El hanok y el mobiliario tradicional coreano

La arquitectura coreana se ha caracterizado por su sencillez, armonía y su sentido utilitario. Así lo reflejan también sus construcciones en madera, donde la técnica de unión de los bordes sin necesidad de usar tornillos o clavos, conocida como ensamblaje, es la más notoria. Todas estas uniones y su preparación previa son extremadamente complicadas de elaborar, además, tienen en cuenta que siempre vayan en dirección de la veta. Esta técnica se basa en mecanizar la madera, dándole formas que luego encajan como un rompecabezas.

Una vez mecanizadas al milímetro y de forma planificada para un perfecto encaje, se utilizan otros objetos igualmente realizados de madera, permitiendo la sujeción entre piezas que se pueden apreciar en los palacios, templos, fortalezas y casas. Este es el caso específico de las casas coreanas, conocidas como hanok,[1] que no solo servían para vivir dentro de la casa tradicional coreana, sino que también se hizo fundamental el estilo de vida de la familia que lo habitaba.[2]

Al inicio, ese tipo de vivienda era construida con barro y paja (posteriormente se añadiría madera y piedras); era más bien una especie de choza que contaba con un pequeño cuarto que servía tanto de habitación como de comedor, además de la cocina y un pequeño patio delantero.

Este estilo único y sencillo se viene transmitiendo durante muchos años, sin cambiar los marcos básicos desde la época de los Tres Reinos (57 a.C. a 668 d.C.) y fue clásico en la arquitectura durante la dinastía Choson (1391-1910). Para construir una casa como esa se partía en primer lugar del entorno, por lo tanto, el comienzo de un hanok es el estudio del espacio donde se construirá la vivienda.

Idealmente, este tipo de viviendas se construye teniendo como fondo una montaña, y un río al frente, un principio de diseño que se conoce como “baesanimsu”, estas condiciones permiten que del cielo se aproveche el flujo de aire que desciende por la montaña hacia el río y se tome la cantidad de luz necesaria de acuerdo a la estación.[3]

No todos los hanok tenían la misma disposición arquitectónica en su interior, pues había muchas variaciones dependiendo de la zona y el tipo de terreno en el que se pretendiese construir la vivienda.[4]

Izquierda: hanok tradicional coreano de personas de clase baja. Derecha: hanok tradicional de personas de clase alta.

Después, se realizaba una ceremonia de inicio del hanok. Este rito era conocido como el rito del Levantamiento de las Columnas y la elevación de las vigas que sostendrían la vivienda.[5]

Quisiéramos iniciar la explicación de la disposición de un hanok con el tejado, ya que simbolizaba el tipo de persona que vivía en la casa; si era de paja, la familia evidentemente era de clase baja; en cambio, si el techo era muy ornamental (sobre todo las tejas o giwajib) simbolizaba abundancia, ya que el dueño tenía que correr con todos los gastos. Normalmente, solo las clases altas, como los funcionarios del gobierno y oficiales, podían permitírselo.

La casa también estaba conformada por la puerta principal, que representaba el poder económico y político del dueño del lugar. Seguido de la entrada, se encontraba el patio, lugar donde se recibía a los invitados y/o se celebraban las bodas.  El suelo solía estar hecho de roca, barro y argamasa, y estos materiales mantenían el calor durante todo el día.

Puerta principal de un hanok tradicional.

El porche de las casas se llamaba daecheong y dentro había puertas que separaban las habitaciones, de menor tamaño que la primera. También estaban las puertas laterales, que eran las que utilizaban los sirvientes para entrar y salir del lugar, ambas estaban revestidos con hanji (una especie de papel hecho a base de arroz). Todas las habitaciones solían ser multiusos, aunque sí había habitaciones para uso específicos.

Espacio correspondiente a la cocina

Las habitaciones de los varones eran los sarangchae (lugar al que era muy difícil que una mujer pudiera entrar), mientras que las mujeres y los hijos ocupaban el anchae (los niños varones vivían en el anchae hasta la edad de siete años, pasado ese tiempo, pasaban al sarangchae) que, a veces, era utilizado por las parejas de recién casados. Los cuartos del servicio eran los haengnang, y los antepasados eran honrados en una habitación un poco separada de la casa llamada sadang. Los baños se encontraban fuera de las casas y la cocina era una de las habitaciones más primitivas, pero de las más importantes. En cuanto a la cocina (puok), debía ser un espacio muy ventilado, ya que era el lugar donde se almacenaban los alimentos: generalmente se podían encontrar pastas, salsas, hierbas, especias y kimchi (preparación fermentada a base de col).

El ondol (que literalmente significa piedra caliente) era el sistema de calefacción tradicional. Para su funcionamiento, se calentaban con fuego unas piedras bajo el suelo de madera. En el bajo suelo, estaban los gudeul que eran unos conductos que conectaban con la estufa de la cocina para calentar la casa.

