¿Es la Virgen María una evolución de Guan Yin en China? ¿Son dos conceptos idénticos en ambas culturas o, por el contrario, son conceptos diferentes? En este artículo se va a tratar de relacionar ambas figuras religiosas, así como ver las similitudes y diferencias que existen entre ellas, observando el lugar que ocupan en sus respectivas religiones.
Guan Yin es una figura espiritual extendida por Asia Oriental de procedencia hindú. Es a partir del siglo I d. C. cuando se introduce en China, coincidiendo con la entrada del budismo en este país, para extenderse por el resto del continente asiático durante los siglos posteriores. Debido a su origen en India, el nombre Guan Yin deriva del término sánscrito Avalokitesvara que, a pesar de las numerosas teorías sobre su etimología, es aceptado por la mayor parte de los eruditos en la materia como “el/la Señor/Señora que contempla las lamentaciones de este mundo”. El no definir a Guan Yin en femenino únicamente, se debe al origen dudoso de su género, ya que también se pueden encontrar referencias en género masculino en épocas más remotas. Aquí ya se puede apreciar una diferencia respecto al concepto de Virgen en la religión católica, pues desde su origen siempre ha sido una figura femenina y, como tal, se ha mantenido hasta la época actual.
A lo largo de la historia y en diferentes partes de Asia han aparecido diosas entre cuyas funciones estaba la de madre protectora. Así estaba considerada Astarté, una asimilación fenicio-cananea de la diosa mesopotámica que los sumerios conocían como Inanna, los acadios, asirios y babilonios como Ishtar, y los israelitas como Astarot. Esta figura religiosa representaba el culto a la madre naturaleza, la vida y la fertilidad. Respecto a esta diosa, se podría considerar la teoría que la relaciona con la Virgen en la religión católica, aunque con sus diferencias. No se puede decir lo mismo con relación a Guan Yin, pues su origen está en un bodhisattva primitivo.
Son numerosas las referencias a las triadas de dioses en muchísimas religiones primitivas. En algunas de ellas aparece una figura femenina al lado de una figura masculina y cierran la triada con un hijo que surge de ambos. Este es el caso de las triadas de dioses egipcios, entre la que podemos destacar la que forman el dios Osiris, la diosa Isis y su hijo Horus; en otras no hay lugar para la figura femenina como es el caso de la triada de la religión hindú con los dioses Brahma, Vishnu y Shiva; y en otras, son conceptos totalmente diferentes como es el caso de Japón y la triada de dioses celestiales enumerada en el Kojiki (712), o el concepto de Tao y yin-yang en el Taoísmo. Con relación a lo explicado en este párrafo, se puede observar que, si bien la Virgen María en la religión católica forma parte de una triada como figura femenina que da a luz a un hijo, no se puede afirmar lo mismo de Guan Yin, pues no está relacionada con ningún dios masculino.
Donde podemos encontrar mayor similitud entre Guan Yin y la Virgen María es en la iconografía de ambas. Las representaciones del bodhisattva Avalokitesvara que se realizaron en China antes de la dinastía Song (960-1279) tenían una apariencia masculina. Posteriormente, se la representaba con atributos femeninos y masculinos debido a que, en el Sutra del Loto, Avalokitesvara poseía el poder de materializarse en cualquier forma necesaria para aliviar a quien la invocaba. En la época actual en China, Guan Yin suele ser representada como una mujer joven con túnica blanca y llevando collares. En el arte chino, Guan Yin también es representada en solitario o sobre un dragón, acompañada de dos niños y una cacatúa. Estos niños acudieron a ella cuando estaba meditando en el monte Putuo. Esta montaña está considerada la morada de Guan Yin y es una de las cuatro montañas sagradas del budismo en China, junto con los montes Emei, Jiuhua y Wutai. En otras pinturas es representada sosteniendo un niño en brazos, tema muy similar a la representación que se realiza, principalmente, de la Virgen María y el niño.
Avalokitesvara aparece mencionada en el capítulo XXIV del Sutra del Loto. Ahí se invoca a este bodhisattva en caso de necesidad o peligro. Se le representa con cuatro manos y, es revelador, que en su cuarta mano sostenga una flor de loto. Esta flor es el símbolo de la creación en culturas antiguas orientales y, al igual que en el antiguo Egipto, según su mito de la creación, el mundo era un mar sombrío hasta que la flor de loto salió del agua para traer luz al mundo. También podemos encontrar otras representaciones de Guan Yin con numerosos brazos o, simplemente, con dos. Se puede confirmar que es en la iconografía donde se puede encontrar una similitud mayor entre ambas figuras: un referente femenino que actúa como madre protectora y misericordiosa, aunque la variedad de representaciones realizadas sobre Guan Yin es mayor que la que existe sobre la Virgen María en Occidente.
Al igual que la figura de la Virgen en la religión se extendió por numerosos lugares del mundo y adoptó nombres diferentes, Guan Yin también traspasó las fronteras y se instaló en las culturas orientales de otros países recibiendo otros nombres. En Japón es conocida como Kannon; en Corea como Gwan-eum o Gwanse-eum; en Vietnam como Quan Am; en Tíbet como Chenrezik; en Tailandia como Kuan Im, Phra Mae Kuan Im o Chao Mae Kuan Im; y en Indonesia como Kwam Im. Asimismo fue adoptada por otras corrientes filosóficas como el taoísmo en China que, debido al sincretismo de religiones durante la dinastía Ching (1644-1911), ocupaba un lugar en el panteón de divinidades inmortales taoístas, bodhisattva budistas y sabios confucianos.
Como se ha podido observar, existen algunas similitudes entre la figura de la Virgen en la religión católica con Guan Yin en Oriente, pero son muchas también las diferencias que las separan, principalmente, en el concepto que representa cada una en sus respectivas religiones. No obstante, hemos visto que es en la iconografía donde encontramos las mayores semejanzas entre ambas.
Para saber más: