien en la figura del profesor Hara.
En la misma clase es una muestra muy clara de que la sociedad japonesa está cambiando, y aunque no es la intención de la autora reflejar este hecho, lo hace de manera indirecta, pues es lo que se vive en la sociedad actual. Pero estos cambios tardarán mucho en arraigarse en Japón, y siempre estarán presentes los rasgos tradicionales japoneses.
Notas:
[1] De esta temática hay muchas obras, siendo las más conocidas para los occidentales los mangas de las autoras Shungiku Nakamura (JunjôRomantica, Sekaiichi Hatsukoi, HybridChild) y Maki Murakami (Gravitation) y
[2] Nakamura, Asumiko. En la misma clase, vol. 1. Tarragona, Ediciones Tomodomo, 2014, p. 181.
[3] Ito, Daisuke. College Students’ Prejudiced Attitudes toward Homosexuals: A Comparative Analysis in Japan and the United States. Georgia, Universidad Estatal de Georgia, 2007, pp. 18-23.
[4] Dos lugares en donde las parejas homosexuales japonesas se podían casar de manera ficticia eran Disneyland Tokyo y el templo budista del siglo XVI Shunkôin.