El Club de los Gourmets es un relato corto de Junichiro Tanizaki (Tokio, 1886-1965), escrito en 1919, durante la época más “occidentalizante” del autor. A pesar de estar considerado como una historia menor dentro de la inmensa producción de Tanizaki (especialmente si la comparamos con obras complejas como Naomi o Las hermanas Makioka), han surgido especialistas y amantes de la gastronomía que han intentando emular los pasos de sus protagonistas.[1] Algunos estudiosos definen la vida y la obra de Tanizaki como una continua carrera en busca de nuevos estímulos: esto es lo que les sucede a los protagonistas de esta obra, un grupo de gourmets (o quizás, de glotones), que se dedican en cuerpo y alma a la búsqueda del placer supremo en la mesa, anhelando el plato perfecto.
Traducida por primera vez al inglés en 2003, el relato se publicó junto a otros cinco del mismo autor, con los que comparte el tema transversal del estudio de las oscuras pasiones humanas.[2] Ese mismo año, la revista Me cayó el veinte publicó la primera (y, hasta ahora, única) versión en español. Gallo Nero publica ahora la historia en español -con variaciones de la edición mexicana- y de forma aislada, enriquecida con las apropiadas ilustraciones de Yoko Nakajima (Saitama, 1981), de aspecto sereno pero con cierto regusto vintage, evocadora tanto de la ilustración de la literatura pulp como de la línea clara europea.
El Club de los Gourmets cuenta la historia de cinco aficionados, o más bien, adictos a la buena gastronomía, que ya creen haber consumido y haberse deleitado con todas las delicatesen de la cocina japonesa. Movidos por la búsqueda del placer culinario más que por la gula, forman una pequeña sociedad en la que compartir y experimentar su peculiar pasión. Cuando parece que ya no queda en Tokio una receta por probar (pues son muy conscientes de que no hay buenos restaurantes de comida extranjera), su líder y anfitrión, al que conoceremos como Conde G., se pierde por la ciudad siguiendo un delicioso olor a verdadera comida china, hasta llegar a un peculiar y misterioso edificio.
Dentro de este, la Casa de Chechiang, observará como los secretos de la comida china con la que se deleitan los miembros de este club le son negados, pero aprenderá lo suficiente para saber que la verdadera comida no se disfruta únicamente con el sentido del gusto. Epatado por la cocina de Chechiang, en cuya cocina se usaba “vegetales, frutas, carnes, pescados, pájaros (…) Todo, absolutamente todo. Desde el reino humano al de los insectos”,[3] volverá a su mansión, en la que, a partir de ese momento, deleitará a sus compañeros con platos hasta entonces inimaginables.
Manteniendo la ambigüedad propia de la gastronomía china (que gusta de las metáforas gráficas, con recetas como “dragón jugando con las esferas” o “pétalos de orquídeas de jade”), Tanizaki propone un relato sobre la pasión y el consumo, ya no meramente sobre la pasión por consumir sino sobre aquellos que son consumidos por sus pasiones. Poco más puede decirse sobre la historia sin revelarse el deselance, y quizás sea mejor utilizar las palabras del propio narrador para entender el tono de lo que esconde el relato: “Al final ya no se limitaban a degustar exquisiteces, sino que eran consumidos por ellas y yo, por mi parte, estoy convencido de que en un futuro no muy lejano eso solo puede derivar en dos consecuencias: la absoluta locura o la muerte.”[4]
Este relato puede verse como una manifestación incipiente, y mucho más ambigua que explícita, de la corriente que se conocería como ero-guro-nansensu[5] y que vería su época dorada en los años posteriores. Repleta de dobles sentidos y metáforas (la mayoría de los cuales fácilmente comprensibles a pesar del salto idiomático, histórico y cultural), cercana a un Realismo Mágico de cierto tono oscuro y decadentista, historias como la presente diferenciaron a Tanizaki de muchos de los otros grandes autores de su generación, concentrados en el Naturalismo.
Breve, delicado y de regusto agridulce, El club de los Gourmets es una forma amena y apropiada de asomarse, especialmente para los primerizos, a las luces y a las sombras -estas, según nos parece, mucho más interesantes- de la singularísima literatura de Junichiro Tanizaki.
Notas:
[1]En el siguiente link puede encontrarse un mapa con los establecimientos que visitan los protagonistas de la historia.
[2]En los relatos que originalmente componían el volumen (que, no obstante, fueron escritos por Tanizaki a lo largo de cuarenta y cinco años de su vida y que responden, por tanto, a diferentes estilos literarios) se tratan temas como el sadomasoquismo, el travestismo, la espiritualidad o la erotomanía.
[3]Tanizaki, Junichiro. El Club de los Gourmets. Madrid, Gallo Nero Ediciones, 2016, pp. 50-51.
[4]Tanizaki, Junichiro. El Club de los Gourmets. op. cit., p. 76.
[5]El ero-guro-nansensu (del inglés, “ero(tic)-grotesque-nonsense”) es una corriente artística y literaria japonesa, con gusto por la representación explícita de lo sexual y lo grotesco de una forma nihilista y expresionista. Tuvo su origen durante de la década de los 30, de la mano de autores como Edogawa Rampo, pero pronto se extendió a otros ámbitos, como el cine, la historieta o la música popular.
Su novela ‘Diario de un loco’ me parece muy dalogal y fácil de leer.
Estoy curioso por ver sus logros con su novela aquí presentada.