Pese al gran número de población china que habita en la Comunidad de Madrid (con cerca de 51.000 chinos empadronados), sólo existen dos librerías dedicadas a la cultura y literatura chinas. Una tercera se dedica por entero al chino como idioma extranjero. Podría significar el eslabón que el español necesita para sumergirse en su cultura. ¿Pero, cuáles son las causas de tal desequilibrio entre habitantes y número de librerías? A continuación, las analizamos sobre los raíles del gigante oriental.
Según el informe de la Oficina de Extranjería de 2014, en la Comunidad de Madrid habitan un total de 51.339 chinos empadronados; es decir, 470 chinos más que en enero de ese mismo año. Es innecesario argumentar que los chinos forman parte de nuestra sociedad de manera intrínseca; de hecho, la china ha sido la única nacionalidad que ha incrementado sus migraciones a nuestro país año tras año. Ante estas premisas, uno no puede discutir el hecho de que existan tantos locales chinos: restaurantes, tiendas de moda, accesorios para el móvil, alimentación, “todo a un euro” o centros de estética. Parece que los chinos podrían abrir toda clase de negocios. Sin embargo, hay un sector que se les resiste y que parece haber pasado desapercibido: el literario. De entre cientos de negocios chinos en Madrid (quizá miles), únicamente resaltan tres librerías destinadas por entero a la literatura y cultura chinas. Si descartamos Aprende Chino Hoy, que vende libros de idioma chino para estudiantes españoles, nos quedarían tan sólo dos. Reformulemos entonces la cuestión: dos librerías chinas para 51.339 chinos en Madrid. ¿Les salen las cuentas? Más que cuentas, salen dudas. Así que, con estos datos en la cabeza, decidimos coger el tren chino de alta velocidad de mercancías Yixinuo y lanzarnos a la aventura oriental por la capital.
Mientras viajamos en el vagón, consulto algunos datos de interés con respecto a China, país con 1,360 miles de millones de habitantes (fuente datosmacro.com, 2013). Si un chino quiere comprarse un libro, seguramente acudirá a Xinhua bookstore, la mayor cadena de libros de China continental. Abrió sus puertas en 1942 y actualmente cuenta con sedes en Pekín, Hong Kong, Macao, Nueva York, San Diego y Londres. Desde luego, parece que no hay excusa para no leer. Sin embargo, no toda la literatura es posible, ya que el Gobierno mantiene un estricto control sobre la cultura china, y cualquier retórica alejada de sus ideas, que no se ajuste a los valores establecidos, está prohibida, por lo que esto atañe influye en literarios chinos. Parece ser que la cultura no pasa por su mejor momento económico para el consumidor. ¿Acaso ese control cultural ha llegado a nuestro país y se ha manifestado en la escasez de librerías? Veámoslo.
Nuestra primera parada se hace llamar Liang You (“buen amigo” en chino), librería localizada en el distrito centro, en la calle Leganitos, 22, donde contabilizo cerca de quince locales chinos en apenas trescientos metros, desde peluquerías hasta autoescuelas. Al entrar en Liang You, el dependiente asiático, que entiende el idioma español, nos recibe como si ya nos conociera. En realidad, nos cuenta, en su tienda compran en su mayoría españoles. El lugar es un local pequeño, pero con mucho contenido para sentirse en China: libros infantiles, de cocina, poesía antigua, música, películas, novelas de literatura contemporánea y hasta anuncios en chino, ¿quizá busquen profesores particulares?, ¿o vendan su coche y alquilen su piso? Imposible saberlo, así que continúo recorriendo los pasillos entre manhua, revistas para jóvenes o periódicos sobre noticias de Madrid en chino. Todo un alarde de integración. Durante nuestra visita, el dueño permanece en silencio hasta que se le pregunta. Entonces levanta la cabeza y, en actitud sonriente, nos cuenta que lleva abierto trece años. ¿Lo que más vende? Novelas y libros de estudio. ¿En qué dialecto? En chino cantonés, después, en chino mandarín. ¿Antecedentes libreros en china? Sonríe. Todo lo que tiene lo ha conseguido en Madrid. Una segunda vuelta de escrutinio nos obliga a comprar un periódico. El País, ABC o El Mundo no tienen cabida, ni siquiera el Xinhua, diario del Pueblo Chino (tan popular en el país oriental). En su lugar, destacan otros como el Ouhua Bao, Hua Xin o Zhongguo Bao, los tres cuentan noticias de Madrid en chino. Escogemos el primero, en portada aparecen Mariano Rajoy y Artur Mas en una de sus reuniones antagónicas sobre la independencia catalana. Lo abrimos sin ánimo de entendimiento. Le damos las gracias en chino, “xiè, xiè”, al dependiente y nos marchamos. A medida que Leganitos nos cobija y escolta entre comercios orientales, vamos reflexionando. Sí, hay calidad, productos y cultura. ¿Entonces, a qué se debe la escasa oferta de establecimientos de este tipo?, ¿puede ser que no haya sector que consuma este tipo de productos?
