En artículos anteriores hemos llevado a cabo un minucioso recorrido por las distintas tipologías de ningyô (muñecas tradicionales japonesas) presentes desde sus más remotos orígenes en la Prehistoria japonesa, hasta su esplendor y más importante desarrollo durante el período Edo (1603/1615-1868), considerando diferentes aspectos como sus funciones, materiales y características principales.
Queremos cerrar esta introducción con unas breves consideraciones acerca del impacto y la influencia de estas ningyô del pasado en las muñecas y costumbres del Japón presente. Bien es verdad que en muchos de estos casos, las muñecas han dejado de lado aquellas funciones rituales o propiciatorias propias de las ningyô, para pasar a convertirse en juguetes destinados a un público infantil. En este artículo trataremos tanto juguetes como otros ejemplos de muñecas destinadas al coleccionismo y apreciación por parte de un público más adulto.
En primer lugar, vamos a referirnos a las muñecas propiamente japonesas, que se ven inspiradas por distintas tipologías de ningyô del pasado.
El atuendo tradicional japonés, al igual que los correspondientes accesorios y peinado, resultan las influencias más evidentes. Podemos establecer una relación con las ya tratadas Ishô-ningyô,[1] dado que tanto en Oriente como en el propio Occidente, que comentaremos después, podemos encontrar muñecas cuyo fin principal es el hecho de peinarlas y cambiar el conjunto que lucen, claro que en la mayoría de los casos desempeñaría una función lúdica siendo juguetes infantiles. Si bien podemos encontrar figuras y otras muñecas que se orientan hacia un público adulto, coleccionistas principalmente.
De la década de los 60 del siglo XX data una primera muñeca que se inspira en modelos occidentales, sumándose a éstos la tradición japonesa. Nos referimos a Licca-chan, comercializada por la compañía japonesa Takara. Ésta es una muñeca de plástico que sedujo tanto a niños como a coleccionistas adultos ávidos de los modelos más exclusivos. Con veintitrés centímetros de altura (aunque actualmente son un centímetro más altas), Licca-chan ha sido considerada como la Barbie japonesa, e igualmente ha inspirado otros modelos como es el caso de Jennifer (1986), estrechamente vinculada con nuestra Barbie occidental por su apariencia más adulta.[2]
A partir de los años 90 del siglo XX se da un importante producción de fashion dolls, es decir, muñecas para vestir e intercambiar sus prendas, que desembocó en modelos de mayor calidad y realismo, como es el caso de las BJD o Ball Jointed Doll (2000). Estos modelos se denominan así debido a que cuentan con un sistema de articulaciones a base de bolas unidas entre sí mediante cuerdas elásticas bastante tensadas. De resina, los moldes (entendidos como la forma de las cabezas y del cuerpo) resultan innumerables, al igual que los tamaños, llegando a alcanzar hasta los noventa centímetros de altura. En la red podemos encontrar tanto modelos vestidos a la manera tradicional japonesa como ventas de elaborados quimonos.
Más tardías, a partir del año 2000, se dan otros tantos modelos producidos por varias compañías, que también se inspiran en épocas pasadas de la historia nipona. Entre estos ejemplos queremos destacar la serie lanzada por la compañía Groove, compuesta por diversos modelos de muñecas (Pullip, Dal y Taeyang)[3] que componen un precioso conjunto basado en el Japón tradicional, siendo protagonistas sendos quimonos de varias capas. Por parte de esta misma compañía podemos considerar otros modelos, como es el caso de la Pullip Yuri (2012), que representa una joven del Japón contemporáneo vestida a la manera tradicional.
En relación con aquellos muñecos que se inspiran en trajes tradicionales, podemos considerar festivales como es el caso del Hinamatsuri o Día de las niñas. Éste es un festival de carácter popular en el que se exhiben un conjunto de muñecas, las Hina-ningyô, que representan a la corte imperial sobre un estrado de varios escalones con fines didácticos (enseñar determinados valores a las niñas como la tranquilidad, la docilidad y la belleza), además de poner de relieve la importancia de la tradición. Esta muestra, que en un primer momento estaba únicamente reservada a las clases más poderosas, empezó a generalizarse a partir del período Edo hasta llegar a la actualidad, cuando se sigue llevando a cabo, aunque los muñecos protagonistas han cambiado con el paso del tiempo.[4]
A día de hoy podemos encontrar personajes populares como los creados por Sanrio (Hello Kitty, Keropi o My Melody), representando los distintos papeles de las figuras de la corte, u otros modelos más cercanos a la estética kawaii[5] que a la tradición, que se caracteriza por un aspecto mucho más solemne; igualmente, muñecas cuyos rasgos se acercan más a Occidente que a Japón, caracterizadas por melenas rubias y ojos claros, por otro lado, los atuendos también se modernizan para adaptarlos a estos nuevos modelos. En última instancia, las muñecas que hemos comentado anteriormente pueden pasar a formar parte del Hinamatsuri, como es el caso del espléndido hina-dan (estrado donde se colocan las muñecas) formado por distintos modelos de Licca-chan presente en la imagen.
Lo mismo se podría decir del Tango no Sekku o Día de los niños, donde también se lleva a cabo una muestra de muñecas, guerreros y héroes de la historia y el imaginario japonés que pretenden enseñar a los niños valores como la fortaleza, el honor y el valor.[6] Estos personajes a día de hoy se han visto influenciados por la estética kawaii o la presencia de personajes significativos en la cultura popular japonesa.
