Nagabe es un guionista y dibujante que tiene un don especial a la hora de llevar a cabo obras de fantasía plagadas de ternura. Un primer ejemplo de ello es, quizá, su historieta más conocida, La pequeña forastera, publicada por la editorial ECC (la misma que ha traído a nuestro país la mayoría de sus títulos y que, igualmente, es responsable del tomo que nos ocupa en esta reseña), pero, para hablar de Las bestias de Wizdoms debemos mencionar también El jefe era una onee y Nivawa y Saito por la presencia de criaturas fantásticas de rasgos animales y características antropomorfas.
En este caso, y refiriéndonos únicamente a Las bestias de Wizdoms (o The Wize Wize Beasts of the Wizarding Wizdoms) nos encontramos con un tomo autoconclusivo que recoge algunas historias de romance entre personajes de muy diversa naturaleza y especies. De esta manera, Nagabe nos traslada a una escuela de magia cuyos alumnos son los llamados wizdoms, animales que han sido dotados de forma humana e inteligencia a manos del mago Wizdom. Así estos pequeños fragmentos de la vida cotidiana en la escuela están protagonizados por este tipo de personajes: alumnos de distintos cursos y especies, profesores o incluso algún personaje humano que viene de visita.
Todas estas historias tienen un componente romántico, ya sea de manera evidente con declaraciones o incluso muestras de afecto, mientras que otros juegan con palabras mucho más discretas y delicadas, incluso con silencios que este autor es capaz de llenar de sentimientos gracias a su manejo de las viñetas. Igualmente, cada uno de estos capítulos se complementa con notas acerca de la especie a la que pertenecen sus protagonistas, resaltando algunos datos que se reflejan en las historias, como puede ser la capacidad de algunas especies de regular su temperatura, la curiosa forma de compartir la comida a manos de los murciélagos o, en el caso de una concreta, el tratamiento de dos criaturas fantásticas como son un unicornio y un grifo.
En resumidas cuentas este es un tomo de habla de sentimientos y de distintos tipos de relaciones que van desde la inocencia de la adolescencia, las pasiones secretas o una admiración mucho más madura, todo ello en una edición cuidada por parte de la editorial ECC que, mediante sus elecciones, incide en ese carácter tan especial por parte de su autor. Bien es verdad que la magia ocupa un segundo plano, pero gracias a las manos de Nagabe, está presente en cada una de las páginas, con un ambiente a medio camino entre Hogwarts y el mundo de Beastars.