El pasado 20 de enero, en el Ateneo de Madrid, tuvo lugar el XXVIII Concurso de Oratoria en Japonés en España, y recibimos la grata sorpresa de que dos compañeras de la Universidad de Zaragoza –en la que nos hemos formado la mayor parte del Staff y los colaboradores- habían recibido dos de los premios más importantes en el mismo: Sandra Carnicero, estudiante de tercero de japonés en el Centro de Lenguas Modernas (CULM), obtuvo el primer premio, mientras que su compañera Claudia Bonillo ganó el premio del Embajador de Japón al discurso que mejor reflejaba las relaciones entre España y Japón.[1]
Pasado el fervor de los Oscars y ya de vuelta en sus quehaceres diarios, tuvimos la ocasión de charlar con las felices ganadoras sobre su experiencia en el estudio de la lengua japonesa.
Ecos de Asia: Ahora que ya hemos visto el contexto de estos galardones, ¿Por qué no os presentáis y nos contáis cómo acabasteis en el estudio del idioma japonés?
Claudia Bonillo: Soy Claudia Bonillo, he estudiado Ingeniería Informática y ahora estoy trabajando como profesora de programación en una academia, pero siempre me han gustado los idiomas; en realidad, quiero ser traductora y el japonés siempre me ha interesado especialmente, así que me acerqué e intenté estudiarlo.
Alexandra Carnicero: Yo soy Alexandra Carnicero, he estudiado fisioterapia en Zaragoza y ahora trabajo como fisioterapeuta en la Asociación ICTUS de Aragón. Empecé a estudiar japonés porque desde adolescente me gustaba mucho el anime, me quedaba con muchas palabras, y, como también ocurre con Claudia, me gustan los idiomas y se me dan bien, tengo facilidad para memorizar las palabras y para la pronunciación, por lo que, al final me decidí por estudiarlo.
Eda: ¿Cómo acaban una ingeniera informática y una fisioterapeuta estudiando japonés? Se podría pensar que igual hay más estudiantes de humanidades o del mundo de los negocios…
CB: A mí lo que en realidad [lo que] me gustaba era el japonés, ya que me gustaba desde los animes que veía en el instituto, pero me dijeron que mejor buscara algo más técnico y con más salidas, y que, si me seguía gustando después, me dedicara al japonés. Como me gustaban los videojuegos, estudié informática, y una vez que acabé la carrera ya pude dedicarme completamente al japonés, que es lo que de verdad me gusta.
AC: Yo empecé tomándomelo como ocio, más bien. Era un idioma que me llamaba mucho y que quería aprender en algún momento de la vida, y, como ahora soy independiente y no tengo el agobio de estar estudiando la carrera, decidí ponerme a ello.
EdA: ¿Empezasteis a estudiar japonés por primera vez aquí, en la Universidad de Zaragoza?
CB: En realidad, yo comencé a memorizar kanjis en 4º de la ESO, pero vi que ser autodidacta era muy complicado, por lo que decidí centrarme en mis estudios y buscar después algún sitio donde pudiera estudiarlo de manera universitaria.
AB: Yo también miraba alguna cosa, por mi cuenta, luego empecé en esto [Centro de Lenguas Modernas] ya como algo más oficial.
EdA: ¿Es más fácil aprender japonés para alguien que juega videojuegos, ve anime, practica artes marciales, etc?
CB: Yo creo que lo fundamental es la fuerza de voluntad, los buenos profesores y el estudio, pero es cierto que ver anime hace mucho oído, por ejemplo, y tener interés en la cultura te da mucho empuje.
AC: Dijéramos que aprender el idioma es igual de difícil para todo el mundo, pero si ves anime y cosas en japonés ya estas haciendo parte del trabajo, te ayuda.
EdA: ¿Habláis otros idiomas a parte del japonés? ¿Se os hace más difícil que otros idiomas como el inglés?
