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José Juan Tablada y el japonismo en México – Revista Ecos de AsiaRevista Ecos de Asia
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This article was written on 20 Nov 2015, and is filled under Literatura.

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José Juan Tablada y el japonismo en México

Artículo escrito en colaboración con Marisa Peiró.

Desde Ecos de Asia nos hemos estado encargando, a través de una serie de artículos, de recordar las relaciones históricas entre México y Extremo Oriente, y en esta ocasión le llega al turno a una de sus fases más conocidas y recordadas: la del poeta mexicano José Juan Tablada.

José Juan Tablada (1871-1945) fue un diplomático, poeta y periodista mexicano, cuya producción literaria se encuadra dentro de la corriente modernista. A la temprana edad de 19 años comenzó a colaborar con el diario mexicano El Universal, así como con otras publicaciones, entre las que destacan El Mundo Ilustrado o la Revista Moderna, de la que fue su fundador. En 1900 se desplazó a Japón enviado por esta última publicación, con el objetivo de realizar una serie de reportajes. Ocupó distintos puestos en el servicio diplomático mexicano, estando destinado en Venezuela y Colombia, países en los que realizó algunas de sus obras. Posteriormente, se instaló en Nueva York,  donde regentó  la librería Los Latinos, consagrada a la difusión de la cultura mexicana -labor que también ejercería en su faceta de articulista-, regresando en 1935 a México, donde entraría a formar parte de la Academia Mexicana de la Lengua. En 1944 volvió a Nueva York al ser nombrado vicecónsul de México; aquí moriría poco después, aunque sus restos retornaron a su tierra natal para ser finalmente enterrado en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

Fotografía del poeta. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

Fotografía del poeta. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

Tablada es reconocido como uno de los primeros poetas modernos de México,  así como por ser el promotor de muchos de los protagonistas de las vanguardias artísticas mexicanas del periodo de entreguerras, pero debe también ser visto como un pionero[1] y protagonista indiscutible[2] de la difusión de las artes y la estética japonesa  en la república mexicana. En su fase modernista, que se corresponde con los años del cambio de siglo, el escritor coyoaquense vivió en París, lo que posiblemente le hizo contagiarse del ambiente favorable a la moda por lo japonés;[3] el propio autor menciona que fueron los celebérrimos hermanos Goncourt quienes le introdujeron en este contexto. En su artículo “Álbum del Extremo Oriente”, publicado en su Revista Moderna en 1900, Tablada ya señalaba la necesidad de que en México se conociera el Japón, pero no sería hasta el año siguiente cuando realizaría su polémico viaje al archipiélago nipón, en donde se supone visitó ciudades como Tokio y Yokohama.

 Tablada, ataviado con kimono y tomando te en el pabellón japonés de su casa de Coyoacán (1913). Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

Tablada, ataviado con kimono y tomando te en el pabellón japonés de su casa de Coyoacán (1913). Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

De acuerdo al estudioso Atsuko Tanabe[4], Tablada experimentó dos fases diferenciadas en su japonismo a lo largo de su carrera. Así, encontramos un primer japonismo, relacionado con el período “modernista” de su obra literaria, vigente en él de 1890 a 1904, y que implica una aproximación superficial a la realidad japonesa, similar a la vivida por europeos y estadunidenses, sin llegar a apreciarla totalmente, siendo solo un material que creen poder integrar en sí mismos, modelándolo a su antojo. Muestra de este japonismo orientalista es, por ejemplo, el poema “Japón”, perteneciente a El florilegio (1898), del cual reproducimos unas estrofas:

¡Áureo espejismo, sueño de opio,

fuente de todos mis ideales!

¡Jardín que un raro kaleidoscopio

borda en mi mente con sus cristales!

Tus teogonías me han exaltado

y amo ferviente tus glorias todas;

¡yo soy el siervo de tu Mikado!

¡Yo soy el bonzo de tus pagodas!

Por ti mi dicha renace ahora

y en mi alma escéptica se derrama

como los rayos de un sol de aurora

sobre la nieve del Fusiyama.

Tú eres el opio que narcotiza,

y al ver que aduermes todas mis penas

mi sangre –roja sacerdotisa–

tus alabanzas canta en mis venas.

(….)

Templos grandiosos y seculares

y en su pesado silencio ignoto,

Budhas que duermen en los altares

entre las áureas flores de loto.

De tus princesas y tus señores

pasa el cortejo dorado y rico,

y en ese canto de mil colores

es una estrofa cada abanico.

(…)

Amo tu extraña mitología,

los raros monstruos, las claras flores

que hay en tus biombos de seda umbría

y en el esmalte de tus tibores.

¡Japón! Tus ritos me han exaltado

y amo ferviente tus glorias todas;

¡yo soy el siervo de tu Mikado!

¡Yo soy el bonzo de tus pagodas!

(…)

Esta actitud difiere claramente de su segundo japonismo, que se puede observar a partir de 1924,  caracterizado por una empatía y profunda comprensión de lo netamente japonés.

Portada de  Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna (1914).

