El género neo-noir está más vivo que nunca, y muestra de su buena salud es la reciente película surcoreana titulada New World[1] que llega ahora a nuestro país para su distribución en DVD.
La recuperación del cine negro clásico y su reinvención o adaptación a problemáticas más modernas ha creado todo un subgénero que ha dado en denominarse neo-noir. Este recupera la esencia de las películas de gángsters de los años 40 y 50, y podemos situar su inicio con la exitosa Chinatown (1974), de Roman Polanski. Dentro de esta tendencia, encontramos dos vertientes diferenciadas: por un lado películas que, tomando como referencia los clásicos del cine negro, sitúan la acción en el pasado (en los años 40 y 50), pero incluyen dilemas nuevos relativos a la moral nihilista o los antihéroes conflictivos (películas como L.A. Confidential o La dalia negra); y, por otro, tenemos la aquellas películas que, manteniendo el espíritu y estética noir, sitúan su acción en el presente, y por lo tanto sus argumentos hacen referencia a circunstancias más modernas (además del film que procederemos a analizar, se enmarcan en esta corriente otras cintas como Reservoir Dogs o El caso Slevin).
La premisa de la que parte New World es aparentemente sencilla: tras la muerte del más importante líder de la mafia coreana, asistiremos a las distintas luchas de poder que tendrán lugar para hacerse con el mando de esta organización. Los juegos de engaños y venganzas desembocarán en una espiral de violencia en la que se verá sumergido el principal protagonista de la historia: Lee Ja-sung (interpretado por Jung-Jae Lee), un policía que lleva diez años infiltrado en la mafia, y cuya vida ve peligrar ante el caos desatado por las luchas internas. Deberá entonces debatirse entre ser fiel a su misión y su jefe, el inspector Kang (Min-sik Choi), o a su nueva familia, representada por su “hermano” el carismático criminal Jeong Cheong (Jeong-min Hwang).
El título de la película hace referencia a la “Operación New World”, con la que la policía pretende cambiar la sucesión de la mafia coreana con la ayuda de su infiltrado.
La historia de espías, sobornos y engaños se va complicando con algunos giros sutiles pero impactantes de la trama, que aparecen verbalizados por el propio inspector que, en un momento de la película exclama (no sin ironía): “¡Menudo giro de la historia!”. A pesar de todo, el film resulta irregular, con algunos momentos donde la tensión decae, lo que puede deberse en parte a su extenso metraje.
Sin embargo, el film está bien resuelto formalmente, con una dirección muy cuidada, y mención especial merece la fotografía de Chung-hoon Chung. La película no huye de su parentesco con el cine negro, sino que en más de una ocasión abraza estas influencias incluyendo tópicos como los ambientes marginales y oscuros (los muelles al anochecer), las hordas de guardaespaldas trajeados que escoltan a los “capos”, o las inevitables peleas entre bandas rivales, armados con bates de béisbol y navajas. La violencia llegará a su máxima expresión en dos momentos consecutivos e igualmente estelares: la pelea en el parking y su conclusión en un ascensor. Ésta última escena supone todo un reto fílmico por lo reducido del espacio y lo complicado de la secuencia, pero el resultado es visualmente elocuente.
Otro elemento a destacar es la lluvia, oscura e intensa, que sirve para articular los pasajes más emotivos e introspectivos del film, sobre todo cuando viene acompañada por la banda sonora, de gran intensidad melodramática.
Sin embargo, el punto fuerte del film es la labor actoral encabezada por Jung-Jae Lee en un exigente papel de agente doble, cuyo peligroso juego le va desgastando, y que debe sobrevivir en un ambiente opresor de violencia y continuos engaños. El punto de inflexión del protagonista llegará cuando uno de sus compañeros le anuncie el fin de su encrucijada con la memorable frase: “Es hora de que elijas un bando”. El destino que elija el protagonista queda reservado para aquellos que disfruten con el visionado del film.
Para saber más:
Notas:
[1] New World (Sinsegye – Sin-se-gae, 2013); País: Corea del Sur; Director: Park Hoon-jung; Guión: Park Hoon-jung; Fotografía: Chung-hoon Chung; Reparto: Lee Jung-jae, Choi Min-sik, Jeong-min Hwang, Gwang Jang, Ji-hyo Song, Seong-Woong Park; Productora: Sanai Pictures.