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Crítica: “No le hagas preguntas a la tristeza” (2019), de Jesús AguadoRevista Ecos de Asia
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This article was written on 15 Nov 2019, and is filled under Crítica, Literatura.

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Crítica: “No le hagas preguntas a la tristeza” (2019), de Jesús Aguado

De la mano de la pequeña pero selecta editorial La línea del horizonte acaba de llegar a las librerías españolas un pequeño libro que, sin embargo, recoge grandes ambiciones.[1] Se trata de No le hagas preguntas a la tristeza. Antología de poemas de las tribus de la India, de Jesús Aguado, que saca a relucir un aspecto prácticamente desconocido –e inédito en castellano- de toda una serie de pueblos en riesgo de desaparición.

Portada del libro

No es la primera publicación de Aguado, ni sobre poesía ni sobre la India (producto de su experiencia vital en Benarés),[2] pero esta resulta especialmente interesante ya que aquí el autor ejerce de folklorista, relatando en la introducción el proceso por el que pudo tener acceso a las diferentes canciones y poemas que aparecen en el libro, permitiendo así rescatarlas del olvido y despertar el interés por un asunto que es muy rara vez tratado en lengua española: el de los adivasis y su cultura.[3]

Tradicionalmente, se ha llamado adivasis a un amplio conjunto de grupos étnicos dispersos por toda la India, en la mayoría de ocasiones diferentes (visual y culturalmente) a los grupos mayoritarios de población. Literalmente, la palabra significa “poblaciones originarias”, ya que duramente mucho tiempo se consideró que estos grupos eran remanentes de una primera oleada de población (de piel y cabellos más oscuros, y mucho más “tribal” en numerosos aspectos) que habría llegado a la India mucho antes de la “conquista” o difusión de los pueblos indoiranios, que trajeron consigo nuevas lenguas, costumbres y las primeras fases de la religión que hoy conocemos como Hinduismo. Hoy se refuta esta teoría de un poblamiento temprano, y se prefiere llamarlos vanvasis (habitantes de los bosques), ya que algunos grupos, como los chenchus, viven en este entorno. Muy poco se sabe del origen de estos pueblos que, todavía hoy, superan los cien millones de habitantes y que se encuentran dispersos a lo largo de todo el subcontinente indio.

Algunas de las ilustraciones que acompañan a los poemas, vía.

Junto con las “castas registradas”,[4] los adivasis tienen hoy un reconocimiento legal como “tribus registradas” y a lo largo de los  años se han creado diversas leyes para proteger a estos grupos, aunque su marginación y segregación son todavía representativas en el ámbito rural. En algunos casos, la llegada de otros grupos de población (no necesariamente blancos) ha acabado con sus formas de vidas tradicionales, pero, más que guerras o grandes conquistas, es la marginación y la aculturación lo que hará que muchas de las canciones y poemas contenidas en el libro sean olvidadas dentro de unos años.

Aunque algunos de los poemas reflejan este tipo de cuestiones, la mayoría de los contenidos en el libro hacen referencia al amor y el erotismo, fragante y lúbrico en algunos casos, discreto y modesto en otros. Muchos otros poemas hacen referencia a la (mala) situación de las mujeres, que pasan de hijas a esposas y madres sin ninguna capacidad de elección, pero también se recogen divertidas (e hirientes) canciones matrimoniales en las que es el novio y su familia los que salen escaldados. Por último, existe toda una serie de poemas que casi se tornan en letanías y que hablan sobres ausencias, presencias y, en definitiva, sobre la fugacidad de la vida. Por ello, y a pesar del sabor exótico de muchos de los poemas (que hacen paralelismos con frutas y flores ajenas a Occidente), la lectura del libro permite comprobar que, ya sea en los bosques de la India o en el rascacielos de una gran ciudad, los anhelos y pasiones humanas son tan atemporales como universales.

 

Para saber más:

 

Notas:

[1] Exisitió una edición previa, más reducida, de este libro que apareció en 2004, por el Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga.

[2] Nacido en 1961, Jesús Aguado ha vivido en Sevilla, Málaga, Benarés y Barcelona. De entre sus publicaciones sobre la India, destacamos Barcelona. Therigatha. Poemas budistas de mujeres sabias (Kairós, 2016), ¿En qué estabas pensando? Poesía devocional de la India, siglos V-XIX (FCE, 2017), y Benarés, India (Pre-textos, 2018).

[3] En concreto, en la obra aparecen poemas de diferentes lugares: Saora, Chhattisgarhi, Santal, Munda, Kol, Jaunsari, Bhoxa, Bonda, Khond, Garo, Ho, Oaron, Garhwali, Krud Ksing, Paraja, Koya, y Gonda.

[4] El concepto de “casta registrada” se creó para tener una forma no peyorativa de designar a esas “clases deprimidas” (terminología británica durante el Raj) que tradicionalmente se habían llamado “dalits” (literalmente “rotos, esparcidos, dispersos), una de las muchas formas para referirse a los intocables o “paria”.

avatar Marisa Peiró Márquez (145 Posts)

Marisa Peiró Márquez (marisapeiro@ecosdeasia.com) es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. En esta misma universidad se licenció en Historia del Arte y realizó el Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte, así como el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales, especialmente entre Asia y América Latina (fue becaria del Gobierno de México), con especial interés en el Sudeste Asiático y en Oceanía.


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