Portada de Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna (1914).

José Juan Tablada publicó en vida dos libros que tratan directamente temas japoneses, el primero, Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna, en 1914. El tiraje de esta obra fue muy pequeño, de apenas treinta ejemplares, lo que hizo que el propio Tablada se refiriera al mismo como una obra para coleccionistas. El libro fue concebido como un homenaje al artista japonés, pero también a Edmond de Goncourt, a quien Tablada consideraba su maestro, proponiéndolo como continuación del plan original que éste tenía de publicar monografías sobre cinco artistas nipones, de las cuales sólo alcanzó a concluir Outamaro, le peintre des maisons vertes en 1891, y Hokousaï. L’Art japonais du XVIIIe siècle 1896.[5]

La segunda obra, En el país del sol[6] de 1919, publicada en Nueva York y Londres, también se convirtió en un libro difícil de conseguir. En el país del sol reunía los artículos publicados en Revista Moderna, Revista Azul, El Mundo Ilustrado y Revista de Revistas entre los años 1894 y 1912, entre los que se incluyen los escritos realizados durante el viaje de Tablada a Japón de 1900, fueron publicados en una columna de la Revista Moderna titulada “En el país del sol”.

Uno de los muchos bocetos que Tablada realizó durante sus viajes. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

Uno de los muchos bocetos que Tablada realizó durante sus viajes. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

Dicho viaje dio comienzo en la Ciudad de México, de la que el poeta partió en tren hacia San Francisco el 14 de mayo, y de ahí se embarcó a Yokohama el 15 de junio; en febrero de 1901, Tablada emprendió el camino de vuelta por la misma ruta. La veracidad de este viaje ha sido puesta en duda tanto por escritores contemporáneos de Tablada como por críticos de su obra. El viaje de Tablada al Japón debía aportar autenticidad y profundidad al japonismo de su literatura y hacer de él una autoridad indiscutible en asuntos de cultura japonesa. Pero, además, el viaje venía a beneficiar a la Revista Moderna y a su mecenas, Jesús E. Luján -financiador de la hazaña-, ya que, para este, la revista debía ser una comprobación de la viabilidad del ambicioso proyecto del que formaba parte su publicación, como parte de la modernización económica emprendida por la dictadura de Porfirio Díaz.

En cuanto a la temática de sus escritos, los textos publicado en la columna “En el país del sol” presentan un enfoque testimonial y narran diferentes momentos del viaje de Tablada. Asimismo,  Tablada exalta el arte japonés y la repercusión que tuvo su introducción en Occidente, llevada a cabo, según nos informa, por los hermanos Jules y Edmond de Goncourt. El autor también se presenta como un conocedor profundo de la cultura y el arte japoneses, muestra de ello resulta la amplia colección de libros nipones que poseía.

KORO Pebetero del culto budhista Agosto 28/900". Boceto y acuarela de José Juan Tablada. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

KORO Pebetero del culto budhista Agosto 28/900″. Boceto y acuarela de José Juan Tablada. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

En este sentido, la figura de Tablada también puede ser analizada desde el punto de vista del coleccionismo de arte japonés; llegó a ser propietario de una interesante colección de ukiyo-e, que se conserva hoy en la Biblioteca Nacional de México y que está siendo estudiada en la actualidad.[7] De acuerdo a Rodolfo Mata, esta podría ser una de las primeras colecciones importantes de América Latina, constando de un total de 225 piezas que, en su mayoría, son xilografías ukiyo-e, tanto independientes como pertenecientes a álbumes y libros ilustrados. Esencialmente, se trata de obras de los periodos Edo y Meiji, de algunos de los autores más famosos de entonces, como Kunichika, Chikanobu, Kunisada II, Kuniyoshi, Hiroshige, y Hokusai. Temáticamente, también responden a los temas principales más característicos, como representaciones de actores del teatro kabuki, mujeres bellas, paisajes y escenas costumbristas.

Caligrama dedicado a Li-Po.

Caligrama dedicado a Li-Po.

No obstante, y pese a sentir una particular predilección por Japón, también demostró interés por China: así, para su libro Li-Pó y otros poemas,[8] tomó como inspiración el trabajo y la vida del poeta chino Li-Pó (701-762), principal exponente de la China tradicional, que vivió durante la dinastía Tang.[9]

Asimismo, a lo largo de toda su vida, Tablada realizó también toda una serie de bocetos e ilustraciones, en los cuales se dedicó a recoger las impresiones de sus diferentes viajes y experiencias.

“Yokohama, Agosto 26-900 (Entre Mokomachi y el Gran Canal)”.  Acuarela de José Juan Tablada. Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

“Yokohama, Agosto 26-900 (Entre Mokomachi y el Gran Canal)”. Acuarela de José Juan Tablada.
Archivo José Juan Tablada. Instituto de Investigaciones Filológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.

Igualmente,  Tablada es reconocido como uno de los primeros escritores de haiku en lengua española, siendo responsable de las traducciones de la obra de autores como Murasaki o Sadaie.