CB: Como la mayor parte de españoles hablamos ingles intermedio; no sé hablar francés, aunque sí entenderlo y leerlo. Mi padre es profesor de inglés –nos aclara-, siempre lo he tenido en casa muy presente, por lo que nunca me he puesto a hincar codos estudiando inglés, así que no considero haberlo estudiado.
AC: Yo hablo inglés, nivel intermedio. En cuanto a la dificultad, yo diría que, por el estilo, cada idioma tiene una parte más difícil, por ejemplo, el inglés me resulta mucho más difícil de escuchar y entender, pero el japonés me es más difícil de escribir y leer.
EdA: Hablemos ahora sobre vuestra experiencia en el Concurso de Oratoria. ¿Cómo surgió la iniciativa del participar?
CB: Fue una idea del profesor Francisco Barberán en clase; de hecho, lo comenta todos los años, pero nos anima a que nos presentemos en tercero, que es cuando dice que tenemos el nivel, y como siempre nos está animando… las dos decidimos darle un tiento, a ver qué pasaba.
AC:Si, digamos que él nos animó y nos habló del concurso, pero yo creo que fue más bien iniciativa propia el presentarnos.
EdA: ¿Sobre qué trataron vuestros discursos ganadores?
AC: El mío fue una breve historia sobre mis primeros contactos con la comida japonesa: cuándo la probé, qué es lo que me gustó, qué empecé a cocinar… y un poco reflexionar sobre las diferencias que tiene con la española y lo que más me gusta de ella.
CB: El mío era sobre el Salón del Manga de Barcelona, al que fui este año, básicamente era sobre mis experiencias en el salón de este año. Es un evento que tiene proyección internacional, por las actividades que hacen, no solo sobre manga y anime, sino también sobre cultura tradicional japonesa.
EdA: ¿Qué es lo que más os sorprendió del concurso?
CB: Nos sorprendió la repercusión y la importancia del Premio. Lo organizaba el centro de japonés Tora, lo entregó el embajador de Japón, acudieron el representante de Cultura del Ministerio de Educación, la Fundación Japón, el Colegio Japonés de Madrid, la comunidad japonesa Nihonjinkai, el representante de las empresas japonesas en España… Parece que es un evento más importante de lo esperado y valorado por los asistentes, y los reporteros japoneses. ¡Ah!, y también nos sorprendió ver gente que vino de tan lejos (¡De Gran Canaria!)- aclara-.
AC: Sí, no por el hecho de que estudien japonés, lo que nos sorprendió es que fuesen hasta Madrid para hacer el concurso.
CB: Sí, porque nosotras estamos cerca y nos plantamos en relativo poco tiempo en Madrid, pero gente de Gran Canaria… me sorprendió.
EdA: ¿Habéis estado en Japón?
AC: No, no he estado nunca.
EdA:¿Y tienes ganas de ir?
AC: Si claro, muchísimas (risas)
EdA:¿Y qué es lo que más te gustaría visitar cuando fueras?
AC: Me gustaría mucho visitar Kioto, especialmente la parte tradicional, el barrio de las geishas…
CB: Yo sí que he ido. Fui el verano pasado de vacaciones con mi familia y unos amigos, y quiero volver ya. Me enamoré mucho de todo Japón, me gusta Tokio, Kioto, lo moderno, lo tradicional… me gusta todo.
EdA: Volvamos ahora al tema del idioma. Además de estudiar japonés, ¿qué hacéis en vuestra vida cotidiana que os ayude a conocer mejor la lengua y la cultura japonesa?
CB: Pues yo me preparo exámenes en mi tiempo libre, así de triste como suena (risas). Me preparo por mi cuenta exámenes de kanji, y otro examen más de gramática, estoy leyendo una novela en japonés (Ningen Shikkaku, de Osamu Dazai), One Piece en japonés para practicar, y veo anime, así que es algo casi obsesivo (risas).