No podemos dejar de mencionar una tipología concreta: las Kokeshi. Actualmente esta muñeca ha pasado a convertirse en un símbolo del archipiélago nipón, adoptando formas completamente diferentes a las tradicionales, en las que, sin embargo, continúan primando sus características más básicas: la simplicidad (normalmente suele estar compuesta únicamente por la cabeza y el tronco) y la decoración de la superficie a modo de un precioso acabado. Tanto en Japón como en Occidente vamos a encontrar esta tipología adaptada a la actualidad. En el caso de las japonesas, destacan souvenirs de lo más kawaii o incluso obras de artesanos más apegados a la tradición, que juegan con diferentes volúmenes y la policromía de los mismos, dando lugar a deliciosas creaciones que mantienen la esencia del pasado. Como ejemplos occidentales, destacan las conocidas como Kimmidoll, sencillas muñecas que representan los llamados “verdaderos valores en la vida”, que sirven para diferenciarlas unas de otras atendiendo a los diseños y colores finales.
Por último, queremos comentar la influencia de la muñeca tradicional japonesa en Occidente. Como precedente, podemos considerar las Friendship Dolls enviadas a Estados Unidos en torno a 1927 como regalo amistoso para niños y niñas americanos. Se trataba de muñecas que representaban a niños entre 5 y 6 años a tamaño natural vestidos a la manera tradicional japonesa, correspondiendo así al envío anterior por parte de Estados Unidos compuesto por figuras que emulaban niños americanos de claros cabellos y ojos azules. Dejando de lado los coleccionistas occidentales ya presentes desde el período Meiji, estos envíos pudieron despertar el interés y la atracción en esos juguetes de exóticos rasgos y atuendos.
A día de hoy, podemos empezar a referirnos a la muñeca Nancy japonesa en los años 70 del siglo XX, hasta llegar a las actuales Barbie de colección que también emulan personajes y atuendos pertenecientes al pasado nipón.
Durante la década de los 70 y 80 del siglo XX vamos a encontrar los primeros ejemplos de muñecas occidentales que se visten como mujeres japonesas. Partiendo de la conocida Nancy (actualmente en plena reedición), que lanzó un modelo de cabello negro recogido en un moño, vestida con un quimono azul, como una primera muestra de esta influencia nipona. En los 80 podemos fechar el lanzamiento de una muñeca Barbie ataviada con un quimono rojo acompañado de un abanico como complemento, que se dio a conocer como Japanese Barbie o Barbie Japonesa.
A partir del año 2000 podemos encontrar diferentes modelos que se inspiran y reflejan tradiciones japonesas: en 2003 se dio a conocer Barbie Princess of Japan (Princesa de Japón), con un atuendo mucho más elaborado y original a la par que un mayor cuidado en el tratamiento de los rasgos y accesorios. El siguiente modelo lo fechamos en 2005 de la mano de Barbie Maiko, una muñeca excepcional que se orienta a un público adulto, coleccionistas principalmente, dado que se trataba de un producto limitado. En 2008 se lanza una nueva Barbie Japan acompañada de una pala para jugar al tenis: existen dos ediciones de este mismo modelo variando el color de su atuendo (el que presenta un tono rosa viene a conmemorar el año nuevo). En última instancia mencionamos un modelo complejo, teóricamente inspirado en aquellas mujeres diestras en el arte de la espada y la lucha, que se lanzó en 2010 rompiendo completamente la línea de los ejemplos anteriores, dando lugar a un personaje que más bien parece ligado a la ficción; y que además, se acompaña de un personaje masculino (Ken) que igualmente se inspira en el pasado guerrero del archipiélago nipón.
Como una breve conclusión, podemos afirmar que la fascinación por Japón y sus tradiciones se ha hecho un hueco en los aspectos más populares de la sociedad occidental, nada menos que en las muñecas, tanto entendidas como juguete como en calidad de apreciados objetos de colección.
Notas:
[1] Para más información véase http://revistacultural.ecosdeasia.com/introduccion-a-la-muneca-tradicional-japonesa-iii-isho-ningyo-o-munecas-de-vestir/
[2] Medina, Guillem, Simón, Nùria, Toyland. Made in Asia, Bilbao, Astiberri Ediciones, 2013.
[3] Se trata de un conjunto de muñecas perteneciente actualmente a la compañía Groove (aunque la serie que nos referimos fue lanzada en el año 2008, cuando estos modelos eran propiedad de la compañía Jun Planning). La primera de ellas, Pullip, representa a una joven de unos 15 a 20 años. Taeyang sería su pareja, un chico de su misma edad. Dal, por otro lado, representaría el papel de la hermana pequeña de Taeyang. Los tres modelos cuentan con distintos moldes y tamaños según su personaje, si bien es verdad que este conjunto de muñecas se caracterizan por una evidente macrocefalia.
[4] Más información en: http://revistacultural.ecosdeasia.com/introduccion-a-la-muneca-tradicional-japonesa-iv-hina-ningyo/
[5] Kawaii es un término japonés que se utiliza para denominar aquellos objetos que resultan adorables o monos.
[6] Más información en: http://revistacultural.ecosdeasia.com/introduccion-a-la-muneca-tradicional-japonesa-v-musha-ningyo-los-guerreros-del-japon/