Con motivo de la celebración de los 20 años del estreno de la película Susurros del corazón (Mimi wo sumaseba; Whisper of the Heart), eOne sacó a la venta el pasado 3 de noviembre una edición deluxe de esta desconocida (de hecho nunca se llegó a estrenar en España) joya del Estudio Ghibli. La misma, incluye el Blu-Ray y el DVD del largometraje, así como un libreto informativo.Por todo ello, se ha visto oportuno recuperar en estos instantes esta interesante obra, que, aunque vio la luz el 15 de julio de 1995, se alza como uno de los productos más imperecederos del ya citado estudio de animación japonés.
Lo cierto es que, a diferencia de lo que ocurre con otras películas de esta misma factoría, Susurros del corazón no está dirigida ni por Hayao Miyazaki (al que sí le corresponde el papel de guionista; conocido por El viaje de Chihiro, 2001, El castillo ambulante, 2004) ni por Isao Takahata (La tumba de las luciérnagas, 1988; Mis vecinos los Yamada, 1999). Esta vez, el encargado de llevar a pantalla el proyecto es Yoshifumi Kondo, quien falleció de forma prematura tres años después de su estreno.
La cinta está basada en el manga japonés del mismo nombre, escrito y editado por Aoi Hiiragi en 1989.
El largometraje cuenta la historia de Shizuku Tsukishima, una adolescente apasionada por la lectura que decide pasar sus vacaciones de verano leyendo en la biblioteca, así como traduciendo canciones extranjeras. Por azar, descubre que todos los libros que ha elegido han sido previamente consultados por la misma persona, un joven llamado Seiji Amasawa. Cuando lo conoce, éste le cuenta a Shizuku que su pasión es el arte de fabricar violines, y que le gustaría viajar a Cremona (Italia) para perfeccionar su técnica y aprender el oficio de lutier. Además, le anima a luchar por su sueño, que no es otro que el de convertirse en escritora.
Uno de los puntos fuertes de los que puede presumir la película, es el de crear una atmósfera mágica, sentimentalmente fuerte y atractiva, sin la necesidad de recurrir para ello a la fantasía. Es decir, desde la cotidianidad de una joven muchacha, se recrea todo un universo de emociones centrado en la lucha por alcanzar los sueños de cada uno de los protagonistas. Unos deseos que, a ambos, Shizuku y Seiji, les permitirán crecer como personas y encontrar su lugar en la vida.
Desde el ámbito técnico lo cierto es que el largometraje no solo tiene el mérito de ser la primera película japonesa en emplear el formato de sonido Dolby Digital, sino que además incluye como canción principal un tema de John Denver cantado por Olivia Newton-John, titulado Country Roads, Take Me Home. La importancia de la misma, reside en el hecho de que se convierte en el leitmotiv de la historia, puesto que se alza como la banda sonora del crecimiento personal desarrollado por Shizuku.
Se trata sin duda de una película arriesgada y valiente, que no duda en enfrentarse a la estricta educación nipona y realizar una leve crítica de ésta a través de los personajes principales. Éstos no solo se niegan a seguir los caminos marcados por la sociedad, sino que su deseo es el de desarrollar una trayectoria académica y personal alejada de convencionalismos, apostando por el poder de la creación y el arte que ellos mismos poseen. En definitiva, un canto a la libertad de elección y a la lucha por perseguir los sueños, única vía para conseguir la verdadera felicidad.
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