En un artículo anterior analizamos el contexto histórico (el colonialismo japonés en Corea) en el que se desarrolla la importante película Arirang (1926) de Na Un Gyu.1 Para darle seguimiento y ya que el cine es nuestro objeto de estudio, la pregunta sería: ¿cómo es que la cinematografía funciona como fuente histórica? Primeramente, es necesario aclarar que, a la hora de componer un discurso ilustrado por imágenes percibimos estructuras insertas dentro del filme donde antes no las distinguíamos, esto significa que, si en Arirang ubicamos como hecho histórico el Movimiento del Primero de marzo y lo relacionamos la trama, entonces, “los datos visuales dispersos se agrupan y siguen un curso determinado, y esto hace que las imágenes mudas participen de su continuidad.”2
Las películas en Corea fueron sometidas a censura y restricciones por parte de las autoridades japonesas. Los guiones debían ser enviados y aprobados por el gobierno japonés de ocupación antes de que pudieran ser producidos y distribuidos.4 Las críticas al gobierno fueron censuradas, lo que llevó a la mayoría de éstas a estar en el estilo melodramático y sentimental conocido como shinpa. La innovación de Arirang fue que consiguió encontrar una manera de expresar metafóricamente la oposición coreana a la ocupación japonesa al unificar la shinpa con el espíritu del nacionalismo. De este modo, el cine en Corea ya no fue mero entretenimiento, sino un vehículo para una expresión de resistencia nacional a la colonización. La película contiene temas de injusticia y la difícil situación de los campesinos. El filme (ahora perdido) fue un éxito tras su lanzamiento y es considerada la primera película nacionalista coreana, y claro ejemplo de resistencia.3. La aparición de los filmes de este corte fue percibida como las más significativas de la historia del cine de ese país.
El punto de partida es el actor principal: un estudiante llamado Yue Iong Chin. El protagonista es presentado como una especie de héroe, identificado con los grupos subalternos, estableciendose así relaciones estrechas entre Iong Chin y el espectador, donde el primero es considerado como defensor de las clases bajas (masas anónimas que no deben perderse de vista dentro de los procesos históricos). De esta manera, el filme también asumió un papel importante en el campo de la propaganda (como material iconográfico) no sólo para difundir la futura proyección de la película, sino como material con tintes políticos en la línea del cine propagandístico, puesto que no hay personajes japoneses que jueguen un rol positivo. Ya que en sus orígenes no tenía sonido, la película contaba con pequeños rótulos que servían para ilustrar un mensaje que ayudase a comprender mejor el contenido de las escenas. Arirang se sirvió de algunos rótulos para resistir la colonización (al inicio aparecen las palabras “perro” y “gato” haciendo alusión a Japón y Corea) y para aclarar las distintas situaciones o para evidenciar y dar a entender conversaciones importantes: declaraciones de amor, disgustos y el pensamiento del pueblo; en este caso, la tensión política y social entre Corea y Japón. A partir de aquí emplearé como fuente paralela la canción tradicional Arirang4 para dar un panorama más amplio sobre la resistencia coreana, siguiendo el orden de la narración de la película y el texto de la canción.
La espacialidad es una pequeña comunidad pobre de donde es originario Iong y adónde, evocando la montaña Arirang (“Arirang, Arirang, Arario”), regresa el protagonista después de ser encarcelado y torturado por los japoneses por su participación en el Movimiento del Primero de marzo, para vivir con su hermana Iong Hui, mostrando con ello el sentido de arraigo y pertenencia. En este contexto encontramos otra situación: la represión y la colaboración de algunos coreanos a favor de Japón. Ésta se pone de manifiesto con Gi Ho, un coreano colaborador de la policía japonesa quien intenta violar a Iong Hui. Aquí mismo y evocando a la identidad étnica podemos ver claramente la resistencia de Hyeon Gu (amigo de Iong Jin y quien ahora está enamorado de la hermana de este) durante su pelea contra Gi Ho, pues la historia social nacionalista coreana también existieron traiciones que en ocasiones variadas fueron silenciadas y presenciadas por la misma gente (como cuando Iong Jin observa la lucha entre dos coreanos, pero con distintas posturas frente a Japón).
