En la era del iwatch y de Spotify aún se hacen películas que nos permiten “rebobinar” hasta tiempos más sencillos, en los que un boli Bic se convertía en compañero fiel de nuestras casetes. Ejemplo de ello es Dum Laga Ke Haisha,1 que llegó a las carteleras de la India en febrero de 2015, cosechando un enorme éxito de público, y que ahora desgranamos en Ecos de Asia. La cinta se ambienta en los años noventa y tiene por protagonista al joven Prem, que trabaja como dependiente de una tienda de casetes en la pequeña localidad norteña de Haridwar, donde deberá competir con otro comercio que empieza a distribuir los emergentes CD. Esta lucha por sobrevivir con un medio obsoleto puede recordar al filme protagonizado por John Cusack: Alta Fidelidad (2000), basado en la novela de Nick Hornby, donde un enamorado de los vinilos trataba de recuperar el favor de su exnovia.
Debido a los problemas económicos de su familia, Prem es forzado por su padre a contraer un matrimonio concertado con Sandhya, una joven que busca convertirse en maestra y que sufre sobrepeso. Él la rechaza por su físico, mientras que ella se avergüenza de la falta de estudios superiores de su marido, quien abandonó el instituto por sus dificultades con el inglés. Este matrimonio parece abocado al fracaso y así lo confirman los continuos desprecios de Prem hacia su esposa, los cuales culminan cuando la ridiculiza por completo delante de sus amigos en una boda.
Sandhya pide entonces el divorcio pero el juez les obliga a convivir durante seis meses, a modo de periodo de prueba, antes de concederles la separación. En este lapso se llevará a cabo una carrera denominada Dum Laga Ke Haisha (que da título al filme y podríamos traducir por “Da toda tu energía”) que consiste en llevar a la esposa a la espalda superando una serie de obstáculos. Aunque en un primer momento nuestros protagonistas rechazan la idea de participar, el sustancioso premio económico que supondría la gesta acaba inclinando la balanza y ambos se tomarán este reto como la única esperanza para sacar a flote su negocio, su matrimonio y su amor.
Bajo el tono aparentemente ligero de una comedia romántica con toques de absurdo, la cinta trata temas interesantes como el de los matrimonios concertados o la importancia de la apariencia física, y cómo ambas circunstancias se entrelazan a lo largo del metraje. A pesar de ambientarse unas décadas atrás, a ojos del espectador occidental la costumbre de los enlaces concertados resulta cuando menos llamativa: dos familias que se encuentran en el templo y, tras unas breves presentaciones, sellan para siempre el destino de dos personas. La clave de este tipo de matrimonios es una buena primera impresión y la película ahonda precisamente en este error, mostrándonos que el amor no puede forzarse y que solo el tiempo ayuda a conocer a la otra persona, superando las barreras impuestas por los prejuicios que generan las apariencias.
Un sencillísimo guión se ve aquí aderezado por hilarantes secuencias que derrochan un humor cercano al Slapstick (el padre persiguiendo a su hijo con la zapatilla resulta desternillante), a lo que se une el carismático personaje de Sandhya, interpretado por la actriz novel Bhumi Pednekar. Sin embargo, un desarrollo convencional y la perpetuación del patriarcado (retratado pero no criticado) le restan su potencial carácter incisivo para convertirlo en una tragicomedia de superación personal y aceptación del ser amado, en la que no faltan las habituales coreografías made in Bollywood.
Para saber más:
1 Dum Laga Ke Haisha (2015). País: India. Director: Sharat Katariya. Música: Andrea Guerra. Fotografía: Manu Anand. Reparto: Ayushmann Khurrana, Sanjay Mishra, Bhumi Pednekar, Kumar Sanu, Seema Pahwa, Sheeba Chaddha, Alka Amin, Chandra Choor Rai, Mahesh Sharma, Shrikant Verma, Shardul Rana, Sanjeeva Vatsa. Productora: Yash Raj Films. Idioma: Hindi.