Los días 14, 15 y 16 de diciembre se celebró el XVII Salón del Cómic de Zaragoza, uno de los eventos dedicados al mundo de la historieta más importantes del territorio español, organizado con la ayuda de numerosas instituciones zaragozanas como el Servicio de Centros Cívicos del Ayuntamiento de Zaragoza, que en esta edición rindió homenaje al dibujante aragonés Carlos Ezquerra, creador de importantes obras de proyección internacional como Juez Dredd.
Tal y como viene siendo habitual desde ediciones anteriores, el tema del tebeo se abordó desde muy distintas perspectivas, con los stands de editoriales establecidas, caso de Norma Editorial y Ponent Mont, compartiendo espacio con fanzines como Los Diletantes, ganador del premio al Mejor Fanzine en el 36º Salón del Cómic de Barcelona este mismo año, muchos de cuyos autores demostraron su habilidad con el lápiz haciendo dibujos personalizados para la ocasión. Japón fue otro de los pilares del salón, siendo fuente de inspiración para fanzines como Studio Natsume, en cuya producción se percibe la influencia del dôjinshi japonés, pero también de forma más directa mediante la venta de merchandising oficial de manga y anime, a través de tiendas como TokyoShop. Tampoco faltaron las asociaciones de aficionados al Cool Japan, como la Asociación Mangaku o la Asociación Tatakae, que organizaron numerosas actividades (concursos de cosplay, juegos con tambores japoneses…) para poner a prueba las habilidades de los otaku asistentes, así como las dedicadas a aspectos más tradicionales de la cultura del archipiélago, como la Asociación Momiji o la Organización Nacional Japonesa de Turismo (JNTO), que permitían acercarnos a aspectos más clásicos de esta cultura milenaria.
Otra de las partes principales del evento fueron las numerosas charlas impartidas que abarcaron todas las facetas del cómic, tanto occidental como japonés, desde el viñeteado a la traducción, lo que se vio complementado con la organización de numerosos talleres para gente de todas las edades, donde reconocidos dibujantes de fanzine como Mikelodigas compartían sus técnicas con el público interesado.
No sólo el cómic tuvo cabida en el salón, sino que también se pudieron disfrutar torneos de videojuegos y exhibiciones de baile K-pop y J-pop y de karaoke, en los que participó una multitud de entusiasmados espectadores, lo que amenizaba la visita a los stands.
Este salón contó, además, con la presencia de una larga lista de invitados ilustres quienes participaron en entrevistas o en el espacio de Firma de Autores, donde podemos destacar a Antonio Altarriba, renombrado guionista de cómics y director de la revista Neuróptica (que volverá a editarse a partir del año que viene gracias a la iniciativa del doctorando de la Universidad de Zaragoza Julio Andrés Gracia), a John Wagner, uno de los artífices del renacer del cómic británico en la década de los setenta, o a Xian Nu Studio, autoras del fenómeno internacional Corazón de Melón.
La gran variedad y número de actividades organizadas durante los tres días de duración del salón, que sin duda constituyeron uno de sus puntos fuertes, motivó la asistencia a todas las sesiones de una cantidad de público sin precedentes, lo que por otra parte derivó en uno de los pocos problemas organizativos que pueden achacarse a esta edición: la venta constante de entradas provocó que el aforo del recinto se llenara rápidamente, y dejó a muchos asistentes en la entrada esperando que se vaciara el espacio sin saber si les sería posible entrar.
En definitiva, el XVII Salón del Cómic de Zaragoza vuelve a erigirse como uno de los eventos más remarcables en el calendario de actividades culturales de la capital aragonesa. La diversidad temática de las actividades propuestas, el alto nivel de los invitados y de los conferenciantes, así como el implicado público lo convierten, al margen de las largas esperas, en un acontecimiento que tanto profesionales como aficionados al cómic, ya sea occidental o japonés, pueden disfrutar.