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Roda el món i torna al Born: crónicas burguesas de una vuelta al mundo IV. Escala en Ceilán – Revista Ecos de AsiaRevista Ecos de Asia
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This article was written on 02 Sep 2016, and is filled under Historia y Pensamiento.

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Roda el món i torna al Born: crónicas burguesas de una vuelta al mundo IV. Escala en Ceilán

Proseguimos con la serie dedicada al viaje alrededor del mundo que el artista catalán Oleguer Junyent realizó entre 1908 y 1909, acompañado de su amigo Mariano Recolons. Recordamos que en un primer artículo conocimos la vida de Oleguer Junyent, repasando su trayectoria artística y la relevancia social que alcanzó en la Barcelona de primeras décadas del siglo XX; dedicamos un segundo artículo a las consecuencias materiales de este viaje, en forma de una exposición y un libro, y finalmente, en el artículo anterior comenzamos a desgranar el viaje por etapas, hablando de su paso por Egipto y por la India.

Habíamos dejado a Junyent enfermo, abandonando precipitadamente la India en busca de un clima más frío que propiciase su recuperación. El destino fijado había sido Australia, donde podría terminar de recobrar la salud en un clima templado, similar al que estaba acostumbrado. Para ello, tomaron el Somalia, que les conduciría a Ceilán (actual Sri Lanka), donde realizarían una breve escala antes de embarcar en el Macedonia y dirigirse a Australia.

La travesía hasta Ceilán es recordada por Junyent como la más entrañable de toda su vuelta al mundo: en un buque prácticamente desocupado, donde los pasajeros de primera casi podían contarse con los dedos, los viajeros dejaron de lado la etiqueta, relacionándose entre ellos de manera distendida. Este agradable ambiente, unido al progresivo cambio de clima conforme se desplazaban hacia el sur, propició una rápida mejoría de Junyent, recobrando pronto el ánimo y la salud.

Al llegar a la isla, los aventureros disponían de algo de tiempo antes de embarcar de nuevo. Como la mejoría de Junyent resultaba ya indiscutible, decidieron aprovechar la escala para conocer la isla, desplazándose desde su principal puerto, Colombo, hasta Kandy, la capital.

La narración de Junyent sobre la visita a Ceilán es breve, puesto que se trató de un recorrido precipitado e improvisado, apresurado en todos los sentidos, cuyo recuerdo quedaba eclipsado entre las muchas e intensas vivencias ocurridas en la India y las que posteriormente tendrían lugar en el Sudeste Asiático y en Extremo Oriente.

Aspecto actual de Maligawa

Aspecto actual de Maligawa

No obstante, a pesar de todo, pudieron visitar importantes monumentos, entre los que se cuentan dos de los templos más importantes de la isla, el Lankatilaka y el Maligawa o Templo del Diente de Buda, donde se conserva a modo de reliquia un diente que supuestamente perteneció a Siddharta Gautama, el Buda histórico, el príncipe indio que se convertiría en fundador y uno de los ejes centrales del budismo. Merece la pena recuperar las palabras con las que Junyent describe este templo:

La gran curiosidad de Kandy es el Diente sagrado, que se conserva en el templo de Maligawa, dentro de una flor de loto de oro puro y rodeada de toda clase de tesoros, joyas, marfiles y… ¡de una bombilla eléctrica con una pantalla de bazar europeo! […] Llegamos de Kandy cuando el Macedonia, el vapor de la Peninsular & Oriental en el que tenemos que ir a Australia, hace sonar la sirena llamando a los pasajeros retrasados […] [1]

Más allá de la brevedad con la que relata su corta estancia en Ceilán, y quizás a modo de compensación por ello, en Roda al món i torna al Born incluye varias fotografías de la isla, muchas en proporción con el texto. Estas fotografías no muestran este Templo del Diente de Buda ni otros monumentos de Kandy, sino que se centra especialmente en la gente y en sus costumbres, entroncando con las imágenes de este tipo que ya había ofrecido de la India (si bien en lo relativo a la India, las imágenes de tipos sociales quedaba eclipsada por una gran cantidad de fotografías de monumentos).

Fotografía de un hombre trepando para obtener aceite de palma.

Fotografía de un hombre trepando para obtener aceite de palma.

El principal atractivo de estas fotografías es su carácter etnográfico, que muestra algunas actividades cotidianas y tipos sociales de la isla. No obstante, pese a este carácter etnográfico, se trata de una serie de imágenes de gran belleza, incluso en algunos casos visualmente muy poderosas. Estas imágenes no suponen una gran diferencia con las fotografías de la India, ya que se trata de un muestrario, en todo caso, bastante escaso, y ambos lugares compartían sustrato cultural, así como poseían orografía y ecosistemas similares. Sin embargo, se trata de escenas muy interesantes, entre las que se encuentran un grupo de bailarinas, elefantes domesticados bañándose en una laguna o, la que es sin duda la más interesante, un hombre trepando a una palmera para conseguir aceite de palma.

Bailarinas nautch, practicantes de una danza tradicional proveniente de India.

Bailarinas nautch, practicantes de una danza tradicional proveniente de India.

Como ya hemos señalado, la estancia en Ceilán era muy breve, apenas unas horas de escala. A pesar de ello, los dos viajeros se aventuraron a conocer la isla en profundidad, desplazándose desde el principal puerto hasta la capital, en un trayecto de cuatro horas en tren, que pronto tuvieron que afrontar de vuelta. Al llegar de nuevo a Colombo, se vieron obligados a correr para coger su barco, puesto que prácticamente habían consumido todo el tiempo disponible y el Macedonia estaba a punto de zarpar.

Afortunadamente, Junyent y Recolons pudieron embarcar sin problemas, si bien, como relata Junyent, lo hicieron in extremis, mientras el buque hacía sonar la bocina que avisaba de su partida a los despistados y rezagados.

Con ello, ponían final a su recorrido medio oriental, y se dirigían a Australia, país que visitarían también de manera breve, en pequeñas escalas a las ciudades costeras más importantes, sin abandonar nunca del todo el barco que les sirvió de principal transporte, donde Junyent se dedicaría a pintar al óleo sus luminosas costas. Posteriormente, pondrían rumbo al Sudeste Asiático y a Extremo Oriente, antes de atravesar el Pacífico y comenzar el viaje de regreso cruzando Norteamérica y el Atlántico. En el próximo artículo, retomaremos a los viajeros bordeando Australia, para proseguir con ellos este periplo.

Notas:

[1] Junyent, Oleguer, Roda al món i torna al Born, Barcelona, La Ilustración Catalana, 1910, p. 208. Traducción del catalán llevada a cabo por la autora.

avatar Carolina Plou Anadón (272 Posts)

Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Autora del libro “Bajo los cerezos en flor. 50 películas para conocer Japón”.


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