El protagonista tiene una visión de una pareja en el desierto pidiendo agua a un hombre (“usted cruzando por el paso Arirang”). Aunque en la película se trata de una alucinación, cuando Iong mezcla la realidad con la imaginación, para él, ese hombre abraza a la mujer en lugar de ofrecerle agua. Este acto es la resistencia que, a partir de ese momento trasciende de movimiento social a acción bélica y lo relaciono con cuando Iong Jin en su cruce por la montaña Arirang apuñala con una hoz a Gi ho y lo mata por abandonar la lucha colectiva y apoyar al enemigo (“usted, mi amor, si me dejara”). Ciertamente, la acción colectiva es el principal recurso y, con frecuencia, el único del que dispone la mayoría de la gente para enfrentarse a adversarios mejor equipados. En la historia de Choseon fue la transición de la resistencia activa pacífica del Movimiento samiljeol que en poco tiempo cruzó las fronteras de la legalidad (“antes de que llegue a los 10 li”-400mts), en un acto ya no de rebeldía sino de revolución, pero, al mismo tiempo, tenemos una segunda observación y es la existente relación entre el poder y la violencia ejercidos por Japón. La película termina con la policía japonesa llevando a Iong Jin a prisión mientras los aldeanos lloran (“sus pies estarán doloridos”). Por lo tanto, mi interpretación sobre Arirang es la siguiente:
Arirang, Arirang, Arario. ¡Pueblo coreano, escucha!
Arirang Kogaero Nomoganda. Voy caminando y resistiendo
Narul porigo kashinun nimeum. Si abandonamos ahora la lucha
Ship li ido motkaso. No pasará mucho tiempo
Palbionnanda. Antes de que nos repriman y perdamos nuestra independencia.
https://youtu.be/vQpWYSsE36g
La película no entró en conflictos políticos, pero Arirang se convirtió en una denuncia explícita que muestra una realidad paralela: el heroísmo de un joven que pierde la razón y lucha una batalla, hasta ese momento, imposible de ganar Se entiende que pudo haber existido cierta flexibilidad por parte de los japoneses, ya que Arirang es una canción que ellos utilizaron para controlar a los coreanos (incluso fue muy popular en Japón),por lo que una película con el mismo nombre de una canción, no tenía motivo alguno para no permitir su proyección, sobre todo, por la temática que Lee le atribuye: la represión de los ricos y las relaciones feudales ejercidas por el gobierno de Choseon (más no de los japoneses). Por lo que podemos notar, el discurso visual funcionó como una forma abstracta que hace referencia a un fenómeno social pues va mucho más allá de lo que dice a primera vista y deja huella en el imaginario colectivo. Sin embargo, el cine puede ser tan criticable como la misma historia escrita pues, no representa la realidad como un espejo sino como la interpretación de un conjunto de datos organizados.
En definitiva, podemos afirmar que esta película juega un papel fundamental para el rescate de la memoria de la historia de un pueblo marcado por divisiones y luchas pero que, por medio del arte construye un lazo entre la valoración, protección, conservación y difusión tanto de la canción como la película como patrimonios históricos nacionales. Por ello es necesario realizar estudios que hagan referencia a Arirang sinónimo de identidad y pertenencia y recordatorio del sufrimiento padecido, evitando con ello el olvido. En las últimas décadas, los estudios (historiográficos) situaron a la memoria como una herramienta clave para la revalorización de las manifestaciones y expresiones relegadas y desdeñadas por (el) positivismo, pero las fuentes artísticas funcionan a la perfección como producto de conocimiento histórico.
“El vuelco de la historiografía en favor de la memoria tiene efectos en los estudios sobre el colonialismo en Corea. El rescate de la memoria retoma la tradición como elemento fundamental en la preservación del pasado y su permanencia en el futuro pues “la autoridad de la voz de la memoria es el vestigio a través del cual se entrega al espectador la indignación y el sufrimiento trascendiendo lo individual mediante un amplio espectro de temas sociales, políticos y ético.” 4
Arirang muestra claramente cómo, mediante la resistencia, es posible reconstruir paso a paso esa topografía del horror de una época signada por la violencia puesto que la colonización en tanto intolerancia, terror e irrupción masiva de la muerte se convierte en la tautología de la victimización. Por eso, es necesario conocer las diferentes verdades enfrentadas durante treinta y cinco años de conflicto y dominación puesto que, debemos recordar, que no todos los coreanos sufrieron esa victimización, ya que algunos de ellos tenían intereses políticos y económicos con los japoneses. Pese a la complejidad en la construcción de la memoria histórica, esta no se restringe a una cuestión pues, aunque el arte tiene un lenguaje y códigos propios, requiere de puntos no menos importantes como las formas de circulación y recepción de los elementos artísticos, así como la aceptación del público, que van de acuerdo al contexto histórico en que se desarrolla dicho arte.
