Recuerdos de la Alhambra es una serie surcoreana producida por Netflix y protagonizada por Hyun Bin y Park Shin-hye, ambos actores establecidos en la industria. La serie comenzó su emisión a finales de noviembre en Corea del Sur, y fue añadida a Netflix paulatinamente, por lo que se puede seguir en casi cualquier rincón del mundo. Cada semana se estrenan dos episodios.
Esta serie trata la historia de Yoo Jin-woo (Hyun Bin), presidente de J One Holdings en su lucha por lanzar al mercado un juego diseñado por Jung Se-joo (Park Chan-yeol) que utilizaría las lentillas electrónicas de J One Holdings. La narración comienza cuando Se-joo contacta con nuestro protagonista cuando este se encuentra en Barcelona para reunirse en Granada en el Hostal Bonita, pero desaparece inmediatamente después. Jin-woo llega al hostal, que es propiedad de Hee-ju (Park Shin-hye), quien más tarde descubre que es la hermana mayor de See-joo. Al llegar a Granada Jin-woo decide probar el juego de realidad aumentada y se engancha rápidamente. Sin embargo, Cha Hyeong-seok (Park Hoon), ex-mejor amigo de Jin-woo y con quien mantiene una fuerte rivalidad también conoce el juego y lo quiere para sí. Jin-woo y Hyeong-seok empiezan a competir por y dentro del juego, lo que los lleva a descubrir secretos para los que tal vez no estaban preparados.
La serie está principalmente ambientada en Granada, e incluye varios elementos de la cultura española en su trama. El juego, diseñado por Se-joo, quien ha vivido en Granada la mayor parte de sus diecisiete años de vida, está ambientado en 1492, en la lucha entre el reino nazarí de Granada y las Coronas de Castilla y de Aragón. El jugador no pertenece a ninguno de los bandos, y debe enfrentarse a soldados de ambos para subir de nivel. Asimismo, dentro del juego hay un personaje llamado Emma, reoresentado por la imagen de Hee-ju. Esta mujer aparece tocando una guitarra española, interpretando la célebre pieza Recuerdos de la Alhambra, una obra compuesta en Granada por el guitarrista y compositor español Francisco Tárrega (1852-1909) en el año 1896. Esta canción, a su vez, ambienta gran parte de las escenas relacionadas con el juego de realidad aumentada.
Una de las cosas más chocantes de la serie como espectadora española, es que esta ambientación se ve interrumpida por lo que podría considerarse una falta de investigación. La serie fue grabada principalmente en Gerona, Cataluña; excepto las escenas que requerían el desplazamiento a Granada y Barcelona. Y es extraño ver cómo los personajes llegan a la ciudad andaluza en tren, lo que cualquier persona que haya visitado Granada sabe que es imposible, puesto que su estación de tren lleva años sin estar operativa. Incluso las pantallas que supuestamente muestran las llegadas a la estación dicen claramente Rodalies, que es un servicio de tren de cercanías catalán. El acento latino de la mayoría de los personajes que hablan en español también es un choque para aquellos que hablamos el idioma.
Sin embargo, lo más sorprendente es la multitud de esteladas y lazos amarillos que se ven en lo que supuestamente son las calles de Granada. Un ejemplo es una escena en la que Hee-ju vuelve a casa corriendo, donde se ve claramente el puente lleno de lazos amarillos y, cuando esta se encuentra conversando con su abuela, se ven varias esteladas colgando en los balcones.
Dejando estas anécdotas de lado, la serie es magnífica. La originalidad de su trama, así como el hecho de que esté ambientada en Granada, un lugar menos trillado que, digamos, Barcelona o Madrid;, le otorgan un brillo propio. La relación realidad-psique que se muestra especialmente en los episodios 7 y 8 es representada de tal manera que a día de hoy es imposible aclarar qué es realidad y qué no, y una de mis preguntas principales es sobre la conclusión de la trama, y si introducirán elementos fantásticos o si todo lo sucedido encontrará una solución lógica. A pesar de que los primeros capítulos son más lentos en lo que a trama se refiere, no se hacen pesados en ningún momento, ya que los guionistas utilizan hábilmente los saltos temporales para darle al espectador la información suficiente para que cree teorías y se plantee preguntas, sin hacerlo demasiado complicado de seguir. En los relativo a los actores, la actuación espectacular de Hyun-bin merece ser destacada, particularmente en los episodios 7 y 8, en los que su conflicto emocional es representado de una manera brillante no solo gracias al actor, sino a la maestría empleada por Ahn Gil con los planos medios largos.
En definitiva, Recuerdos de la Alhambra es una serie fresca y original que nos mantiene al borde del asiento. Aunque solo haya visto los primeros ocho capítulos, saber que solo me quedan ocho más es devastador. Es por esto que, una vez termine la serie, escribiré otro artículo en el que la analizaré en profundidad, ya que nos ha dado una multitud de momentos y detalles que merecen ser destacados.