La siguiente parada nos lleva a la calle Valdeiglesias, 6, cerca de Cibeles. Allí nos entrevistamos con Javier Moreno (1975), un argentino afincado en España desde hace dieciséis años, que dirige la librería Aprende Chino Hoy. Nos recibe a las 10 de la mañana en su local. Allí distribuye manuales de chino a academias, particulares o librerías temáticas. Frente a frente, nos explica que llevan siete años en el negocio. Su nacimiento se produjo en el 2007 como escuela de chino. La crisis les dio la bienvenida, aunque a los pocos días se vieron inmersos en la moda de aprender chino que hubo en el mismo periodo. ¿Deben entonces de agradecer la crisis? “No sé si nuestro negocio, sin la crisis, habría sido mejor, porque si no hubiera habido crisis, nadie se habría puesto a estudiar chino. Creció el idioma y nosotros crecimos con él”, declara. Después, advirtieron la falta de manuales para aprender chino, japonés y coreano y continuaron como librería, distribuidores y editores. A principios del 2014 se mudaron al local que tienen en la actualidad. Así, poco a poco Javier ha sabido estar a la altura de la demanda y desmarcarse de otros distribuidores del mismo producto.
Lo que más se demandan son libros de textos para principiantes y de gramática (…) Pero si realmente alguien quiere saber lo que nos caracteriza, son los productos exclusivos, como el libro de caracteres chinos que traemos de Corea. También le damos un trato especial y de tú a tú a quien viene a vernos. Entendemos muy bien al estudiante chino porque nosotros lo hemos sido.
Más tarde, aludió al colectivo de padres adoptantes de niños y del vocabulario chino dedicado a ellos: “Tenemos materiales audiovisuales para bebés, DVD o programas de la televisión dirigidos a niños chinos. De todas formas, me decía, la adquisición del lenguaje es muy lenta, es un idioma tonal y nos cuesta mucho aprender chino”.
¿Qué ocurre con la literatura china?, ¿no venden novelas o libros en verso? Javier se muestra claro con un no. “En Aprende Chino Hoy no acuden chinos, para ellos no hay material y solo tenemos un poco de literatura, pero es para un alumno muy avanzado.” También me asegura que tienen métodos de lectura de historias cortas y diez libros de escritores importantes, “aunque esto es algo secundario, me apunta, porque el chino no viene a por ello”.
Su web es muy completa, podemos encontrar libros de texto, lectura graduada, chino para niños, material para profesores o manuales de preparación para el HSK[1] u otros exámenes, chino para negocios, juegos, cuadernos de escritura, material multimedia, un directorio de escuelas y, por supuesto, clases online.
Mi pregunta acerca de cómo ha influido el chino en nuestro país es ineludible. “El que estudiaba chino era una persona peculiar, pero ahora ya no. Ahora hay muchos niños estudiando chino y hay muchas escuelas”. Si hay tantas escuelas, pienso, ¿es cierto que el chino podría desplazar al inglés y ser el idioma del futuro? A este respecto, Moreno se muestra taxativo. No cree que el chino suplante al inglés, y reitera que es un idioma muy difícil. “No puede ser el idioma universal. Lo que sí puede pasar es que esté detrás del inglés. El chino podría ser una especie de lengua franca. La escritura le pone un obstáculo muy grande. El 99% no se parece en nada al español”.
Aprende Chino Hoy también se expande y su tren continúa, quieren desarrollan más aspectos sobre cómo estudiar la lengua y crear más productos educativos. A fin de cuentas, parece un perfecto entorno para adentrarnos en la cultura asiática en Madrid.
Ya poseemos suficientes datos como para formular una hipótesis, pero debemos dirigirnos a un último destino. A la mañana siguiente partimos dirección Usera, más conocida como “el Chinatown madrileño”, con una población de casi 10.000 chinos. Esta vez nos citamos con nuestro amigo chino YiFan. Ya en la parada de metro se percibe lo que hay en la superficie y comienzo a sentirme extranjera. A la salida, creemos estar en China. Caminamos entre spas, guarderías o gimnasios chinos hasta llegar a la calle Dolores Barranco, 38. La librería Chen Xiao Hong nos espera.
Nada más entrar hay dos sorpresas. La primera, su amplitud. A la entrada nos da la bienvenida la decoración de linternas rojas y amarillas, típica de restaurantes chinos. La segunda, el rechazo de la dependienta ante nuestra pregunta en español, “español, no, español, no”. Recurrimos a YiFan para que haga de traductor. De cinco minutos de conversación, traduce treinta segundos. “En un rato vendrá una chica que habla también español para que podáis hablar”, asegura. Mientras tanto, nos dedicamos a recorrer pasillos y a traducir los carteles de las estanterías. Ni una palabra impresa en español. De fondo, se escucha hablar en chino. En una televisión de pantalla plana visible para el consumidor, se puede seguir una telenovela china. El idioma constante acentúa la sensación de estar en cualquier país asiático. En los cuatro largos pasillos encontramos toda clase de artículos perfectamente colocados: revistas de viaje, economía, política, revistas atrasadas; series míticas en CD, históricas, de artes marciales, modernas, policíacas o militares; películas, música, dibujos animados o manuales de estudio. Los libros y cómics aparecen plastificados. Los hay de espionaje, literatura extranjera, románticos, fantasía, clásicos, de negocios, cocina, salud, chino para españoles y viceversa. Material de papelería como ábacos, tinta o cuadernos de caligrafía. Tablas de vocabulario. La mente se llena de artilugios y caracteres chinos. No sólo allá dónde miremos, sino todo lo que escuchamos. La saturación comienza a hacerse presente.