El interés por comprender la historia de Choseon a partir de los propios escritos de quienes han narrado los sucesos acaecidos, sus motivaciones, intereses, preocupaciones y representaciones nos acerca a la constitución del país como sujeto de la Historia. Sin embargo, ¿en qué medida la nación y la identidad étnica son un intento de llenar el vacío provocado por la desarticulación de estructuras sociales y comunitarias anteriores, la invención de algo que funcione como una concepción consciente de la comunidad o de la sociedad? Una de las tareas de los historiadores es no permitir que la sociedad se convierta en un pueblo sin memoria porque se debilita. Sin embargo, en el caso de Corea que sí es un pueblo con memoria, habría que identificar en qué punto la memoria histórica se encuentra profundamente adscrita a la larga lucha y resistencia popular de las clases bajas y, en qué momento, el pueblo decidió unirse completamente para que en la actualidad podamos hablar de un sólo pueblo sin división geopolítica. La identidad étnica y el nacionalismo coreano se ponen al descubierto cuando un colectivo se reconoce, mediante el arte, a sí mismo como parte de un grupo específico el cual es seguido por un gran sentido de respeto y orgullo.
Para saber más:
-Kim, Yeon Gap, The culture of Arirang, Seoul, Jimdondang.2002
-Lee, Hyong Jin Cine Coreano Contemporáneo, cultura identidad y política, traducción por Álvarez, María del Pilar y Bavoleo Bárbarfa, Buenos Aires, Argentina, Santiago Arcos Editor, 2011.
-León Manríquez, Jose Luís, (coord.) Historia mínima de Corea, México, págs. 69-116 México, El colegio de México, centro de Estudios de Asia y África.2006.
– Yoo, Min Sik, Oldest recorded Arirang to be on display in Seoul, Seoul, The Korea Herald Retrieved, 2017.
-Atkins E Taylor, “The dual Carrer of Arirang: The Korean Resistance anthem that became a Japanese pop hit.” (S/L), The Journal of Asia Studies., 2007.
Notas
1 Na Un Gyu (27 de octubre de 1902 – 9 de agosto de 1937) fue un actor, guionista y director coreano. Participó en actividades antijaponesas, incluida la protesta del 1 de marzo de 1919 contra la ocupación. Su primera película como escritor / director / estrella, fue Arirang (1926) que se convirtió una sensación nacional en Corea.
2 Lee, Hyong Jin Cine Coreano Contemporáneo, cultura identidad y política, Buenos Aires, Argentina, Santiago Arcos Editor, 2011, p.34.
3 El gobierno colonial japonés produjo la película con el objetivo de alentar la “salvación de Corea”, censuró severamente aquellas películas que fueran grabadas en coreano (y) si el contenido era no deseable. Entre esos filmes melodramáticos aparecieron en 1926 unas pocas películas nacionalistas de resistencia. El primero de una serie de filmes con estas características fue Arirang. Los filmes de esta tendencia articulaban varios motivos ideológicos socialistas y sus realizadores eran considerados líderes del movimiento artístico proletario de aquel momento. La aparición de películas “nacionalistas de resistencia” durante la era colonial es percibida como el más significativo alcance de la historia del cine coreano. Este es un fenómeno bastante extraño, dada la gran censura de la época. Hasta la actualidad, no hay una explicación pertinente acerca de cómo estas películas pararon la censura.” Ibídem, pp. 27, 28 y 32.
3 La primera grabación conocida de Arirang fue hecha en 1896 por la etnóloga estadounidense Alice C. Fletcher. Fletcher quien grabó a tres estudiantes coreanos cantando una canción que ella llamó Love Song: Ar-ra-rang.
4 Álvarez María del Pilar, “las huellas de la colonización y el deber de la memoria: Apuntes desde el cine documental surcoreano”, Estudios de Asia y África, vol. XLVIII, nº 2, 2013, p. 392.
Interesante trabajo sobre Corea. Muchas felicidades