El presente artículo inaugura una serie que tiene el objetivo de explicar el nacimiento de la historieta o cómic como herramienta de comunicación masiva y su posterior utilización como herramienta de propaganda. Así mismo, a finales del siglo XIX se popularizó la idea de una amenaza asiática a los valores que representaban los países occidentales que se denominó peligro amarillo. La conjunción de la historieta con el concepto peligro amarillo creó una serie de estereotipos encarnados en personajes de la literatura popular y en los cómics. Acompañando a los aconteceres históricos de la primera mitad del siglo XX tanto el medio como el concepto fueron desarrollándose, culminando en la II Guerra Mundial.
Un octópodo mantiene a Inglaterra sojuzgada, un octópodo amarillo cuya cabeza es el Dr. Fu Manchú, cuyos tentáculos eran criminales y matoniles, sus modos de asesinato, secretos y veloces, arrancando la vida de los hombres sin dejar ninguna pista.[1]
El nacimiento de la historieta como vehículo de comunicación de masas
Los cómics han sido un vehículo para la propaganda desde que nacieron.
El nacimiento del cómic o la historieta se considera unido al nacimiento de los periódicos como medios de comunicación para las masas y a la par del proceso de desarrollo urbano. Como medio visual y escrito comenzó en los periódicos o revistas semanales de noticias como manera de hacer crítica política. El primer ejemplo surge en la revista Le Caricature, donde se realizó una campaña contra Luis Felipe I de Orleans y donde artistas como Doré o Daumier realizaron caricaturas “cómicas” del rey y sus ministros. Tomó el testigo la británica Punch (1841-1992).
La historieta se utilizó desde un primer momento para acceder a un tipo de público muy diverso -alfabetizado o no-, que gracias a las imágenes podía entender el mensaje sin necesidad de saber leer. Este proceso por el que se transmitía un mensaje determinado por medio de las imágenes tuvo un claro exponente en Japón con el nacimiento de un movimiento artístico de carácter popular denominado manga. La palabra manga proviene de los caracteres man (informal) y ga (dibujo). Fueron ampliamente utilizados por la propaganda japonesa en la Primera Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905) después de la derrota china en la guerra de 1894 por el control de Corea y Taiwán. Al igual que en Europa o Estados Unidos, durante la Revolución Meiji se produjo un proceso modernizador y urbanizador importante. El manga se convirtió en un medio de comunicación de masas. De las primeras revistas del género en Japón podemos señalar Tokyo Puck, de clara inspiración británica.
En Estados Unidos, el magnate de la prensa William Randolph Hearst impulsó la historieta como un medio para ampliar el número de sus lectores, ya que se dirigía a los inmigrantes que no sabían leer inglés. La aparición del personaje Yellow Kid en 1895, creación de Hogan’s Alley, fue el resultado de una combinación de factores que estaban latentes en la sociedad de aquella época. Publicado en el New York Journal, propiedad de Hearst, Yellow Kid será un personaje que aglutinará las características de los inmigrantes que llegaban a Estados Unidos desde distintas zonas de Europa y Asia y que poblaban los nuevos barrios de las ciudades, adaptándose a una realidad que les era ajena, una realidad urbana, multiétnica e industrial. Esta historieta será la primera en utilizar los llamados bocadillos donde se incluyen los diálogos entre los personajes. Al mismo tiempo, esta publicación será una de las que establezcan el origen del término amarillismo en la prensa.
El nacimiento del término peligro amarillo
El término peligro amarillo, yellow peril o die Gelbe Gefahr fue acuñado por el emperador Guillermo II de Alemania. Durante un sueño, tuvo una revelación “profética”, en la que vio a Buda cabalgando un dragón en dirección al continente europeo.
El término inglés yellow (amarillo) como modo de identificar a los asiáticos aparece por primera vez en 1684 en el tratado anónimo La nueva división de la tierra, de acuerdo con las diferentes especies que lo habitan, realizado por un famoso viajero.[2] Por su parte, el término inglés peril (riesgo o peligro) es un término anglonormando asociado al riesgo de hundimiento de un barco, pero también está asociado al ejercicio de la piratería.
Este miedo cerval o peligro ante lo asiático ha tenido diversos aspectos en los países europeos y en Estados Unidos. En los países del centro de Europa, y en particular Alemania y Austria, se han referido a los asiáticos como “mongoles”. En el Reino Unido el término se asocia con la Revuelta de los Bóxer (1900), dando lugar al término boxerism, referido a alguien fiero y salvaje.
