De la mano de la editorial Gallo Nero, llega a las librerías la obra de una de las grandes figuras del manga olvidadas por el mercado editorial español: Yoshiharu Tsuge. Considerado en Japón (y, en menor medida, también en Occidente) un autor de culto, equiparado en importancia al historietista Robert Crumb,[1] la historia de Tsuge evoca el arquetipo del genio creador torturado. De personalidad tendente a la depresión, su trayectoria se ha caracterizado por la frustración de no lograr un éxito (sobre todo, económico) que estimulase su motivación. A pesar de todo ello, se da la paradoja de haber conseguido una serie de logros, como trabajar como asistente del recientemente fallecido Shigeru Mizuki o la adaptación cinematográfica de varias de sus obras.
Gallo Nero nos permite disfrutar, en castellano, de una de ellas: El hombre sin talento, publicado originalmente en 1985. La premisa, un mangaka que, al no conseguir reconocimiento, trata de reconducir su vida dedicándose a distintos negocios, siempre sin éxito, tiene un gran componente autobiográfico. Al igual que el protagonista, Tsuge también abriría una tienda de cámaras fotográficas, un negocio que tendría que cerrar al cabo de dos años.
El apartado gráfico resulta muy interesante, alejándose de convencionalismos, con un dibujo que logra transmitir de manera magistral el aire melancólico que envuelve al protagonista, a la par que se permite ciertas licencias humorísticas que aligeran el ambiente, generalmente cargado y opresivo. A pesar de estos intentos, el poso que deja la obra es amargo, ya que el sentimiento de derrota del protagonista trasciende las páginas.
El ritmo narrativo es pausado, sin caer en una lentitud exasperante. La vida pasa ante el protagonista, sin que este sea capaz de sacar de ella ningún logro que le satisfaga. No por ello deja de intentarlo, aunque reflexionando con una intensidad cada vez mayor sobre cuestiones fundamentales acerca del propio significado del medio comicológico y de él mismo, como artista y creador. ¿Es realmente un artista, un intermediario industrial, o por el contrario no es nada de eso, puesto que sus fracasos únicamente le comunican que no pertenece a ese mundo? A través del personaje de Sukezo Sukegawa, Tsuge reflexiona sobre sí mismo y, lo que hace que la obra trascienda y adquiera la categoría de magistral, plantea una reflexión sobre la propia esencia de la creación de cómics, disfrazada hábilmente de historia metacomicológica.
La edición de la obra, además, resulta de un cuidado exquisito, y es evidente que se ha hecho con cariño y con el afán de dar a conocer una obra maestra (valoración realizada por Álvaro Pons en el epílogo, que nosotros compartimos) y un autor prácticamente desconocido. Se ha editado respetando el sentido de lectura oriental, de derecha a izquierda, y se ha aprovechado la circunstancia para incluir, al final de la historia, un pequeño dossier con material extra: el epílogo anteriormente mencionado, una extensa y cuidada cronología vital de Tsuge, atendiendo a los momentos clave tanto a nivel profesional como a nivel personal, para tratar de conseguir (con bastante éxito) que el lector pueda aproximarse a una figura compleja; y finalmente dos listados, uno con las principales obras de Tsuge y otro con las fechas de publicación original de El hombre sin talento (tanto de su primera publicación por capítulos como de las principales recopilaciones).
Indudablemente, se trata de un volumen preparado con mimo, que responde a la perfección a las pretensiones de Gallo Nero y constituye un gran acierto por su parte y una magnífica contribución a la cultura del manga en castellano, que no puede faltar en ninguna biblioteca que se precie.
Notas:
[1] Uno de los miembros fundadores y más destacado autor del cómic underground.