Bleach. Tite Kubo
Editado por Shûeisha en Shônen Jump. En España por Norma Editorial.
Prometo al lector que será la última vez que hable de shônen en bastante tiempo. Desde Ecos de Asia he vuelto sobre el tema una y otra vez, haciendo crítica de los principales mangas de este género publicados en España, incluyendo los que llevan bastante tiempo editándose, como One Piece o Naruto, y destacando la diferencia terminológica y algunas de las dificultades que voy observando conforme me acerco más al tema (siempre desde una perspectiva española). Pero para completar la tríada de ventas más exitosa de nuestro país, tenemos que referirnos a una tercera propuesta: Bleach. La obra cumbre (hasta el momento) del mangaka Tite Kubo, ha gozado de bastante éxito en España. También en su versión en anime.
El manga es un buen ejemplo de hibridación de distintas influencias, desde el cristianismo hasta conceptos propios del sintoísmo. Gravitan distintos personajes de tono sobrenatural, entre los que destacan los shinigami, encargados de mantener el orden en el cómputo de almas universal. Ichigo, un ser humano normal y corriente, recibe de casualidad los poderes de uno de estos semidioses de la muerte, lo que le acarrea múltiples problemas que acaban salpicando también a las personas que le rodean. Los rasgos del héroe shônen se dan cita una vez más, presentando a un muchacho normal, que se ve arrastrado fuera de su vida corriente a partir de un acontecimiento concreto. El sentido del deber y la lucha contra los obstáculos del destino lo consolidan como un Ulises moderno. Es decir, el marco argumental no ofrece grandes renovaciones.
¿Posee elementos nuevos? ¿Lo diferencian en algo de otros shônen como Naruto o One Piece? Como en tantas otras ocasiones, la respuesta es “no”. ¿Merece la pena leerlo? Depende. El lector debería de cumplir dos puntos si quiere aventurarse dentro de su lectura: en primer lugar, lógicamente, tendría que gustarle el shônen, tanto a nivel argumental como en lo que respecta a la estética más extendida en este género, del mismo tipo que Naruto, con viñetas que plasman secuencias rápidas tratando de potenciar la tensión de un momento, temporalmente, lento (es decir: poca acción física pero mucha acción psicológica) en contraste con batallas animadas resueltas siempre con lógica, en el último minuto y sin que (casi) ningún personaje fallezca de modo definitivo. En segundo lugar, de nuevo siguiendo la estela de Naruto, el lector debe haber disfrutado previamente con la lectura de Dragon Ball. Al igual que muchos mangakas de shônen, la huella entre Tite Kubo y Akira Toriyama es muy fuerte. En un resumen rápido, Bleach es lo que habría sido Dragon Ball si sus personajes hubieran luchado mayoritariamente con espadas en vez de a puñetazos.
Si el lector cumple estas dos condiciones, puede aventurarse a leer Bleach, pero teniendo en cuenta que existe una diferencia de calidad muy alta entre una saga y otra. Algunas se encuentran muy bien construidas, y otras resultan, como mínimo, de lectura bastante ardua. La serialización actual de Norma Editorial en España presenta una saga un tanto aburrida y de desenlace más que previsible. En general, en tanto que las primeras propuestas del manga fueron buenas, y llegaron a alcanzar ciertas dosis de emoción, sería recomendable que el lector aguantase unos cuantos capítulos, y abordase la lectura de la saga de la Sociedad de Alma, una de las mejores creadas por Tite Kubo. Sin embargo, los últimos sones están resultando un tanto repetitivos y aburridos. Para el lector que se acercase en algún momento a Bleach y abandonara su lectura tras alguna de las primeras sagas, esta crítica no va a resultarle muy positiva. Desde el prisma que nos dan los últimos tomos publicados en nuestro país (la serie en Japón va, lógicamente, mucho más adelantada), Tite Kubo no está sabiendo aprovechar su éxito. Y eso puede costarle caro.