El maru, por su parte, era una estructura parecida a una terraza interior dentro de la vivienda, donde se reunía toda la familia e incluso los vecinos para pasar el tiempo, particularmente durante el verano. El maru debía ser construido a una distancia aproximada de tres metros entre el terreno y el suelo de la casa, facilitando la circulación e intercambio del aire caliente por aire fresco.

El techo de los hanok era más bajo y el interior era estrecho, por eso los muebles eran pequeños y bajos para reducir la carga visual y llevar una vida más amplia. El mobiliario de las casas, también fue realizado de acuerdo con el entorno natural, la condición social y las costumbres. Los muebles estaban íntimamente relacionados con el estilo de vida de las personas que habitaban la vivienda. Entre los muebles tradicionales coreanos se encentraban:

El elemento más popular es el medio cerrado. El tipo medio cerrado es una cajonera rectangular de madera, que se divide en dos tipos: una puerta que se abre a medio camino hacia adelante y otra que se abre en la parte superior. Era un mueble esencial, que se podía encontrar en cualquiera de las casas antiguas. Tiene varias funciones, como almacenar artículos importantes y organizar la casa, también es versátil en tamaño y forma. Actualmente, se usa como un mueble decorativo, como la consola de los muebles occidentales, y a su vez, es un lugar perfecto para guardar ropas y libros.[6]

El armario tenía una altura máxima de un metro con setenta y cinco centímetros. Las estantería para libros solo eran usadas por la gente rica, eruditos o científicos y comerciantes, es decir, personas de clase yangban que ocupaban altos cargos en el gobierno, o aquellos que no lo eran pero podían darse el lujo de adquirirlo. Está armado de madera sólida y presenta una proporción ligera.

También encontramos el botiquín, que se trataba de un mueble bastante práctico y ligero. Se abría hacia ambos lados, el cajón tenía una forma larga y espaciosa y estaba diseñado para poder guardar y sacar el medicamento. El cajón del botiquín era cuadrado y estaba constituido por aproximadamente setenta a cien piezas. El interior del cajón también estaba dividido en dos a cuatro partes más, por lo que podía almacenar alrededor de cien a doscientos tipos de medicamentos.

En cuanto a la cabecera, era el mueble utilizado en el dormitorio principal, y se ubica al lado de la cama. El interior no está dividido, para poder colocar varios objetos, como sabanas, ropas y accesorios.

La mesa baja era y aún es uno de los muebles más tradicionales. En lugar de usar sillas, se colocaban algunos cojines (en el caso de las familias pobres, se sentaban sencillamente en el suelo).

El gyeongsang era un escritorio plano, con una altura aproximada de treinta y cinco centímetros de altura. Los eruditos de clase yangban lo empleaban para leer textos budistas o bien para realizar algún escrito, también es aceptado en los hogares comunes. Se levantan ambos extremos de la placa superior y se decora con esculturas en las patas y los cajones.

La mesa de comedor tradicional era el soban, de forma circular, con cincuenta centímetros de ancho y treinta centímetros de altura aproximadamente. Debido a la ideología de confucianismo en esa época, las personas de diferentes estados, géneros y edades no comían juntas en la misma mesa, por lo cual eran diseñadas al tamaño de una persona.[7]

Finalmente, encontramos el mungap (cofre para guardar documentos importantes), el takcha (estante abierto), el chaekchang (armario para libros), el kobi (soporte para guardar cartas y rollos de papel), la caja para guardar el tablero de paduk (juego tradicional coreano), angbang (cómoda de dos o tres niveles), cajas para el arroz, roperos, el arca para mantas y los heangakchang (cofres decorados).

Muebles tradicionales coreanos. Fuente: es.dreamstime.com

Tanto las casas como el mobiliario tradicional coreano se caracterizan (aún en la actualidad) por su sencillez, practicidad y belleza. Sin embargo, con la modernización de la sociedad, los hogares se llenaron de los mobiliarios más modernos y hechos en fábricas, a diferencia de los antiguos, que fueron hechos a mano. Si bien es cierto que las viviendas más grandes pertenecían a las personas adineradas, las viviendas de las personas de clase menos favorecida también formaban parte de esta peculiar construcción tradicional.

En la actualidad, los hanok tradicionales de antaño de las clases menos favorecidas los encontramos en las zonas rurales de la República de Corea, pero también en Corea del Norte. En Seúl, las viviendas más ostentosas de estilo hanok, las podemos hallar en Bukchon (buk en coreano significa “norte) que se encuentra ubicado al norte del arroyo Cheonggyecheon y de Jongno, formado por las calles Wonseo-dong, Jae-dong, Gye-dong, Gahoe-dong e Insa-dong (en tiempos antiguos residían allí los altos eruditos confucianos y los miembros de la realeza). En cuanto al mobiliario, es posible encontrar los muebles tradicionales en algunas casas (sean o no de estilo hanok). Actualmente, en Corea del Sur existe el museo del mueble (hangug kagu pagmulgoan) que se encuentra ubicado en una colina del barrio Seongbuk-dong.

