En pleno siglo XXI la información y el ocio han sufrido un gran incremento dando como resultado un consumo que exige de una amplia variedad de productos. Así pues el mundo del cómic y en concreto del manga cada vez tiene más autores y por consiguiente géneros e historietas para todos los gustos, pero ¿donde están los orígenes de esta venta masificada? ¿cómo se difundieron las historietas que dieron origen al mercado de hoy en día? Estas preguntas son las que muchos aficionados al manga se plantean. Para encontrar una respuesta que sea fructífera tendríamos que retrotraernos al Japón de posguerra y ver cuáles fueron las publicaciones que ayudaron a difundir esta clase de soft power. Una de las revistas que apostó fuertemente por el manga fue la Weekly Shônen Jump, publicada por Shûeisha y lanzada al mercado japonés el 2 de Julio de 1968.
Gracias a Norma Editorial, en España podemos conocer la génesis, el proceso y la distribución de la Shônen Jump a través de la obra Cómo se hace la Jump, del mangaka Takeshi Sakurai. El objetivo de la obra era ofrecer un manga documental que aclarase al gran público todos los procesos que son necesarios para la realización de la revista semanal de manga que mas ventas genera en todo el globo (aunque la mayoría sean entre el público japonés). Pese a ser un manga documental no se hace pesado para el lector, ya que el autor incorpora a lo largo de la obra toques de humor que facilitan la lectura y consigue que el aficionado se “enganche” y quiera saber más sobre los entresijos de la revista. Además el dibujo es simple y muy gráfico ya que lo que es verdaderamente importante es el contenido que se va narrando e ilustrando y por tanto no requiere de una gran precisión o detallismo.
El relato se encuentra dividido por capítulos que se refieren a cada uno de los aspectos que caracterizan a esta revista nipona como son el inicio de la serialización, la realización técnica, la impresión y encuadernación, el papel, la portada, la redacción de la Jump, las preguntas de los lectores y logotipos, los mangaka, su distribución en Estados Unidos y por último las páginas de regalos. Con esto el autor consigue que el lector vaya introduciéndose progresivamente en lo que es el mundo de la publicación japonesa y más concretamente en ese microcosmos perfectamente organizado que es la Shônen Jump. Además y por si fuera poco se van insertando curiosidades sobre la propia revista en cada capítulo lográndose así un interés constante. Ejemplos de ello pueden ser la explicación que se hace en uno de los capítulos de la creación del logo de la propia Jump (del cual no se sabe muy bien su origen), o cómo los restos de papel sobrante generado en el proceso de realización de los tomos se aprovecha y favorece a la gestión de las aguas residuales del área metropolitana de Tokio. Probablemente la mayoría de los lectores habituales de la revista no saben este tipo de datos, lo que hace a este manga aún más atractivo.
Para darle veracidad a los acontecimientos sucedidos en la obra se van introduciendo en los diferentes capítulos fotografías que ilustran las explicaciones (es decir se sustituye directamente una viñeta por una fotografía), dando la sensación de que el propio mangaka tomó esas fotografías durante su visita a las diversas instalaciones que hacen posible la revista nipona.
Por supuesto, es imposible explicar el funcionamiento de la revista sin hacer mención a algunas de sus series más famosas, tanto clásicas como contemporáneas. En ocasiones, Takeshi Sakurai cambia su estilo para hacer referencia a ciertas obras[1] y autores[2] que gozan de popularidad dentro del género. Esto deja de manifiesto la utilidad que tiene esta obra tanto documentalmente como didácticamente, demostrando la cantidad de posibilidades y la versatilidad que presenta el cómic japonés.
Si eres un amante del manga y te preguntas como pudo tener tanto éxito este género no puede faltar en tu estantería un volumen de Cómo se hace la Jump, el cual te dejará sin palabras gracias a la pasión reflejada en sus viñetas; aunque eso sí, todo ello con un toque de humor que hará que esboces una de tus mejores sonrisas durante su lectura.
Notas:
[1] Algunos ejemplos son Dragon Ball, Boku No Hero Academia, Naruto, Sheraph of the End o Tokio Ghoul, entre otros muchos.
[2] Encontramos mencionadas figuras tan representativas como Kōhei Horikosi o Eiji Miruno.