La arquitectura en Asia presenta muy diversas formas que nos llevan desde a las tradicionales estructuras de madera que podemos encontrar en Japón a inmuebles repletos de decoración y cubiertos de metal, como es el caso que nos ocupa y que nos gustaría analizar en el presente texto. Nos referimos a Wat Sri Suphan, también conocido como el Templo de Plata o el Templo Plateado (Silver Temple en los recursos que hemos podido consultar en inglés) situado en la zona de Chiang Mai. Mediante este ejemplo de arquitectura tailandesa queremos aproximarnos a un caso que no hace sino aunar en una misma pieza modernidad y tradición, como vamos a ir viendo a la hora de ir analizando sus características.
En primer lugar, vamos a dar unas breves pinceladas acerca de la historia y construcción de este templo. Como ya hemos comentado, está situado en la zona de Chiang Mai, la segunda ciudad tailandesa en cuanto a extensión, y se encuentra localizada en el norte del país. Fundada, según figura en un documento histórico, por la dinastía Mangrai, su historia está marcada por la influencia del Reino de Lanna, un régimen que estuvo vigente en el norte de Tailandia durante más de 250 años. Lanna es un término que vendría a significar “la tierra de un millón de campos de arroz” y, a día de hoy, se utiliza para denominar un determinado estilo tradicional cuyas características están presentes en la configuración del Wat Sri Suphan.
Este templo se encuentra en el distrito de Wua Lai, una zona que tradicionalmente se ha dedicado al trabajo y artesanía en plata, circunstancias que facilitaron enormemente el hecho de llevar a cabo semejante trabajo del metal que podemos ver tanto al exterior como al interior del templo. Uno de los elementos curiosos que rodean el Wat Sri Suphan es la forma de aprovechar su situación, así como los territorios que lo rodean. Ya hemos hablado de los talleres de plata, pero también destaca la celebración, durante los sábados, de sesiones colectivas de meditación y muestras de distintas ceremonias vinculadas con el Budismo, que vienen a coincidir con la celebración de un mercado popular donde, igualmente, se pueden encontrar a la venta diversos productos locales.
El recinto en el que se encuentra este inmueble cuenta con un total de dos templos y varias zonas para rezar. Igualmente, en esta misma zona, pequeños comercios abastecen a visitantes y turistas con incienso y otras ofrendas para llevar a cabo sus oraciones. Todo el dinero recaudado se destina al mantenimiento y restauración del mismo.
Centrándonos en el templo propiamente dicho, este fue construido originalmente en torno al siglo XVI, durante la ya mencionada dinastía Mangrai, momento en el que reinaba el onceavo rey, Phra Muang Kaew (1495-1525). No obstante, algo que resulta curioso de este templo es que su aspecto tal y como lo conocemos en la actualidad, en realidad lo podemos fechar en torno al año 2008, momento en el que dio comienzo el proceso cuya finalidad consistía en cubrirlo completamente de plata y otros metales de los que hablaremos después y que se demoró hasta el año 2016.
Podemos considerar este tempo como una interpretación moderna del tradicional estilo Lanna. Desde sus paredes hasta el tejado, la superficie del templo están cubiertos de varios metales entre los que destaca la plata, pero no podemos dejar de mencionar el uso de aluminio y níquel también. Igualmente, las estatuas representando a Buda y otras divinidades también se cubren de plata. En realidad, la mayor parte del templo está cubierta de aluminio, de modo que la plata queda reservada para las imágenes sagradas o para los elementos arquitectónicos de mayor importancia. La decoración se realiza mediante relieves de estos mismos metales y en ella podemos encontrar motivos de lo más diversos, como escenas de la vida de Buda, los animales del zodíaco, figuras que representan elementos y escenas propias de la vida rural… Al exterior del templo encontramos un homenaje a tres preceptos fundamentales: nación, religión y la familia real (por ejemplo, en el pórtico destaca una imagen del rey Bhumibol). En torno al exterior, hay unos medallones que hacen referencia a distintos países pertenecientes a la ASEAN (en castellano nos referiríamos a la ANSA, Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), como Singapur, Vietnam, Mianmar y a otras que se consideran de cierta relevancia como Nueva York, Beijing, Tokio… No obstante, los espacios de mayor tamaño se dedican a escenas de la vida de Buda y de los cuentos jataka.[1]
Como ya hemos comentado, partimos del estilo tradicional denominado Lanna, que toma algunos elementos que lo caracterizan, como puede ser el caso del tratamiento curvo de los tejados, las cho fa o borlas celestiales que consisten en una pieza en el borde de los tejados de forma alargada y curva, chong lom o ventanas pequeñas y estrechas o el hecho de contar con tejados escalonados. Pero, y atendiendo a la fecha en la que se llevó a cabo la remodelación y la inclusión de la cubierta de plata, en realidad estamos hablando de una interpretación de la tradición, que toma estos elementos tradicionales y los mezcla con elementos contemporáneos.
El tratamiento del aluminio y de la plata se llevó a cabo por parte de expertos artesanos locales situados en la zona de Wua Lai, como ya hemos comentado. Se trata de comunidades que han ido trasladando de generación en generación el arte de trabajar el metal con tal destreza y detallismo que quedan más que patentes en las distintas fachadas del templo. Por otro lado, la modernidad va a estar más que presente jugando a favor de la belleza y espectacularidad del templo, ya que en el interior podemos encontrar diversas fuentes de luz artificial para iluminar tanto a la representación de Buda como a otras tantas reliquias. Otro ejemplo a tener en cuenta es que el suelo se decora con palabras inglesas entre las que tenemos constancia del caso de GPS, que hace alusión, de forma sumamente mundana a la par que actual, a uno de los objetivos espirituales del templo, como es el hecho de que el visitante navegue por su vida. También aparecen representaciones de naves alienígenas, divinidades tocando la guitarra…
Un nuevo aspecto curioso es el hecho de que la entrada a mujeres está prohibida. Esto es algo que bebe de la consideración tradicional que tilda a los espíritus femeninos de impuros que pueden dañar la conservación de las reliquias que se guardan en el interior:
“Beneath the base of Ubosotha [the ordination hall] in the monastic boundary, many precious things, incantations, amulets and other holy objects were buried 500 years ago. Entering inside this area may deteriorate [damage] the place or otherwise [cause harm to] the lady herself.”
No obstante, se trata de un templo de pequeño tamaño por lo que desde el propio umbral se puede ver prácticamente por entero el interior, cuya decoración no desmerece para nada el aspecto externo, ya que, de nuevo, vamos a encontrarnos decoraciones en estos metales, así como el uso de espejos. En el fondo aparece una gran efigie de Buda completamente dorada.
Nos referimos, pues, a una construcción prácticamente contemporánea, que únicamente conserva su ubicación y la imagen principal de Buda, conocida localmente como Phra Jao Jed Tue, y que consigue la convivencia de imágenes ligadas a la tradición budista con uno de los equipos más conocidos de la firma Marvel.
Para saber más:
Notas:
[1] Se trata de un relato que narra diferentes aspectos de la vida de Buda en su camino para alcanzar la iluminación, en una de sus vidas anteriores.