Para saber más:

• Asperilla Arias, Clara, Los gestos cotidianos en la casa coreana. Un acercamiento a los modos de habitar el hanok tradicional, Universidad Politécnica de Madrid, Escuela Técnica Superior de Madrid, 2018. Disponible aquí.
• Toro Restrepo, Sebastián, “Hanok arquitectura en armonía con la naturaleza”, Revista Mundo Asia Pacífico, Universidad EAFIT, 3, nº 5, 2014, pp. 93-100. Disponible aquí.
• Park, Young-Kyu, La belleza del Mobiliario Coreano, Koreana, El arte y la cultura de Corea, t. 7, nº 1, 1996, pp. 4-13. Disponible aquí.

 Notas:

[1] Hanok es el término que se utiliza para referirse a una casa construida en el estilo arquitectónico tradicional coreano “pero en un sentido más amplio, incluye todos los tipos de arquitectura tradicional coreana, como templos budistas” (Nilesh, s.f.). El Hanok se caracteriza por ser un tipo de construcción amigable con la naturaleza, pues los materiales empleados en el proceso constructivo como madera, piedras y tierra son extraídos de su entorno inmediato, aprovechando al máximo sus propiedades para el mejoramiento del habitar humano (…), contribuyendo a una vida saludable y al disfrute de los beneficios emocionales que ofrece el estar rodeado del paisaje natural. Toro Restrepo, Sebastián, “Hanok arquitectura en armonía con la naturaleza”, Revista Mundo Asia Pacífico, Universidad EAFIT, p. 94.

[2]  Hubo un acontecimiento que fue determinante en la vivienda coreana, la adopción del neoconfucianismo como ideología estatal. Esta ideología (…) aplicaba las tradiciones chinas del budismo y el taoísmo al confucianismo y que fue adoptada por toda la sociedad coreana del siglo XV. Su estilo de vida estuvo influenciado por el libro Zhuri Jiali (ritos de familia). En él se describe cuál debe ser la conducta apropiada dentro de (…) la vida familiar y social (…) [en él] se establecen los estándares de comportamiento de la familia diferenciando el de los padres, los hijos, los hombres, las mujeres, los niños, los ancianos (…). El ámbito doméstico adquirió una singular importancia. Asperilla Arias, Clara, Los gestos cotidianos en la casa coreana. Un acercamiento a los modos de habitar el hanok tradicional, Universidad Politécnica de Madrid, Escuela Técnica Superior de Madrid, 2018, p. 9.

[3] Toro Restrepo, Sebastián, op.cit., pp. 94-95.

[4] La climatología de la zona, la orografía o la topografía, también determinaron variaciones en la disposición del hanok.(…) En la montaña se desarrollaron unos tipos de hanok con una disposición en doble hilera adecuada para bloquear el aire frío (…) se utilizaban materiales ligeros de corteza de árbol gulpijip o de pino neowajip. En la zona central (…) se utilizaron diseños lineales doblados en forma de L o U (…). En la zona sur de clima más templado, se concentraban las habitaciones ondol, maru y la cocina en una sola fila. Asperilla Arias, Clara, op.cit., pp.9-10.

[5] Durante la construcción se celebra la ceremonia de Levantamiento de Columnas, Ipju-sik, para garantizar su seguridad (…) y el Sangnyanggosa, ritual para celebrar la elevación de la viga de cumbrera, momento que se considera el del nacimiento del dios protector del hogar, Seongju. La fecha de esta celebración se marca en la viga central (…) [utilizando] los caracteres chinos de la tortuga y el dragón para proteger el nuevo hanok de la mala fortuna. Asperilla Arias, Clara, op.cit., p.17.

[6]  Lee, Stephanie Brenda. Interiorismo en una Residencia Geriátrica. Hogar para adultos mayores coreanos en Argentina, Trabajo Fin de Grado, Facultad de Diseño y Comunicación, Universidad de Palermo, Buenos Aires, Argentina, 2020, pp. 40-44.

[7] Íbidem.

Andrea Elena Ríos (21 Posts)

Licenciada en historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha escrito varios artículos para la revista Debates por la Historia de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), México y la publicación de su tesis por el Centro de Documentacion de los Movimientos Armados (CeDeMa) en Valencia, España. Forma parte del seminario de Historia de Corea en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Su línea de investigación gira en torno a los movimientos sociales en Corea durante la ocupación japonesa (1910-1945).