AC: Yo me lo tomo más como ocio, y lo que hago es ver algo de anime y… -duda- Algo que creo que me ha servido mucho para la pronunciación es ver videos de youtubers japoneses, de los temas que me gustan -tutoriales de maquillaje o de lifestyle-. En Instagram sigo a alguna youtuber e intento leer los comentarios que ponen en sus fotos.
EdA: ¡Vaya! Esto es muy interesante para que la gente que no sea totalmente fan del anime y del manga pueda practicar de otras formas. Y, además, ¿tenéis algún proyecto académico o laboral con respecto al japonés?
CB: Yo estoy realizando el Diploma de Especialización en Estudios Japoneses de la Universidad de Zaragoza, que ha empezado este año. Somos la primera promoción, y es multidisciplinar para universitarios que acaban de finalizar, muy interesante, está centrado en derecho y cultura. Espero que eso me abra puertas para poder trabajar tanto en Japón como con japoneses. Me gustaría poder trabajar o estudiar en Japón, por supuesto con su sistema de becas como la Monbukagakusho, o con alguna que surja en este diploma.
EdA: Y en tu caso Alexandra, ¿ves futuro en el ámbito de la fisioterapia y el japonés? ¿Sería posible incorporar algo japonés o asiático al campo de la fisioterapia?
AC: No he investigado mucho sobre el tema, pero creo que está complicado trabajar en profesiones sanitarias en Japón siendo extranjero, aunque sí me gustaría poder vivir allí un tiempo y poder sacar partido del japonés, o incluso como a Claudia, acceder a alguna beca y estudiar el idioma allí algún tiempo. En cuanto a lo segundo, claro. De hecho, hay máster [de shiatsu], estudios de medicina tradicional china… el kinesiotaping, una técnica que se utiliza ahora y qué esta de moda, la inventó un japonés.
EdA: Como hemos podido ver, en el estudio de japonés hay muchas más variantes y posibilidades de las que vemos aparentemente; muchas veces tendemos a pensar que el japonés solo le interesa a gente a la que le gusta el audiovisual japonés, o ligado al turismo y a la traducción, pero vuestras experiencias son dos casos perfectos de cómo, muchas veces, los mejores estudiantes -o mejores conversantes, en este caso- no tienen porqué venir de las disciplinas que en un principio nos habríamos imaginado. ¡Muchas gracias por vuestro tiempo, chicas!
AC y CB: ¡Gracias a vosotros!
Notas:
[1] Este concurso busca reconocer a los mejores estudiantes de japonés en España, contando como jugoso premio con un billete de ida y vuelta a Japón, además de los correspondientes diplomas y trofeos acreditativos. Organizado por la Asociación Cultural Hispano Japonesa TORA, la Embajada de Japón en España, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la Japan Foundation, el Ateneo de Madrid y la Asociación de la Comunidad Japonesa (Nihonjin-kai), en la presente edición concursaron dieciséis participantes procedentes de Madrid, Barcelona, Málaga, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y Córdoba, cuyo alto nivel de oratoria sorprendió al público. El jurado, encabezado por Fernando Rodríguez Izquierdo, ex-catedrático de la Universidad de Sevilla, proclamó ganadora del nivel básico (de uno a dos años de estudio de lengua japonesa, sin haber viajado a Japón) a Alexandra Carnicero Aznar y a Diego Alonso Cañizares en el nivel intermedio (más de dos años de estudio y habiendo estado en Japón, ya fuera viviendo o un par de días); a pesar de que Claudia Bonillo Fernández apenas había estado en Japón de vacaciones –como nos aclararía después-, fue ubicada en el segundo grupo, lo que no le impidió ganar el Premio especial del Embajador.
Una entrevista muy interesante. Mis más sinceras felicitaciones a Claudia y a Sandra.
Muchas gracias!
Sólo decir que cuando me presenté, no había estado nunca en Japón y llevaba estudiando menos de un año, al haber mucha gente en el nivel básico me forzaron también a mí a inscribirme al nivel superior.