Ang Lee nació el 23 de octubre de 1954 en Chaojchou (Pingtung, Taiwán). Sus padres, de origen chino, se trasladaron allí en 1949 debido a la Guerra Civil que asolaba el país. Orgullosos de su origen, le inculcaron el interés por la cultura china desde pequeño, y él pronto se interesó por el arte y los cómics. En 1975, se graduó en la Universidad de Bellas Artes de Taiwán. Tras realizar el servicio militar en Taiwán, en 1979 se trasladó a EEUU, donde se especializó en dirección de teatro en la Universidad de Illinois, y posteriormente realizó un máster en producción de cine en la Universidad de Nueva York, donde fue compañero de clase de Spike Lee.
Tras pasar 6 años escribiendo guiones sin ningún éxito, regresó a su Taiwán natal, donde presentó a un concurso dos guiones que ganaron el primer y el segundo premio. Estos guiones se convirtieron en sus dos primeras películas, Manos que empujan (1992) y El banquete de boda (1993). Esta segunda película le dio a conocer, no solo en su país, sino también internacionalmente pues fue nominada a los Oscars y los Globos de Oro como Mejor película extranjera. Además es la primera en la que trata el tema del amor homosexual; trata sobre un inmigrante taiwanés que vive en Manhattan con su novio, y que planea su boda con una inmigrante china para aplacar a sus padres y que ella pueda conseguir la tarjeta de residencia en EEUU.
Un año más tarde, completó la trilogía “father knows best”, denominada así por el actor Sihung Lung que participó en las tres películas. Esta tercera se llama Comer, beber, amar, y nos cuenta la historia de un chef taiwanés viudo y sus tres hijas. Con ella repitió las mismas nominaciones que con su anterior película.
No es casual que, tras el éxito de sus primeras películas, un director acabe trabajando tarde o temprano para Hollywood, y así fue como terminó rodando Sentido y sensibilidad (1995). La actriz inglesa Emma Thompson llevaba años escribiendo el guión basado en la novela de Jane Austen y la productora Lindsay Doran estaba convencida de que Ang Lee sería un director perfecto pues era un gran conocedor de las relaciones familiares, tal y como había demostrado con sus películas. Tuvo una acogida increíblemente buena y recibió numerosos premios, entre ellos el Globo de Oro a Mejor Drama.
Ang Lee continuó su andadura por Hollywood y, entre 1997 y 1999, rodó dos películas. La tormenta de hielo nos introduce en plena liberación sexual de los años 70 y cómo ésta llega a los barrios residenciales estadounidenses y, al contrario que ésta, Cabalga con el diablo, una revisión de la guerra de Secesión en clave de western, fue un fracaso tanto en taquilla como en la crítica cinematográfica.
Sin embargo, en el año 2000, Ang Lee se granjeó su nombre como uno de los mejores directores del momento gracias a su aclamadísima Tigre y dragón. Esta película no solo confirmó el enorme empuje del director, sino también el del cine asiático. Esta producción taiwanesa fue coproducida internacionalmente, participando en ella también China, Hong Kong y EEUU. Ang Lee nos introduce en el género del Wuxia, y fue el debut en Hollywood de una película de este estilo. El Wuxia es un género tradicional chino, cuyo significado literal sería “caballeros de las artes marciales”, y une la filosofía de las artes marciales y su historia a lo largo de los siglos. Tigre y dragón está basada en la novela de Du Lu Wang de este mismo género, y cuenta la historia de Li Mu Bai, un famoso experto en artes marciales poseedor de una espada mágica y otros personajes que se ven envueltos en una compleja trama que une pasado y presente, tradición y rebeldía, honor y pasión. Sus escenas de pelea en las que los personajes parecen volar ya son una leyenda, y resultan una pura estilización del lenguaje propio de las artes marciales.
Al año siguiente, Lee volvió a rodar en EEUU, participando en el rodaje de uno de los 8 cortos que realizó la marca de coches BMW, y no fue el único director oriental que rodó uno de estos cortos, John Woo (Acantilado rojo – 2009) y Wong Kar-Wai (In the mood for love – 2000) también participaron. En 2003, rodó la versión de Hulk protagonizada por Eric Bana, que fue un absoluto desastre y es considerada por los fans como la peor adaptación del comic de Stan Lee y Jack Kirby.
Fue en 2005 cuando Ang Lee volvió a ganarse al público y a la crítica con su película Brokeback mountain. El director ya se había atrevido con temas de amor homosexual pero en esta ocasión va más allá e introduce este asunto en un western, del que hace una apasionante revisión en la que pone a prueba la rígida moral patriarcal de este género, poniendo en duda a la familia tradicional como fuente de felicidad.
Tristemente conocida por muchos como la película de “los vaqueros gays”, nos cuenta la historia de dos vaqueros que se conocen y se enamoran durante un verano de pastoreo, el cual les marcará para el resto de sus vidas. Lee no solo demuestra con esta película que tiene un gran conocimiento de las claves de la puesta en escena clásica, sino que además demuestra su profundo conocimiento de la naturaleza humana, sea cual sea la cultura a la que pertenezcan.
En 2007 estrenó un drama erótico fantástico pero sumamente desconocido en comparación con otras de sus películas, a pesar de haberse llevado el León de Oro en Venecia a la Mejor película. Deseo, peligro trata sobre la China de los años 40, ocupada por los japoneses, y un pequeño grupo de jóvenes decididos a participar con la Resistencia. Se les encarga el asesinato de un alto cargo y el modo de conseguirlo es que la protagonista lo seduzca. Esta producción nos muestra la permanencia de algunas tradiciones chinas, frente a la occidentalización de las ciudades de esa época, y hace una reflexión magistral sobre el espionaje, el sexo y el papel de la mujer en todo ello.
En 2009 estrenó una película completamente diferente a las anteriores, Destino: Woodstock, en la que cuenta una versión libre del nacimiento del festival de Woodstock. La última producción del consagrado director fue La vida de Pi del 2012. En esta ocasión, se adentra en la cultura hindú para contarnos la historia de superación personal y supervivencia de Pi Patel, joven que tras el naufragio del barco en el que viajaba, queda a la deriva en un bote junto con un tigre de Bengala. Quizás la más filosófica de sus películas, es también la más espectacular en cuanto a efectos especiales y la que tiene una estética más exuberante.
Actualmente, está preparando una película de boxeo que contará la rivalidad entre Muhammad Ali y Joe Frazier. Parece que Ang Lee nunca dejará de sorprendernos.