El resurgir de la comedia romántica es un hecho ya consolidado en Hollywood. Sin embargo, la vuelta de los finales felices ha traído consigo una lógica modernización que va de la mano con los avances de la sociedad, los cuales resultan especialmente relevantes en materias de género, sexualidad y raza. A este respecto, conviene analizar la reciente producción de la cantante Selena Gomez, titulada The Broken Hearts Gallery,[1] que se estrenó en los cines estadounidenses el pasado 11 de septiembre. El filme está protagonizado por una actriz de origen asiático pero, además, cuenta con un variado elenco de actores con múltiples etnicidades, orientaciones sexuales y cuerpos no normativos.
La película nos cuenta las desventuras de Lucy (Geraldine Viswanathan), una veinteañera que vive en la ciudad de Nueva York compartiendo piso con sus dos mejores amigas, Amanda (Molly Gordon) y Nadine (Phillipa Soo). Al inicio del largometraje, Lucy se encuentra en la cresta de la ola, trabajando como asistente de la legendaria Eva Woolf (Bernadette Peters) en una galería de arte y saliendo con Max (Utkarsh Ambudkar), un atractivo, elegante y algo mayor compañero de trabajo. Sin embargo, todo se vendrá abajo en una sola noche cuando, al acudir a un evento en la galería descubra que Max ha vuelto con su exnovia. El golpe emocional unido al nerviosismo por tener que hablar en público hace que Lucy tome algún tequila de más y su presentación se convierta en un auténtico desastre que inicia balbuceando sobre el poliamor y concluye cayéndose del escenario y provocando su despido.
Borracha y desolada, Lucy decide tomar un Uber para volver a casa pero, dado su estado de embriaguez, se equivoca de coche y se sube con un desconocido, Nick (Dacre Montgomery), al que le relata todos sus males y que, superada su sorpresa inicial, decide apiadarse de la protagonista y asegurarse de que esta llega a casa sana y salva.
Tras este disparatado meet cute, posible tan solo en esta época de la gig economy, la pareja volverá a encontrarse de forma casual y acabarán trabando amistad y desarrollando una relación simbiótica que pueda favorecer a ambos: Nick lleva años tratando de reconstruir un hotel pero no logra obtener financiación, mientras que Lucy ha decidido que es el momento de deshacerse de todos los pequeños mementos que ha ido acumulando de sus relaciones pasadas y tal vez ayudar a que otras personas superen sus desengaños amorosos. Es así como surge la idea de la galería de los corazones rotos (a la que hace referencia el título de la película), convirtiendo el espacio disponible en el hotel para organizar una muestra con pequeños suvenires que cuentan historias personales sobre rupturas, abandonos y pérdidas. Gracias a las redes sociales, el proyecto va creciendo hasta alcanzar un éxito insospechado, aunque a lo largo del camino irán surgiendo inconvenientes que Lucy y Nick deberán superar.
No desvelamos nada de la trama si decimos que la amistad y complicidad de los protagonistas se tornará en amor y que todos los desencuentros serán subsanados con un gran gesto que pondrá el broche de oro a un inevitable final feliz. Y es que las comedias románticas no deben salirse de su previsible esquema para resultar entretenidas o incluso innovadoras. La verdadera revolución de la película no se haya en subvertir un consolidado esquema narrativo que lleva dando éxitos desde los años cuarenta, sino en mostrar con total naturalidad una sociedad Millennial que es tan diversa como creíble.
Dejando al margen que la heroína lleve una talla 42 o que su mejor amiga sea lesbiana, el filme resulta interesante por la diversidad étnica de su plantel, con especial representación asiática. Si bien los dos actores protagonistas son australianos, Geraldine Viswanathan tiene raíces orientales pues su padre, Suresh Viswanathan, es malasio de origen Tamil.[2] Otros actores de ascendencia asiática son Phillipa Soo (Eliza en el aclamado musical de Broadway Hamilton, creado por Lin-Manuel Miranda), cuyo padre es sinoamericano, y Utkarsh Ambudkar (al que pudimos ver rapeando junto al propio Lin-Manuel en el documental We Are Freestyle Love Supreme), cuyos padres emigraron a Estados Unidos desde la India.
En cualquier otra película comercial la inclusión de personajes asiáticos hubiera resultado una cuestión de cuota, o habrían acabado como caricaturas estereotipadas al servicio de líneas argumentales secundarias en las que explotar el concepto exótico de su etnicidad. Pero este no ocurre aquí, donde estas minorías étnicas alcanzan un rol protagonista y aparecen como personajes redondos y multidimensionales, con una evolución al margen de sus culturas de origen.
Así pues, The Broken Hearts Gallery proporciona pocas sorpresas y alguna que otra risa, pero sobre todo supone una punta de lanza en la lucha por la inclusividad, buscando una mayor representación de las minorías en el cine más convencional.
Tráiler de la película.
Para saber más:
Notas:
[1] The Broken Hearts Gallery (2020) País: Estados Unidos. Dirección: Natalie Krinsky. Guion: Natalie Krinsky. Música: Genevieve Vincent. Fotografía: Alar Kivilo. Reparto: Geraldine Viswanathan, Molly Gordon, Dacre Montgomery, Phillipa Soo, Suki Waterhouse, Bernadette Peters, Utkarsh Ambudkar, Megan Ferguson, Arturo Castro, Taylor Marie Hill, Nikki Duval, Ego Nwodim, Chris Sandiford, Tricia Black, Bradley Hamilton, Nicholas Carella, Stephanie Ng Wan, Ray Kahnert, Celeste Bruno, Okiki Kendall, Jenn du Puy, Jake Larton. Productora: No Trace Camping, Kicked to the Curb Productions.
[2] El pueblo Tamil es originario del estado de Tamil Nadu, en la India, así como de la zona al noreste de Sri Lanka.