Un pequeño restaurante del tokiota distrito de Shinjuku abre todos los días al dar la medianoche. Sin más aditamento que una pequeña barra y los taburetes en los que se disponen sus comensales, y con apenas cuatro elementos en el menú (aunque su propietario cocina a los clientes cualquier plato que le pidan –siempre que tenga los ingredientes–), una serie de variopintos personajes se dan cita en este restaurante, dejándonos entrever diferentes aspectos de sus vidas, a la vez que engullen los sencillos pero contundentes platos que les prepara “El Maestro” (interpretado por Kaoru Kobayashi).
Esta es la premisa de la exitosa serie Midnight Diner – Tokyo Stories (Shinya Shokudo; literalmente “Restaurante de madrugada”), que llega ahora hasta nuestros dispositivos digitales de la mano de Netflix. Basada en el exitoso manga homónimo de Yarô Abe (2006-…), contaba ya con tres temporadas, así como con dos largometrajes derivados de la misma -el último de los cuales está a punto de estrenarse-, e incluso con una versión surcoreana estrenada el verano pasado.[1]
Como puede desprenderse de su argumento, el interés de la serie radica no en los platos cocinados –habituales de la gastronomía casera diaria japonesa, aunque no tan comunes en restaurantes de alto nivel-, sino en las historias con las que guardan relación. Cada temporada consta de diez episodios, que reciben el nombre de la receta protagonista –habitualmente, la favorita o relevante de su personaje principal-, y desarrollan una historia más o menos cerrada, aunque existe una serie de habituales del restaurante que aparecen en varios episodios. Al final de cada capítulo, se produce una ruptura de la cuarta pared y los protagonistas del mismo explican al espectador algún consejo o curiosidad sobre el plato principal del episodio.[2]
Por supuesto, esta no es la única producción, ni mucho menos, que se vale del elemento gastronómico para introducirnos en los fragmentos de vida de sus consumidores. En este sentido, y aunque difiere tanto en su plástica como en su tratamiento, sería interesante trazar un paralelismo con el exitoso manga de Jiro Taniguchi El Gourmet Solitario, que igualmente utiliza la gastronomía japonesa como excusa y que también dio pie a una exitosa serie de televisión.
Poco más puede decirse sin desvelar demasiados detalles de su argumento. Como es lógico, la localización del restaurante,[3] así como su horario de apertura –de la medianoche a las siete de la mañana–, condicionan el tipo de personajes que en él se reúnen. La mayoría son trabajadores del barrio –que pasan a comer antes o después del trabajo, o incluso en algún descanso–, pero también se encuentran algunos estudiantes y jubilados ociosos del vecindario. De hecho, la media de edad suele ser bastante avanzada, y resulta muy interesante la manera en la que la serie trata las crisis de la mediana y la tercera edad, así como el paso del tiempo y la misma muerte. Igualmente, son muy interesantes las reflexiones que se vierten sobre la fama en el mundo del espectáculo, ejemplificadas en las historias de un locutor de radio, una estrella juvenil de un producto tipo Super Sentai, un monologuista de Asakusa venido a menos, una emergente estrella televisiva y un renombrado actor porno. Por otra parte, la serie tiene una especial delicadeza en tratar asuntos que afectan al conjunto de la sociedad, como la culpa, el miedo a estar solo, las dificultades para relacionarse de la juventud, las diferencias entre clases sociales, la inmigración o los matrimonios interraciales.
Por lo general, las historias que se nos presentan en la serie tienen un tono amable, aunque agridulce, y los asuntos potencialmente morbosos –la transexualidad, la prostitución, la pornografía, el adulterio, o incluso la propia muerte- son abordados de manera natural y extremadamente tolerante, sin escarnio o polémica alguna. El horario nocturno hace que se reúnan en torno a la barra –que por su disposición en u y por la ausencia de mesas les obliga a interactuar más que en otros restaurantes- no solo sarariman y office-ladies, además de otros trabajadores tradicionales del barrio (tenderos, limpiadoras, taxistas, vendedores callejeros, abogados e incluso científicos), sino toda una serie de personajes del mundo del espectáculo –como los mencionados anteriormente-, la prostitución y el juego (legal e ilegal).
Pero Midnight Dinner no complacerá a aquellos que busquen una historia morbosa o de grandes giros dramáticos, pues, aunque en origen fue una serie emitida en horario nocturno,[4] se trata de una producción extremadamente casta –incluso para los estándares japoneses- y elegante, que presenta una poética narrativa y visual que recuerda al cine japonés más clásico. Como la música que lo acompaña, presenta un tono sosegado y especialmente melancólico, a pesar de que casi siempre cuenta con finales felices.
El acierto de Midnight Dinner es que las historias que presenta y la manera en las que nos son narradas se asemejan a los platos que aparecen en la serie: sencillos, conformados por elementos comunes pero contundentes, que conjugados con delicadeza producen sobresalientes resultados que dejan satisfechos a la mayoría, precisamente por su cercanía y falta de pretensiones, y que desde luego constituirán un plato de buen gusto para cualquiera que se precie como amante de la cultura japonesa.
Para saber más:
Notas:
[1] La serie de televisión Simyashikdang (literalmente “Restaurante de madrugada”), dirigida por Hwang In-Roe, y protagonizada por Kim Seung-Woo en el papel de “El Maestro”, contó con veinte episodios de duración, y se emitió en la madrugada del verano de 2015 en el canal SBS. Una versión china está en proceso de producción.
[2] Las recetas incluidas en esta temporada son, como se ha mencionado, de carácter popular, e incluyen sopa de fideos con verduras, perrito de maíz, cerdo a la plancha, tortilla con arroz, tofu de huevo, umeboshi, estofado, ñame frito, chuletas de cerdo empanadas y tallarines de Nochevieja. Estos son, al menos, los nombres en español que les ha otorgado Netflix, ya que se aprecian numerosas inconsistencias en la traducción, ocasionándose que a veces se traduzcan por completo –con mayor o menor acierto- los nombres de los platos, mientras que en otros casos permanecen en japonés o se traducen parcialmente al castellano y/o al inglés.
[3]Shinjuku es uno de los veintitrés barrios especiales de Tokio, y uno de sus principales centros comerciales y administrativos. Con una población de más de trescientas mil personas, es uno de los distritos más variados e integradores de Tokio, contando con numerosas áreas comerciales, de fiesta y restauración, un barrio rojo, un barrio gay y una zona universitaria (la de la prestigiosa Universidad de Waseda). Reconstruido casi por completo en el periodo de posguerra, en su mayoría está compuesto por modernos edificios de oficinas y centros comerciales, siendo sede del Estadio Olímpico, la Agencia de Defensa Japonesa y el Gobierno Metropolitano de Tokio, además de albergar la estación de tren más transitada del mundo. Asimismo, es uno de los lugares de mayor diversidad étnica de Japón, acogiendo la mayor tasa de inmigrantes de Tokio, esencialmente coreanos.
[4] Los episodios originales se emitieron entre la medianoche y la madrugada de 2009 y 2011, llegando a reunir un 2% del share, más del doble que los mayores éxitos de esta franja nocturna.
Preciosa serie, comentar que la banda sonora es una canción irlandesa del s. xviii
llamada pretty girl milking her cow.
https://en.wikipedia.org/wiki/A_Pretty_Girl_Milking_Her_Cow