Desde su nacimiento como estado soberano, los Estados Unidos de América han vivido una afluencia continua de inmigrantes. El mismo país se identifica como nación formada por inmigrantes y refugiados de todo el mundo. Pero no todos han sido tratados de la misma forma, y mucho menos los de origen asiático.
Durante la Fiebre del Oro, en el siglo XIX, un gran número de inmigrantes asiáticos -en su mayoría, de origen chino- llegaron al país para trabajar como peones para realizar las labores más duras. Se les denominó coolies -en español, culí-. Los culís eran inmigrantes llegados de la India, China u otros países asiáticos, contratados para trabajar en las colonias de los imperios de ultramar. Estos trabajadores llegaban, en su mayoría, engañados por sus empleadores en régimen de semi-esclavitud. Partían desde sus remotos pueblos en el continente asiático con una pesada carga en forma de deuda dineraria que tenían que devolver en los años siguientes.
Estados Unidos fue pionera en legislación “anti-asiática”. Comenzó con la medida legislativa Page Act de 1875. En 1882 promulgó la Chinese Exclusion Act, ampliada posteriormente en la Geary Act. Todas estas medidas legislativas anulaban un tratado ratificado entre Estados Unidos y China, el Tratado de Burlingame (1868), que protegía a los ciudadanos chinos y les permitía acceder a la soberanía norteamericana. Posterior fue la Inmigration Act de 1917, que creaba zonas prohibidas dentro de Estados Unidos para los asiáticos. La legislación continuó limitando los derechos de los asiáticos con la Cable Act de 1922. Esta ley permitía el acceso a la ciudadanía solo a mujeres que estuviesen casadas con inmigrantes elegibles para la naturalización, que no podían ser de origen asiático. Así mismo, establecía que los asiáticos no eran “racialmente” elegibles para cargos públicos.
El término peligro amarillo recoge muchos miedos, racionales o no, de las sociedades de finales del siglo XIX y principios del XX. Otro miedo principal es aquel que se refiere a cómo los asiáticos iban a debilitar los valores culturales europeos-superiores y a la merma que esto conllevaría en los estándares de vida de las sociedades occidentales. Diversos escritores e intelectuales ayudaron a enraizar este concepto relativo a los superiores estándares morales, sociales y culturales de los occidentales en relación con los asiáticos. El escritor M. P. Shiel (1865-1947) escribió una novela titulada The Yellow Danger (El peligro amarillo) en 1898, sobre un predecesor de Fu Manchú (Yen How), un médico de ascendencia chino-japonesa que al llegar a Inglaterra con la intención de estudiar medicina es rechazado por la joven y hermosa Ada Stewart en sus intenciones románticas. Despechado, decide destruir al hombre blanco y conquistar el mundo. Nunca un despecho amoroso tuvo unos objetivos más ambiciosos. Para conseguir este fin, manipulará a los europeos utilizando sus rivalidades internas para debilitarlos.
Este panorama nos permite asentar las bases del concepto de peligro amarillo, viendo que la percepción de los asiáticos quedaba condicionada por una serie de estereotipos negativos. En el próximo artículo, profundizaremos en torno a los personajes recurrentes que se crearon siguiendo los arquetipos asiáticos, contemplando su importancia y su peso en el imaginario colectivo occidental.
Notas:
[1] Sax Rohmer, The Insidious Dr. Fu-Manchu, Methuen, Estados Unidos, 1913.
[2] Posiblemente, se tratase de la obra de Francois Bernier, Voyage dans les Etats du Grand Mogol.
Muy interesante esta introducción y este recordatorio de la historia.
síiiii, es verdad, muchos “blancos” tenemos interiorizado ese peligro “amarillo”. Pero es que ya se sabe, las diferencias culturales marcan, el miedo a lo desconocido, etc.
Bien, seguiremos leyendo al maestro……
Interesante a la par que bien escrito.
Ahora sé mucho más sobre los miedos que perviven en el alma de occidente, muy bien traída la cita sobre los “modos de asesinato, secretos y veloces, arrancando la vida de los hombres sin dejar ninguna pista” de Fu Manchú-Yen How. Gracias Enrique
Muy interesante nunca percivi a los chinos como peligrosos.Hace 57 anos lei esta pregunta ? cual es la diferencia entre un optimista y un pesimista ?, El optimista pone a su hijo a estudiar Ruso, el pesimista a estudiar Chino.Espero los proximos articulos Gracias Entique.