La Segunda Guerra Mundial ha sido, sin lugar a dudas, uno de los períodos históricos que más huella ha dejado en el mundo del celuloide, siendo numerosas y de temática variada las producciones que han buscado abordar, desde diferentes ángulos y puntos de vista, este colosal conflicto. Precisamente, a finales de 2016 ha llegado a las carteleras el penúltimo acercamiento a esta etapa histórica, de la mano de su galardonado director Mel Gibson, todo ello con una película que competirá con seis nominaciones en la próxima ceremonia de los premios Oscar.
Mel Gibson es uno de esos directores que rara vez deja indiferente al público, logrando crear historias de gran simbolismo y crítica sociocultural, en las que un personaje principal en torno al cual gira el argumento de la cinta, acaba por cuestionar con su palabra o sus actos las acciones de los que le rodean. No obstante, si bien gran parte de sus obras como director estaban basadas en hechos reales pertenecientes a distintas etapas históricas, esta es la primera vez que su cine aborda un evento de marcado protagonismo en la historia de Asia, como es la Guerra del Pacífico.
De esta forma, Hasta el último Hombre hace partícipe al espectador de la increíble historia del soldado Desmond Thomas Doss, primer objetor de conciencia del ejército norteamericano que recibiría la Medalla de Honor de manos del Presidente Truman. Interpretado por el actor Andrew Garfield, el cabo Doss llevaría a cabo una gran contribución durante la batalla de Okinawa,[1] en la que acabaría salvando numerosas vidas de soldados norteamericanos. A lo largo de la historia, la actuación de Andrew Garfield se verá respaldada por muchos otros rostros conocidos del celuloide entre los que cabe destacar a Hugo Weaving, Teresa Palmer, Sam Worthington o Vince Vaughn.
Nos encontramos ante una película bélica que claramente se encuentra estructurada en dos partes bien diferenciadas. Así, en una primera parte del film asistiremos a los orígenes de Desmond a la vez que se nos relatarán su interés por convertirse en médico militar y los motivos que le hicieron posicionarse como objetor de conciencia. Mientras que la segunda parte del film transcurrirá en el campo de batalla, narrando con todo lujo de detalles la participación de Desmond y su 77ª División en la batalla de Okinawa. Todo ello en una cinta que busca hacer partícipe al espectador del viaje interior emprendido por su protagonista así como de sus vivencias en el frente de batalla.
En lo que refiere a la estética del film está se encontraría en un punto intermedio entre la perteneciente a películas como Pearl Harbor (2001), predominante en la primera parte del film, para pasar en su segunda parte a una estética que busca ser fiel reflejo de las desventuras vividas por los soldados en el campo de batalla y en la que se aprecia una influencia de películas como Salvar al soldado Ryan (1998), o la más reciente Cartas desde Iwo Jima (2006).
Precisamente, dicha estética realista de la segunda mitad del metraje que busca reflejar la cruda situación real vivida en el frente es la que, sumada a las buenas actuaciones del reparto, hace que la película acabe ganando enteros. Lo que sumado a la primera mitad del film conforma una historia en la que el espectador asiste, poniéndose en la piel del protagonista, a la forja de un determinado carácter y a las consecuencias que acarreará en el futuro.
Como puntos débiles de la cinta cabe citar lo apresurado de su narración en los primeros compases de la cinta, lo que unido a una algo artificiosa historia de amor que precisamente recuerda en sus primeros compases a la ya mostrada en Pearl Harbor (2001), hacen que estemos ante una película notable en general pero que no conseguirá alcanzar su nivel de excelencia hasta que no adentre al espectador en el campo de batalla.
Con todo, estamos ante una de las cintas más recomendables de los últimos meses y que sabe ser un aliciente tanto para los amantes del cine bélico como para aquéllas personas que deseen visionar una historia de superación personal en la que se muestre como una sola persona es capaz de marcar la diferencia, todo ello en una película cuya banda sonora corre a cargo del compositor Rupert Gregson-Williams.
UN POCO DE HISTORIA:
Contexto Histórico:
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) es el marco histórico en el que tiene lugar la mayor parte del metraje de la película, centrándose en la Guerra del Pacífico, que enfrentó a los ejércitos de Japón y los Estados Unidos.
A imagen y semejanza de la Primera Gran Guerra, este conflicto posterior acabó por agrupar a los países contendientes en dos grupos bien diferenciados. Por un lado, las potencias del Eje conformadas por Alemania, Japón e Italia.[2] De otro lado, las potencias Aliadas, cuyos mayores contendientes y representantes fueron la URSS, EEUU y la Commowealth,[3] conformándose así los bloques que iban a liderar la guerra hasta 1945.
Situación de Japón y causas de entrada en la guerra:
Como en toda guerra, las consecuencias que motivaron la entrada de Japón en el conflicto son variadas y complejas, por lo que conviene remontarse a su pasado más inmediato. Japón era un país que acababa de atravesar recientemente el mayor cambio de su historia a todos los niveles estructurales, motivado por los intentos de modernización que se estaban produciendo en su territorio desde el comienzo de la Era Meiji.[4]
A partir de ese momento y en el marco tanto de un creciente sentimiento nacionalista como de una imperiosa necesidad de obtener materias primas, Japón decidió extender sus dominios progresivamente por Asia para situarse al mismo nivel que las grandes potencias occidentales.[5]
Llegado el siglo XX, y en el marco de la Primera Guerra Mundial, el país entró en guerra de parte de la Triple Entente en virtud de la alianza que había pactado con Gran Bretaña en 1902, declarando la guerra a Alemania el 23 de agosto de 1914.
A lo largo del desarrollo de la guerra Japón se limitó a combatir en su área de influencia territorial, consiguiendo éxitos en el ámbito naval frente a las potencias de la Triple Alianza y siendo la responsable de la toma de la mayor base naval alemana de ultramar conocida como Tsingtao,[6] ubicada en la península china de Shandong.
No obstante, la victoria sobre las potencias de la Triple Alianza el 11 de noviembre de 1918 supuso un jarro de agua fría para el gobierno Nipón, que no llegó a ver cumplidas sus expectativas de ser tomado en consideración como una potencia mundial. Por otro lado, entre los años 1921 y 1922 se celebró la llamada conferencia de Washington,[7] en la que no se reconocían las conquistas realizadas por Japón en suelo chino, además se limitaba la influencia naval de dicho país.
El hecho de haber entrado en la guerra sin que le fuesen a la larga reconocidas sus pretensiones motivó que, progresivamente, Japón llegase a la conclusión de que para expandir su economía y convertirse en una potencia hegemónica en el mundo, debía realizar un mayor acopio de materias primas apropiándose del territorio de países limítrofes y pudiendo así explotar sus recursos naturales, para lo cual era necesario desvincularse de cualquier pacto limitativo con las potencias occidentales. Por otro lado, la progresiva tendencia de otras potencias a manifestarse en contra de los tratados constitutivos del fin de la guerra, en consonancia con la opinión de Japón, llevó a éste a acercar posturas reivindicativas con países como Alemania o Italia, iniciando así el camino de una serie de acuerdos que terminarían por constituir el bloque conocido como las potencias del Eje.
Estallido y desarrollo del conflicto:
De esta forma se llega a la década de los años 30, en la que Japón se apodera de la región de Manchuria,[8] tras lo cual decide abandonar la Sociedad de Naciones en 1933 para involucrarse a partir de 1937 en una segunda guerra Sino-Japonesa. Extendiendo de esta forma su poder a través del Asia continental hasta su derrota a manos de Rusia en la batalla de Jaljin Gol en mayo de 1939.
Tras ello, se gestó el llamado Pacto de Neutralidad, suscrito el 13 de abril de 1941 entre la URSS y Japón, por el cual se declaraba momentáneamente el cese de las hostilidades entre ambos países. Con la Segunda Guerra Mundial ya comenzada, Japón decidió que la mejor forma de consolidarse como potencia era mediante la toma de poder de buena parte de los territorios del Pacífico, muchos de los cuales estaban bajo el poder de las potencias occidentales con EEUU al frente. No había dudas, si Japón quería ser la única potencia del Pacífico, EEUU debía ser el rival a batir.
No obstante, existía un problema del que varios de los líderes tanto del Gobierno como del ejército japonés eran conscientes, y que no era otro que la aplastante superioridad de EEUU para recuperarse de las derrotas, gracias a su gran abanico de recursos y superioridad poblacional. Por tanto si querían ganar la guerra, Japón debía de recurrir a una guerra basada en victorias clave que dañasen lo antes posible al ejército estadounidense. Con ello en mente se fue gestando el ataque aéreo japonés a Pearl Harbor.[9] Así el 7 de diciembre de 1941, Japón atacó dicho enclave, destruyendo buena parte de los navíos y aeroplanos estadounidenses y precipitando la entrada de EEUU en el conflicto.
Tras Pearl Harbor y con EEUU y los aliados en su peor momento de la guerra, Japón se apresuró a lanzarse a la conquista de todos los territorios en manos de las potencias occidentales. No obstante, la situación cambió tras la batalla de Midway, en la que Japón perdió varios efectivos claves de su flota. Las siguientes batallas no hicieron sino empeorar la situación de Japón y su inicial superioridad naval fue progresivamente truncada, con lo que el país fue adoptando progresivamente una estrategia defensiva.
Así, para mediados de 1944 y con EEUU completamente rearmado y provisto de medios aéreos y navales, la guerra del Pacífico se basó en una lucha encarnizada por tierra, mar y aire de EEUU por tratar de arrebatar a Japón cada isla o punto estratégico, al mismo tiempo que éste último veía como descendían tanto sus materias primas como su producción militar.
En este contexto y tras la célebre batalla de la isla de Iwo Jima, tuvo lugar entre el 1 de abril y el 1 de junio de 1945 la batalla sobre la isla de Okinawa. El motivo de la conquista de Okinawa por parte de EEUU era vital para disponer de una base de operaciones desde la cual llevar a cabo una invasión a gran escala sobre territorio japonés. Al igual que Iwo Jima, Okinawa era una isla de origen volcánico y se encontraba fuertemente defendida por miles de soldados japoneses que sacrificaron su vida en su defensa de la isla, representando el penúltimo escalón en la imparable marcha del ejército norteamericano sobre Japón. Tras una primera batalla naval, las tropas terrestres norteamericanas desembarcaron en la isla hasta tomarla por completo.
Desmond Thomas Doss (1919-2006):
Nacido el 7 de febrero de 1919 en Lynchburg (Virginia), Desmond era hijo de una pareja de seguidores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Los cuales hicieron todo lo posible porque su hijo abrazase la fe y el mandamiento de no matar por encima de todo.
No obstante, cuando para cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, Desmond manifestó su voluntad de alistarse y ayudar en el frente con la condición de no portar ni disparar un arma durante el transcurso del conflicto. De esta forma, en 1943 se presentó voluntario para formar parte del ejército de los Estados Unidos, no sin sufrir del recelo y del acoso de algunos de sus superiores y compañeros. Finalmente, y tras varias deliberaciones, los mandos acordaron destinarle como médico militar y le permitieron acudir al frente sin portar ningún arma.
Ya durante el transcurso de la guerra, siendo miembro de la 77ª División de Infantería, Desmond participó como médico en algunas batallas como la librada sobre la isla de Guam, durante la cual salvó varias vidas. Pero su mayor prueba y la que le convertiría en un héroe le llegó durante el transcurso de la batalla de Okinawa. En dicha batalla, la 77ª División tenía la tarea de asaltar un acantilado fuertemente defendido por los japoneses. Tras ascender los más de 100 metros de aquel acantilado y durante el asedio del mismo, los estadounidenses sufrieron muchas bajas y se vieron obligados a replegarse de nuevo fuera del acantilado. En ese momento, y viendo la gran cantidad de heridos que no podían regresar al campamento estadounidense por su propio pie, Desmond se dedicó a recorrer el campo de batalla en solitario, rescatando a sus compañeros y devolviéndolos al límite del acantilado. Una vez allí, mediante un improvisado sistema de poleas fue bajándolos sin ayuda de uno en uno hasta ponerlos a salvo.
La batalla duró varios días, durante los cuales Desmond logró salvar a más de 75 soldados hasta que al final resultó herido cerca de Shuri, [10] tras lo cual tuvo que ser atendido y evacuado del frente, no sin antes realizar un último acto de valor al prestar su camilla a otro soldado que estaba malherido.
