La película Zhong Kui: Snow Girl and the Dark Crystal nos traslada al universo de mitos y leyendas tradicionales del pasado del gigante asiático. Codirigida por Peter Pau y Zhao Tianyu, la película alcanzó el tercer puesto en recaudación de entre las estrenadas durante las festividades del Año Nuevo Chino de 2015, recaudando en los primeros dos días 10,8 millones de dólares. La cinta fue distribuida en el exterior por Warner Bros., por lo que gozó de una difusión mayor de lo acostumbrado por otras realizaciones orientales.
Zhong Kui: Snow Girl and the Dark Crystal se desarrolla en tiempos de la dinastía Tang (618-906), uno de los periodos más gloriosos de la historia de China, pero la cinta nos traslada a un ambiente fantástico, en el que junto con los humanos convive toda una serie de deidades, demonios y criaturas mitológicas. Una vez cada milenio, los demonios que habitan el inframundo tienen la posibilidad de reencarnarse como humanos o, llegado el caso, alcanzar el estatus de divinidades. Conforme la fecha se acerca, el Emperador de Jade (interpretado por el propio Peter Pau) se preocupa por el hecho de que el infierno se abra en las inmediaciones de la ciudad de Hu, localidad que ya ha sido atacada por demonios con el fin de recolectar las almas de muchos de sus habitantes. La deidad Zhang Daoxian (Winston Chao) se ofrece para ayudar a la ciudad, enviando a su campeón humano Zhong Kui (Kun Chen) al inframundo con la misión de robar el Cristal Oscuro, una importante joya en la que se almacenan las almas de los condenados y las acciones de los demonios. Zhong logrará llevar a cabo la difícil tarea, portando consigo a la Tierra el Cristal Oscuro, que será custodiado en el templo de la ciudad por el animal mitológico Qirin, hasta que los días fatídicos pasen y los demonios pierdan la capacidad de reencarnarse. Para ayudar en la defensa de la ciudad y de la joya, Zhong Kui será entrenado por la divinidad Zhang Daoxian, quién le otorgará la capacidad de convertirse en demonio, con una fuerza y habilidades sobrehumanas con las que poder hacer frente a las fuerzas del inframundo. Mientras tanto, el Rey de los Demonios, enterado de la desaparición de la preciada joya, enviará a un cortejo de diablesas en forma humana a la ciudad, que componen un exótico espectáculo de reminiscencias persas, para que se hagan con el Cristal. Liderando la expedición irá el Espíritu de la Nieve (Bingbing Li), un demonio femenino que entablará una relación con Zhong Kui, quién creerá que ella es un amor del pasado.
Tras la batalla que se librará entre las diablesas y los habitantes de la ciudad de Hu, se revelarán las verdaderas intenciones del dios Zhang Daoxian, hasta el momento en apariencia benévolo y protector de la humanidad, que no son otras más que empelar el Cristal Oscuro en su propio beneficio, con el fin de potenciar sus habilidades para destronar al Emperador de Jade (divinidad suprema del panteón chino) pese a que, para ello, deba desatar el caos y acabe con la armonía que rige la Tierra, el Infierno y el Cielo.
Para el espectador occidental puede parecer una compleja trama, repleta de divinidades y seres de la mitología oriental. El principal protagonista del filme, Zhong Kui, es un personaje de las creencias y leyendas de China que, famoso por haber alcanzado las más altas calificaciones en los exámenes para entrar a formar parte de la administración imperial, fue rechazado por su apariencia descuidada. Tras esto se suicidó y, viendo su valía, el Rey del Inframundo le concedió el título de Rey de los Fantasmas, convirtiéndose en un famoso cazador de criaturas malignas. Su imagen, en ocasiones pintada en la entrada de las viviendas como una figura guardiana, de carácter protector, ha sido representada en multitud de manifestaciones artísticas de la tradición Oriental. Esta historia, con algunas variaciones, se nos narra en la película, ya que esta fue pensada por el realizador Peter Pau como la primera de una serie de largometrajes en los que el personaje de Zhong Kui, raramente llevado al cine, sería el principal protagonista. Otro de los personajes de relevancia, aunque aparezca poco en el metraje, es el Emperador de Jade, una de las principales divinidades del panteón taoísta, que gobierna el Cielo a través de su corte, a imagen de la labor realizada por los antiguos emperadores de las dinastías chinas. Uno de los momentos culmen de la película está protagonizado por la aparición del Qilin, un ser que protegerá con gran vehemencia el Cristal Oscuro. Se trata de uno de los cuatro animales míticos de la tradición oriental, junto con el dragón, la tortuga y el fénix, que se caracteriza por presentar un aspecto resultado de la unión de varios animales: cuerpo de león, cola de búfalo y cuernos de ciervo, es un símbolo de buen augurio y buenos deseos, que se asocia con la idea de la familia e hijos.
La realización, fruto de la unión de varias productoras del gigante asiático, entre las que destacan Wanda Media y Beijing Enlight Pictures, obtuvo, como hemos señalado, unos más que buenos resultados en la taquilla local. Presenta, como suele ser habitual en las películas que tratan el pasado mitológico de China, una gran cantidad de escenas realizadas mediante CGI (imágenes generadas por computadora), para las que se destinó una importante parte de la financiación. Aunque las tomas en las que los exóticos y oníricos paisajes de la China del pasado están bien llevadas a cabo, no ocurre lo mismo con determinadas criaturas fantásticas y escenas de acción, las cuales suponen la inmensa mayoría del tiempo en pantalla, y en las que el espectador acostumbrado a los efectos de otras superproducciones del momento notará la diferencia de acabado. La interpretación de los personajes es correcta, especialmente bien llevada en la relación que mantienen los interpretados por Bingbing Li y Kun Chen, que se nos narrará a través de una serie de flashbacks con objeto de contar el pasado de Zhong Kui. Uno de los principales atractivos lo supone la banda sonora, a cargo del turolense Javier Navarrete, conocido por sus colaboraciones en películas como El espinazo del diablo o El laberinto del fauno, la cual evoca perfectamente el pasado fantástico de la mitología oriental.
Así, tal como hemos señalado, Zhong Kui: Snow Girl and the Dark Crystal, se trata de un producto altamente recomendable, haciendo previamente, eso sí , un esfuerzo ante la ingenuidad del CGI, que entretendrá a todos los amantes del cine fantástico oriental, con la aparición en la pantalla de los seres y criaturas de las leyendas chinas del pasado.
Para saber más: