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Artes para la exportación: lacas namban. – Revista Ecos de AsiaRevista Ecos de Asia
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This article was written on 18 Sep 2014, and is filled under Arte.

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Artes para la exportación: lacas namban.

En la segunda mitad del siglo XVI, portugueses y españoles empezaron a llegar al país nipón y una de las manifestaciones artísticas que más fascinación les produjo fue la laca japonesa. Fue una época en la que los contactos entre Europa y Japón eran básicamente religiosos y comerciales, por lo que no nos ha de extrañar que las primeras demandas de objetos lacados no fueran piezas para llevar a Europa, sino objetos de uso religioso para la primera comunidad cristiana de Japón.

Pronto debió de crecer su demanda en Europa ya que eran objetos de gran belleza y unicidad, pero sobre todo porque era un género nuevo de mercancía. A este tipo de lacas, destinadas a la exportación, es lo que se conoce como laca namban (1580-1630).

Los objetos lacados en Japón.

La madera lacada forma parte de la vida de los japoneses desde la prehistoria. Empezamos a ver una abundante producción de cuencos, cazos y vasijas a partir del año 1800 a.C.

Ejemplo de laca urushi.

Ejemplo de laca urushi.

Estos objetos de laca japonesa también son conocidos como laca Urushi por la materia prima con la que se elaboran. El urushi es una resina pastosa que procede del árbol del mismo nombre. Cuando esta savia se consolida en una pieza de madera, ésta se convierte en un objeto muy duro, impermeable, resistente a la sal y al ácido y además lo protege de xilófagos, garantizando así su durabilidad.

Los objetos lacados no solo eran propios de Japón, en China también se acostumbraba a hacerlos, pero bien es cierto que la particularidad de decorar su superficie con polvos de oro es propia de la producción nipona y llegó a convertirse en un género artístico propio.

A partir del siglo VII la laca se empieza a utilizar de forma sofisticada, convirtiéndose en objetos propios de las clases acomodadas. En el contexto de Japón, su producción estará relacionada con el budismo: relicarios, cajas para códices e imágenes de Buda serán habituales. También producirán otro tipo de objetos como altares cubiertos de laca, armaduras para samuráis, arcos, vainas para katanas o sillas de montura entre otros. Su uso en estos últimos objetos era para reforzar la debilidad de los objetos militares, pero algunos de ellos estaban además lujosamente decorados como muestra de poder de aquel que lo portaba.

La técnica de la laca japonesa.

El soporte para la laca es básicamente la madera. Ésta puede ser tallada, torneada, curvada, ensamblada, en forma de mimbre, etc. Encima de la madera, los artesanos irán superponiendo capas de laca, llegando en algunos casos a las veinte capas.

Extracción del urushi.

Extracción del urushi.

Cada capa de laca tiene que secarse en un ambiente húmedo debido a que el elemento esencial de la laca se endurece por oxidación. De ahí que se dejen secar en una cámara llamada furo o muro, donde las piezas pueden llegar a pasar días hasta que están listas para recibir la siguiente capa.

Una vez endurecida cada capa de laca, se pule con carbón vegetal humedecido.

La sucesiva superposición de capas de laca da como resultado una superficie brillante, casi como un espejo.

Ésta superficie suele recibir decoraciones con distintas técnicas. La más conocida es el makie dorado. Consiste en dibujar con pincel motivos con un color que contraste con el de la laca. Después, con la laca aún fresca, se esparcen partículas de oro muy finas por la superficie. Finalmente, se eliminan las partículas sobrantes, obteniendo los motivos ya dorados. A la hora de dibujar, debían de hacerlo con pigmentos muy estables químicamente, de ahí que la gama de colores se reduzca a rojo, amarillo y verde.

Hay una variante que incrusta trozos de nácar enla laca. A ésta técnica se la denomina raden y fue muy apreciada en los objetos para exportación, de modo que(serán muy habituales en España los objetos de laca decorados con ésta técnica).

No hay que olvidar que tanto la perfección en la elaboración manual de estos objetos como el genio artístico, son valorados de igual modo por los nipones.

La laca namban, objeto destinado a la exportación.

Biombo namban de Kano Naizen como ejemplo del comercio entre la Península Ibérica y Japón.

Biombo namban de Kano Naizen como ejemplo del comercio entre la Península Ibérica y Japón.

Los objetos que más se demandaban desde Europa eran arcas, cofres, escritorios, atriles, oratorios portátiles y sagrarios entre otros. En definitiva, objetos de uso occidental nunca vistos en Japón hasta ese momento. Los primeros objetos de laca ajustados a la demanda de europeos fueron objetos funerarios cristianos como un ataúd y una cruz para Japón.

Estos objetos se decoraban al gusto de los occidentales: gran presencia de motivos decorativos a base de sencillas plantas y flores, acompañadas de aves y otros animales. Además usaban exclusivamente la variante del makie plano y abundaban las incrustaciones de nácar, raden.

Precisamente el gusto por aplicar profusamente trozos de nácar bebe de la influencia de las artes de India, algo normal puesto que ese gusto lo recibieron los portugueses a su paso por el subcontinente indio, y lo extendieronposteriormente a Japón reclamando este tipo de decoraciones. A este gusto se unieronlos españoles que llegaron después. Los artistas japoneses tuvieron que adaptarse a la demanda europea de objetos profusamente decorados, y aplicar unas decoraciones que se alejaban de la sobriedad nipona.

Como en todo, existen diferentes calidades en las piezas de laca Namban. Los signos de una calidad menor eran realizar menos números de capas de laca, el descuidado trabajo de decoración dorada y los cortes irregulares de trozos de nácar incrustados.

Siempre se ha creído que las primeras piezas de laca Namban (realizadas en las dos últimas décadas del siglo XVI) son de buena calidad, realizadas según el método tradicional. Sin embargo, debido al aumento de la demanda de estas piezas, los talleres empezaron a fabricar cantidades importantes descuidando la calidad ya que los clientes de este momento no valoraban tanto las cualidades de una buenalaca japonesa y preferían una visualidad más inmediata a base de dorados y brillantes, por lo que empezaron a ahorrar en número de capas superpuestas de laca y en la calidad de la materia prima. Sin embargo, no debemos de considerar esta tendencia una constante ya que también entre las producciones del siglo XVII existen algunas piezas de grancalidad.

La decoración de la laca Namban tiene características comunes que los diferencian de las lacas producidas para los japoneses. Los motivos decorativos se extienden por toda la superficie de forma muy tupida. Entre los motivos ornamentales de inspiración naturalista había elementos tradicionales de la representación japonesa como camelias, naranjos mandarines, bambúes enanos y pinos. Pero también es cierto que aparecieron elementos nuevos como cerezos, paulonias, campánulas, arces, tréboles japoneses, crisantemos y eupatorios. También serán propios de este tipo de lacas glicinias, peonías, tallos de aguinaldo azul claro, plantas trepadoras, calabazas, vides y clemátides.

Entre los animales representados abundaban los leones y aves de distintos tipos, incluso a veces monos y ardillas. Estos animales se representan con escasa sensación de volumen excepto en los pies.

Será también común en estas lacas la presencia de objetos geométricos en los marcos de las escenas  y motivos sinuosos dorados en los bordes o marcos de las escenas, quizá abstracción de los roleos que los artesanos japoneses pudieron ver en los objetos europeos, ya que se trata de un motivo decorativo totalmente nuevo en Japón.

Vista en detalle de una de laca namban. Pueden apreciarse las incrustaciones de nácar.

Vista en detalle de una de laca namban. Pueden apreciarse las
incrustaciones de nácar.

En cuanto a las tipologías de objetos destinados a la exportación a Europa, eran abundantes arcas, arquetas o cofres.  Tenían tapas con forma de medio cañón y estaban cerradas con llave (algo totalmente desconocido en la cultura nipona). Los tamaños eran de lo más variable, desde pequeños cofres portátiles hasta piezas de más de un metro de anchura. Los arcones con tapa plana eran menos frecuentes que éstos anteriores,se cree que es una producción más tardía.

En cambio, otras piezas que debieron de ser habituales en la producción fueron escritorios con numerosos cajones y con puerta delantera abatible (copiados fielmente de los modelos europeos) y objetos propiamente cristianos como atriles misales plegables, pequeños oratorios portátiles con forma de tríptico, cruces de altar, tabernáculos, sagrarios y hostiarios. También se hicieron obras propiamente civiles como cajas bien circulares o rectangulares, mesas, bandejas, botellas de sección cuadrada y otros objetos propios del ámbito doméstico.

El coleccionismo de las lacas japonesas.

La emperatriz Isabel de Portugal (1503-1539) y Catalina de Austria (1507-1578) fueron las primeras en coleccionar este tipo de objetos. Pero no fueron las únicas en Europa, ya que en el entorno de los Austria de Alemania hubo otros célebres coleccionistas: la emperatriz María (1528-1603) o al archiduque Fernando II del Tirol (1529-1595). La fiebre por el coleccionismo de objetos exóticos asiáticos de los miembros de la familia real española se transmitió a su vez a la nobleza conociendo varios ejemplos de ello como Juan de Acuña, marqués del Valle de Cerrato; Juan Luis de la Cerda, duque de Medinaceli o Alonso Pérez de Guzmán y Sotomayor, duque de Medina Sidonia.

En el ámbito español actual, conocemos en el campo religioso más de setenta piezas de laca japonesa, realizadas entre 1580 y 1630. Eso sin contar las que desconocemos porque pertenecen al ámbito privado, que podrían ascender el número al centenar.

Es curioso que la mayoría de piezas de lacas Namban conservadas en nuestro país se encuentren en el mundo eclesiástico. Esto se debe a que fueron donadas a centros religiosos por aquellos que mantenían fuertes vínculos como bienhechores. Estos objetos cumplieron una función religiosa desde su donación, a pesar de no ser objetos religiosos en origen.

Atril del museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid.

Atril del museo Nacional de Artes Decorativas de
Madrid.

En muchos casos, arcas y arquetas pasaron a ser relicarios. Los ejemplos más destacados se encuentran en los monasterios de las Descalzas Reales y de la Encarnación, ambos en Madrid. También tenemos ejemplares en la Catedral Primada de Toledo, y en el monasterio de Santa María de Guadalupe en Cáceres. Otro uso que se le dio a estas arcas fue el de arcas eucarísticas del Jueves Santo.[1]  Ejemplos de ello los encontramos en la parroquia de Santa Eulalia de Segovia, la parroquia riojana de Pedroso y en Miranda de Arga, en Navarra. Se conservan más ejemplos de arcas pero ya no se usan como arcas eucarísticas, aunque cumplieron esa función en el pasado.

También hay ejemplos de escritorios de tipo bargueño que ahora se utilizan para guardar los paños o bandejas de uso litúrgico como el ejemplar del convento sevillano de Santa María de Jesús o el de la abadía del Sacromonte de Granada.

Arca Namban del Monasterio de las Descalzas Reales.

Arca Namban del Monasterio de las Descalzas
Reales.

Hay localizados algunos sagrarios y oratorios portátiles, pero sin duda, la pieza litúrgica más frecuente es el atril misal. Suelen ser considerados encargos de la Compañía de Jesús por la repetición de las iniciales jesuíticas IHS, pero también cabe la posibilidad de que dichas iniciales fueran una constante en la producción de atriles Namban, independientemente del destinatario,ya que muchos ejemplos se conservan en ámbitos que no tienen ninguna vinculación con la Compañía. Se conservan ejemplos a lo largo de toda la geografía española: el monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, la catedral de Tuy en Pontevedra, el convento de Santa Ana y San Joaquín de Valladolid, las parroquias de Orloz en Navarra y Daroca en Zaragoza o el procedente de las agustinas de Santa María Magdalena de Medina del Campo son una muestra de ello.

Pero las lacas japonesas no sólo se limitaron almundo religioso, sino que muchas piezas pertenecían al ámbito privado. En la actualidad son numerosos los ejemplos que siguen perteneciendo al ámbito privado y que por tanto desconocemos, pero entre 1970 y 1980 muchas piezas salieron al mercado y fueron adquiridas por museos públicos. Hoy forman parte de nuestro patrimonio, como los ejemplos que hay en el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid. La casa ducal de Albao el linaje del marqués de Santa Cruz son ejemplos de colecciones privadas que cuentan con objetos de laca Namban entre ellas.

Coincidiendo con el cuarto centenario de la visita de la delegación japonesa a la corte de Felipe II, se realizó en 2013 la exposición Lacas Namban: Huellas de Japón en España. IV Centenario de la Embajada Keichô, tratando de explicar los contactos entre España y Japón y dando a la luz pública lacas de estilo Namban, que se han convertido con el paso del tiempo en valiosos legados japoneses integrados dentro de la cultura española, fomentando así el conocimiento mutuo de las dos culturas y afianzando con esta muestra los estudios sobre cultura y arte de Japón que vienen realizándose en España.

Para saber más:

  • VV.AA, Lacas Namban. Huellas de Japón en España, Ministerio de educación, cultura y deporte, Madrid, 2013.

Notas:

[1] Las arcas eucarísticas de Jueves Santo se caracterizaban por la ausencia de imágenes y adornos de luto en las mismas.

avatar Alba Finol (6 Posts)

Graduada en Historia del Arte (2017, Unizar) y Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte (2018, Unizar). Actualmente está cursando el Diploma de Especialización de Estudios Japoneses (Unizar) y es doctoranda del área de Asia Oriental en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza donde trabaja sobre el legado del mecenas Juan Carlos Cebrián Cervera (1848-1935). Fruto de su labor investigadora ha colaborado con el Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid) en la revisión catalográfica de más de 40 estampas. Además, se encuentra trabajando dentro de la estancia de Investigación Gonzalo M. Borrás Gualis de Territorio Mudéjar.


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