La película retrata de forma bastante fiel a la realidad lo ya apuntado, convirtiéndose posiblemente en la cinta más fiel a la historia original de cuantas ha dirigido Mel Gibson hasta la fecha. Así, en el primer tramo de la misma se retrata la infancia de Desmond mostrando en su contexto familiar, cómo poco a poco fue tomando fuerza en él la idea de renegar del uso de las armas y cómo esto le acarrearía más tarde las burlas de sus compañeros y problemas con sus superiores cuando decida alistarse en el ejército. Todo ello acompañado de la estética perteneciente a películas como Pearl Harbor (2001) que ya se ha apuntado. No obstante, y a pesar de que la película aborda casi en exclusiva la batalla de Okinawa, es durante la parte bélica de la cinta en la que se aprecia una mayor similitud con los eventos ocurridos en torno a la figura del cabo Doss. Un resultado creíble conseguido gracias a la espectacular recreación de los enfrentamientos entre las tropas estadounidenses y japonesas a imagen y semejanza de los combates vistos en películas como Salvar al soldado Ryan (1998) o Cartas desde Iwo Jima (2006).
Muestra de ello es el fiel reflejo de las condiciones en las que se libró la batalla de Okinawa así como la recreación que realiza la película del entorno en el que tuvieron que operar los soldados de la 77ª División, destacando el impresionante acantilado que daba acceso a la posición que debía ser tomada por las tropas norteamericanas. Precisamente el mismo acantilado desde el cual tal, y como muestra la película, Desmond logra bajar a todos y cada uno de los soldados con su improvisado sistema de poleas.
Por otro lado, el final del protagonista en el campo de batalla es similar en la película y en la realidad, con las oportunas licencias épicas que el cine hace bien en permitirse, si bien la escena que sucedió en la realidad, según la cual Desmond abandonó su camilla para dársela a otro herido que se encontraba peor, no se muestra en el film.
Un dato curioso de Desmond, que la cinta aborda de forma diferente a la realidad es que, a pesar de haberse declarado objetor de conciencia, lo que en principio le implicaba no sólo no llevar un arma y dispararla, sino también abstenerse de tocar una, Desmond no tuvo más remedio que coger un fusil a modo de cabestrillo para estabilizarse el brazo tras abandonar la camilla al ser herido por una granada. En la película sin embargo, Desmond utiliza el fusil para agarrar y poder transportar una manta sobre la que yace herido el sargento Howell.
Por último, cabe destacar que Desmond respetaba el Shabat, de modo que no trabajaba ese día, cuestión que también se trata en la película cuando tras su heroica actuación, la División solicita a Desmond que les acompañe en la batalla el día del Shabat, lo que supondrá un conflicto interno para Desmond.
Si bien no está referido a Desmond, en la película también se recoge el suicidio ritual denominado seppuku o harakiri, que muchos japoneses emplearon a lo largo de la guerra y que trae causa del Código del Bushidô.[11] De hecho, tal y como refleja la película, varios mandos japoneses de Okinawa, al ver la batalla perdida, se suicidaron siguiendo esta práctica.
Todas estas facetas confluyen en una película a medio camino entre el relato biográfico y el cine bélico, en el que se invita al espectador a situarse en la piel del protagonista, así como a ser partícipe de su viaje interior y sus vivencias en el frente de batalla. Al tiempo que el espectador asiste a una de las batallas más importantes de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico.
REPARTO:
A continuación observaremos brevemente la carrera cinematográfica de algunos de los integrantes de la cinta.