Cuando terminamos de inspeccionar cada rincón, nos dirigimos a la dependienta, una joven china que habla español perfectamente. Nos dice que llevan más de diez años abiertos. La idea surgió de un familiar que regentaba una librería en Francia. Nos sorprendemos de nuevo. Es un placer que el negocio siga en pie en otro espacio geográfico. “Nosotros vendemos más chino mandarín que cantonés”, dice. Nos interesamos entonces por el tipo de consumidor. “También vienen muchos españoles, aunque mayoritariamente es una librería china para chinos”. Los periódicos que destacan en el mostrador son los mismos de la calle Leganitos. Antes de que China nos engulla por completo, decidimos irnos de allí con un “xiè xié”.
De camino a la estación de Usera, nos despedimos de forma paulatina de ese microcosmos en el sur de Madrid tan necesario para la comunidad china. Mientras esperamos tren Yixinuo, recapacitamos sobre lo vivido y retomamos la pregunta de origen. ¿Tienen más de 51.000 chinos suficiente con dos librerías en su idioma? No, la pregunta exacta es si necesitan más. La respuesta es sencilla. No hay demanda. La comunidad china no reclama literatura, el inmigrante de clase media baja que ha llegado a nuestro país no lee. Puede resultar algo categórico, pero es real. El chino no consume literatura china, cabría preguntarse por qué y si realmente Internet suple ese hueco cultural que el chino podría reclamar o el Gobierno que han dejado atrás todavía les veta el camino cultural al que cualquier consumidor tiene derecho.
Sea como fuere, los caracteres chinos ya tienen su espacio a miles de kilómetros de distancia. Los españoles, si queremos integrarnos en su lengua, aquí en Madrid, no tenemos más que aprender su idioma en lugares como Aprender Chino Hoy para después coger el tren y seguir su trayectoria por su cultura sin miedo a descender al andén. Hay mucho que mostrar y mucho tiempo por delante. Esperemos que la demanda literaria algún día sea equitativa a la población oriental en la Comunidad de Madrid y que el gigante asiático expanda la cultura literaria allá donde vaya. Mientras tanto, mientras suena el pitido del final de la estación, busquemos esos eslabones idiomáticos que nos acercan más a lo oriental.
Para saber más:
Librería Liang You. C/ Leganitos 22. Metro Plaza España.
Librería-papelería China Chen Xiao Hong. C/ Dolores Barranco, 38. Metro Usera.
Aprende Chino Hoy. C/ Marques de Valdeiglesias, 6. Metro Banco de España.
Notas:
[1] Hànyǔ Shuǐpíng Kǎoshì, traducido, corresponden a las siglas del examen estándar de Chino. Junto con el YCT y el HSKK forman los únicos exámenes oficiales de chino que actualmente organiza el Instituto Confucio de Madrid (ICM).
Nǐmen hǎo!
Creo que la conclusion es algo precipitada. En verdad hay una cosa que habeis pasado por alto.. Internet.
China se ha desarrollado muy drasticamente en las ultimas decadas, y ademas lo ha hecho de la mano de la tecnologia.
Un señor cualquiera va a comprar una bolsa de naranjas y paga con el movil. Algo impensable en España, pero que alli es practicamente la normal, incluso en pueblos lejos de las grandes ciudades.
A mi forma de verlo, haria una separacion en el tipo de ciudadano chino que podemos encontrarnos en Madrid:
• Los mas mayores y dueños de negocios. Suelen tener cargas familiares y un trabajo que les deja practicamente sin tiempo. No estan muy interesados en aprender nuestro idioma y posiblemente tampoco hablen ingles. No creo que este perfil esté especialmente interesado en consumir literatura ni china ni “extranjera”.
• Sin embargo, en el perfil opuesto, encontrariamos a jovenes, estudiantes temporales (intercambios, becas, etc..) y chinos de segunda generacion que, o bien hablan español o estan estudiandolo y que ademas tienen un nivel minimo del ingles.
Creo que este perfil, de hecho, consume bastante literatura, y ademas estan mas “occidentalizados”, lo que creo que amplia su abanico de posibilidades a la literatura en español y en ingles (ademas de la china).
Teniendo en cuenta este ultimo perfil, y volviendo al ejemplo del señor de las naranjas… creo que la diferencia entre nuestro consumo de literatura y el de ellos esta en que la poblacion china ha asimilado y hace mucho mas uso de internet, siendo mas dados tanto a la compra por internet (libros en este caso), como a usar el formato digital.
Y como reflexion final, un caso similar: Los videoclubs.
Esos locales que desaparecieron de nuestros barrios casi de la noche a la mañana. Es que la gente ya no consume cine? O quizas es que Netflix y Youtube se han “comido con patatas” el formato fisico?
Un saludo.