Uno de los muchos haikus ilustrados de José Juan Tablada.

Uno de los muchos haikus ilustrados de José Juan Tablada.

El conjunto del trabajo de Tablada sería recompensado con numerosas distinciones: entre muchas otras, en marzo de 1914 le fue concedida la condecoración del Zuijo-Sho y la Distinción del Cuarto Orden por el Emperador Japonés.

En definitiva, los escritos de Tablada nos ofrecen una fascinante amalgama de ideas y percepciones que nos ayudan a apreciar y comprender más a fondo el cruce del complejo encuentro cultural entre Oriente y Occidente. A través de su producción se observa la diversidad  y el gusto por lo exótico del discurso modernista, que da la bienvenida al contacto de varias culturas. Gracias a la obra de escritores como Tablada, que viajaron y escribieron desde Oriente, se enriqueció el imaginario cultural de esa parte del mundo a sus lectores; más adelante serán otros los autores mexicanos, como Efrén Rebolledo, Carlos Pellicer u Octavio Paz, los que continúen la veda abierta por Tablada y dediquen, en un contexto literario, sus líneas al País del Sol Naciente.

Para saber más:

  • Labraña, Marcela. “Poesía oriental y visualidad en Darío, Tablada y Huidobro”, en Estudios Avanzados, n° 22, diciembre de 2014, pp. 1-12.
  • Colección de estampas japonesas de José Juan Tablada en la Biblioteca Nacional.
  • Tablada, José Juan. Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna. Disponible aquí.
  • Tablada, José Juan. En el país del sol. Crónicas japonesas de José Juan Tablada. Prólogo, edición y notas de Rodolfo Mata. Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005.
  • Tinajero, Araceli. Orientalismo en el modernismo hispanoamericano, Nueva Jersey, Purdue University Press, 2004.

Notas:

[1] Aunque tradicionalmente se considera a Tablada el iniciador de las relaciones artísticas y estéticas entre Japón y México, lo cierto es que el comienzo de las relaciones diplomáticas y de apreciación mutua entre ambos países se debe al célebre viaje a Japón encabezado por el astrónomo Francisco Díaz Covarrubias.

[2] En el caso mexicano podemos destacar otras figuras fascinadas con el Oriente, como Efrén Rebolledo, Octavio Paz o Carlos Pellicer; si ampliamos esta fascinación al ámbito latinoamericano la lista se incrementa notablemente: Rubén Darío, Enrique Gómez Carillo, Pablo Neruda, Severo Sarduy, Jorge Luis Borges, Mario Benedetti.. Para más información sobre el orientalismo en el Modernismo hispanoamericano, véase: Kushigian, Julia Alexis. Orientalism in the Hispanic literary tradition: in dialogue with Borges, Paz, and Sarduy. Albuquerque, University of New Mexico Press, 1991; Tinajero, Araceli. Orientalismo en el modernismo hispanoamericano, Nueva Jersey, Purdue University Press, 2004 y Quartucci, Guillermo. “Orientalismo y género: Japón y sus mujeres en el discurso literario hispanoamericano”, en XI Congreso internacional de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África Aladaa. Ciudad de México, Colegio de México, 2003.

[3] En Ecos de Asia hemos dedicado numeroso artículos al fenómeno del japonismo. Una relación de los mismos puede leerse haciendo click aquí.

[4] Tanabe, Atsuko. El japonismo de José Juan Tablada. Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1981.

[5] Así lo recoge Rodolfo Mata en la nota del editor de la versión electrónica de Tablada, José Juan. Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna. Disponible aquí.

[6] Para un completo análisis de los artículos comprendidos en El País del Sol, remitimos a la edición de 2005 de la Universidad Nacional Autónoma de México, con un excelente prólogo a cargo de Rodolfo Mata. Tablada, José Juan. En el país del sol. Crónicas japonesas de José Juan Tablada. Prólogo, edición y notas de Rodolfo Mata. Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005.

[7] En la actualidad, la colección está siendo estudiada por una serie investigadores capitaneados por Rodolfo Mata, Amaury García y Shin’chi Inagaki; para más información, consultar el sitio web “Colección de estampas japonesas de José Juan Tablada en la Biblioteca Nacional”, donde puede visitarse un breve catálogo digital de la colección.

[8] Labraña, Marcela. “Poesía oriental y visualidad en Darío, Tablada y Huidobro”, en  Estudios Avanzados, n° 22, diciembre 2014, pp. 1-12.

[9] Este poeta fue una de las figuras más conocidas y que más interés suscitó en la también naciente sinología moderna, rescatada por personajes como Judith Gautier (de quien ya hablamos aquí).

avatar David Lacasta (76 Posts)

Soy Licenciado en Historia del Arte y actualmente estoy cursando el máster en estudios avanzados, en la modalidad de Asia Oriental. Estoy trabajando en la cerámica Satsuma, y el fenómeno de su coleccionismo en occidente.También me interesa mucho todo lo relacionado con las armas y armaduras de los samurai, así como la historia militar de Japón.


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