Andrew Garfield:
El reparto de la película se encuentra encabezado por el actor norteamericano Andrew Garfield, quien actualmente es una de los rostros que más fuerza están cogiendo en la cartelera. Fue en la película antibelicista Leones por Corderos (2007) donde su carrera comenzó a coger fuerza de la mano de un estudiante crítico con el sistema que mantiene una intensa charla con su profesor de universidad. Más tarde, obtuvo un gran reconocimiento de la crítica al protagonizar junto con Jesse Eisenberg y Justin Timberlake La red social (2010), película que narra los orígenes de la red social Facebook. Pero el verdadero salto a la fama llegó al ser elegido como el actor que daría vida a Spiderman en la nueva saga iniciada por el director Marc Webb. Si bien la experiencia quedó incompleta, ya que de una saga de al menos cinco películas solo llegaron a rodarse dos, su actuación fue lo suficientemente buena como para que nuevos directores quisiesen contar con él para sus próximos proyectos. Así, llegados al año 2016, hemos podido asistir a la consolidación definitiva de su carrera de la mano de sus dos mejores trabajos con dos renombrados directores como son Martin Scorsese y Mel Gibson, que, curiosamente, están relacionados con la cultura y la historia de Asia. Estos son “Silencio” y “Hasta el último hombre”, en donde interpreta al cabo Desmond Doss. Por esta última película acaba de recibir la nominación como mejor actor principal para la próxima gala de los Óscar 2017.
Sam Worthington:
Sin lugar a dudas es el actor más célebre de los que aparecen en la película, este actor inglés interpreta al capitán Jack Glover, bajo cuyas órdenes sirve Desmond en el ejército. Su salto a la fama fue en el año 2009 de la mano de las películas Avatar y Terminator Salvation. Después de ello han seguido otros éxitos como Furia de Titanes (2010) o La Deuda (2011). Actualmente se encuentra preparando la secuela de Avatar.
Hugo Weaving:
Actor anglo-australiano célebre por encarnar a los personajes de Elrond y el Agente Smith en las sagas de El Señor de los Anillos y Matrix respectivamente. Muy poca gente sabe que fue el actor tras la máscara en la película V de Vendetta. En Hasta el último hombre interpreta al padre del protagonista.
Vince Vaughn:
La carrera de este actor norteamericano comenzó en el rol del fotógrafo y ecologista Nick Van Owen en la célebre The lost World, secuela de Parque Jurásico. Poco después sería uno de los encargados de llevar a la gran pantalla el remake de la película Psicosis. Tras estas apariciones la mayor parte de su carrera posterior se ha centrado en papeles secundarios, muchos de ellos dentro de la comedia. En 2013, ya como actor protagonista, estrenó junto a Owen Wilson la comedia Los becarios, dirigida por Shawn Levy, en la que encarnaba a un comercial cuya meta era trabajar para Google. En Hasta el último hombre interpreta al sargento Howell, instructor de Desmond.
Teresa Palmer:
La carrera de esta actriz australiana ha estado hasta la fecha centrada en producciones de bajo presupuesto. El pasado año pudimos verla como actriz protagonista en el remake de la famosa película de comienzos de los noventa Le llaman Bodhi , bajo el título de Point Break. Hasta el último hombre es su segunda superproducción hasta la fecha, en la que interpreta a la esposa del protagonista.
Para saber más:
Notas:
[1] La cual ya fue llevada al cine en la película japonesa La batalla de Okinawa de 1971.
[2] Conforme al Pacto firmado en Berlín el 27 de septiembre de 1940, por los representantes de dichas potencias.
[3] Organización integrada por 52 Estados independientes entre los que se incluyen Reino Unido, Canadá y Australia y a cuya cabeza se encuentra el Monarca inglés.
[4] Período referido al reinado del Emperador japonés Meiji (1868-1912), durante la cual el país Nipón comenzó su proceso de modernización.
[5] Cruciales en convertir a Japón en una primera potencia mundial fueron sus victorias en la guerra Sino –Japonesa 1894-1895 y en la guerra Ruso-Japonesa 1904-1905.
[6] Actual Qingdao.
[7] Celebrada entre el 12 de noviembre de 1921 y el 6 de febrero de 1922en la ciudad que lleva su nombre, tuvo como objetivo llevar a cabo un desarme progresivo de las potencias una vez finalizada la Primera Guerra Mundial.
[8] Ubicada en China.
[9] Base americana del Pacifico, ubicada en la isla de Oahu (Hawái), en donde fondeaba buena parte de la flota americana.
[10] Distrito de la ciudad de Naha en Okinawa.
[11] Código seguido por los samuráis según el cual un samuráis podía recuperar su honor practicando el seppuku. Influenciados por él, muchos combatientes japoneses practicarían este ritual de suicidio ritual durante la guerra.