Ganadora del premio NETPAC en el XXI Bucheon International Fantastic Film Festival, Village of No Return es una comedia que trata sobre la vida en un pueblo rural y su asimilación de los avances industriales durante el principio de la era de la República China. Los lugareños son retratados como gente sencilla pero, a pesar de una intencionalidad de hacer comedia, el film tiene momentos siniestros y de verdadero Sturm und Drang al tratar, de una forma lateral, con cuestiones filosóficas como la relación entre la ignorancia y la felicidad, con la angustia psicológica, e incluso con cómo los traumas infantiles condicionan la vida adulta. Parece asimismo tantear cuestiones metafísicas como el problema del pecado y un sentido de la culpa y la necesidad de limpiarse de la deshonra. Su director es el taiwanés Yu-Hsun Chen (21 de junio de 1962, Taipei, Taiwan) quien sin embargo es conocido por sus spots televisivos graciosísimos y ha dedicado una gran parte de su trayectoria al género de la comedia desde Tropical Fish (1995) hasta esta última que es la sexta en la serie.
Concretando, el argumento de la película gira en torno a un pueblo pequeño justo después de la caída de la dinastía Qing (1644–1912), y al principio de la era de la República China. Es sabido que el pueblo tiene enterrado un tesoro y un rico que vive cerca contrata los servicios de una banda de delincuentes llamada el Cloud Clan para hacerse con el botín. El rico, además, tiene un topo en el pueblo que se llama Big Pie, pero desgraciadamente éste muere envenenado cuando come por accidente un bocata que su hermosa mujer había preparado para suicidarse. Resulta que ella se había casado contra su voluntad a cambio de unos cerdos y cae en una depresión profunda porque Ding, el amor de su vida, no vuelve de un viaje de estudios para así reunirse con ella. Efectivamente, durante su ausencia éste se ve envuelto en la revolución y es salvado de la muerte por el Cloud Clan, al que lógicamente posteriormente traicionará.
Otro interesado en el tesoro del pueblo es un charlatán que se hace pasar por un monje novicio taoísta llamado Fortune Tien (Wang Qianyuan), que llega en un carro luminoso y lleva una maquina extraña, la “Worry Rider”, un aparato misterioso que dice que puede eliminar los malos recuerdos que son la fuente de la tristeza y las preocupaciones. Curiosamente, el operario de la maquina visiona estos recuerdos en la forma de imágenes cinematográficas. Los habitantes del pueblo se someten al proceso porque no sospechan que, además de borrar sus malos recuerdos para hacerles más felices, les hará una limpieza de cerebro completa que les quita hasta el conocimiento de su identidad para poder controlarles. Tal vez este sea un guiño al hecho de que cualquier sistema político tiene como finalidad suprimir el individualismo y hacer que todos los ciudadanos se comporten de la misma manera.
Está claro que la película a ratos funciona como comedia, aunque tiene un trasfondo macabro o negro. Por ejemplo, el hecho de que aparecen cometas hechas de piel humana en planos profundos al principio y al final de la película, y hasta dos personajes intentan suicidarse durante el transcurso del argumento por amor. Por lo tanto, difícilmente se puede clasificar como una comedia ligera, porque parece tener un mensaje subliminal sobre el problema de la condición humana. Los retratos de los personajes coinciden en este sentido con un análisis freudiano de las causas de distintas aflicciones de la psique humana. Por ejemplo, hay un personaje que se presenta en el pueblo como un experto en artes marciales pero es muy cobarde ya que cuando se entera de que vienen bandidos para atacar el pueblo quiere huir para avisar a las autoridades en lugar de luchar. Solo cuando el charlatán utiliza la Worry Rider para quitarle los traumas infantiles, causantes de su cobardía y timidez, puede liberarse para poder actuar de una forma valiente y defender al pueblo y al propio charlatán de los bandidos.
Paralelamente, es curioso cómo la heroína de la película, la desgraciada mujer de Big Pie, reacciona cuando su marido accidentalmente toma el bocata que ella había preparado para cometer su suicidio. Asume toda la culpa por su muerte y dice que no puede vivir con la vergüenza. También se siente culpable por no haber podido esperar al hombre que quería en lugar de casarse por la insistencia de su padre.
El charlatán le hace también un lavado de cerebro para casarse con ella pero siempre queda algo residual del pasado en sus sueños. Un día la mujer descubre una carta de amor que escribió a su amado y de repente se da cuenta de que el charlatán le había borrado sus recuerdos amorosos. Desde el punto de vista de la técnica cinematográfica esta escena es asombrosa. El director primero hace girar la cámara sobre su eje para representar la sensación de distorsión de la realidad del personaje, y luego su imagen aparece como aislada en el espacio, exenta del fondo original de la secuencia, como si no perteneciera, de repente, al momento actual que estaba viviendo.
A pesar de que la crítica tiende a resaltar los elementos humorísticos de la película, que son abundantes y deben de haber impresionado mucho al público asiático, desde el punto de vista del presente autor el mayor interés del film tiene un nexo con el psicoanálisis freudiano. ¿Si fuese posible eliminar selectivamente los recuerdos malos entre los buenos, seríamos más felices? Según Frédéric Vincent, la mente humana tiene algo parecido a una pantalla donde se proyectan continuamente imágenes que hacen referencia a cosas aprendidas que condicionan nuestra forma de actuar y pensar. ¿Si pudiéramos apagar estos mensajes y volver a un estado de cero mental [1] seríamos más espontáneos y estaríamos menos condicionados por miedos irracionales?
En resumidas cuentas, es difícil recomendar esta película si lo que a uno le apetece es ver una buena comedia para relajarse. Desde el principio está muy cargada emocionalmente, dado que empieza con la alarmante escena donde se ven dos cometas de piel humana volando en el cielo y justo después tenemos la muerte violenta de Big Pie y la angustia de su mujer. Pero si lo que uno quiere es ver una comedia burlesque y alocada, en la que tanto las personas de autoridad como los más humildes pierden su dignidad y se comportan como idiotas, y no le importa ver lo siniestro junto a ciertas escenas de violencia, esta es su película.
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Notas:
[1] El concepto del cero mental hace referencia a un estado de auto hipnosis en que se pretende eliminar el ruido de fondo del inconsciente a través de la meditación, a fin de tener una percepción empírica del mundo, comparable como la de un niño que, al no contar con recuerdos y cosas aprendidas, puede interactuar con el mundo de una forma espontánea y sin miedo. A modo de advertencia, aunque se ha demostrado que puede funcionar durante breves momentos como forma de relajación parecida a la meditación zen, se desaconseja para trastornos serios que necesiten un tratamiento profesional más riguroso.