Artículo escrito en colaboración con Raquel Carnicer.
En los últimos años, la Tierra ha sido pisoteada un considerable número de veces por monstruos gigantes que destruyen ciudades y merman la población. Este mayo volverá a ser pisada de nuevo por el mítico Godzilla, cuya primera aparición tuvo ya lugar hace sesenta años en Japón bajo el terror del monstruo (Gojira, Ishirô Honda, 1954). No es el primer reboot que se realiza en tierras estadounidenses de este monstruo japonés. En 1998 Roland Emmerich dirigió una desafortunada versión de la película que suscitó críticas nefastas. Pero Godzilla siempre vuelve y una vez más podremos verle hacer lo que más le gusta: destrozar ciudades y hacer que cunda el pánico.
A pesar de esta desafortunada versión de 1998, los cineastas no se rindieron y el tema del kaiju (palabra japonesa que alude a “bestia sobrenatural” y al kaiju-eiga del que hablaremos más tarde) fue tratado en otras ocasiones y en fechas recientes. Nos vamos a centrar particularmente en dos ejemplos y citaremos además un caso especial.
Monstruoso (Cloverfield, Matt Reeves, 2008) es un buen ejemplo del renacer del tema en el cine. La película estuvo rodeada de secretismo y se inició una brillante campaña viral para su promoción. Hasta el estreno no se reveló en ningún momento el aspecto del monstruo y eso hizo suscitar una gran expectación entre los espectadores, que lo imaginaron con diferentes aspectos. La película sigue el estilo de metraje encontrado tan popularizado por El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999), lo cual, aparte de darle realismo y verosimilitud, la diferencia de otras películas de monstruos. Verla es toda una experiencia y es un gran homenaje al kaiju-eiga japonés. Sus carencias se convierten en ventajas. Sabemos lo mismo que los personajes sobre el monstruo que invade Manhattan, es decir, nada en absoluto. Sólo sabemos que está muy enfadado y que es peligroso, aunque se dan hipótesis sobre él: ¿un monstruo creado por el gobierno? ¿Un animal mutante escondido en el mar? Debido al estilo de rodaje no se pueden desplegar los efectos especiales que tienen otras películas de ciencia ficción, pero gana en realismo.
Pacific Rim (Guillermo del Toro, 2013) es todo un homenaje al cine fantástico japonés partiendo desde la base: los monstruos son propiamente llamados kaiju. En este caso, no se trata de animales mutados científicamente con consecuencias catastróficas o seres del espacio exterior. Provienen de una gran grieta submarina dimensional situada en el Océano Pacífico y aparecen dispuestos a colonizarnos. Los humanos, ante la imposibilidad de enfrentarse a ellos con los recursos habituales y el creciente número de ataques, crean los jaegers, robots gigantes (una cita al mecha japonés) controlados por dos pilotos, para combatir a los temibles monstruos.
Nos parece necesario recordar un caso particular que ha pasado algo desapercibido cuando se habla de monstruos gigantes. En Frankenweenie (Tim Burton, 2012) se hace todo un cóctel de monstruos y se homenajean a algunos mitos del cine clásico: el monstruo de Frankenstein, Drácula o la Momia (de hecho, el personaje que resucita a la “momia” se parece físicamente a Boris Karloff), pero también a Gamera. En la película es curiosamente un personaje japonés, Toshiaki, quien resucita a su tortuga mascota con resultados inesperados. Como ya tendremos ocasión de comentar, Gamera es una tortuga gigante creada por la productora Daiei en 1965 para rivalizar con Godzilla, de la productora Toho.
Aprovechando este resurgir del kaiju-eiga en Hollywood y del próximo estreno del reboot de Godzilla, queremos hacer una breve introducción al kaiju-eiga en general y al terrible Godzilla en particular. Debido a la gran cantidad de películas y monstruos existentes hemos intentado hacer el discurso lo más sintético posible, pues nos hemos visto obligados a resumir en pos de una mayor claridad expositiva.
Antes de trasladarnos a 1954 conviene hacer unas aclaraciones previas. Ya hemos indicado que kaiju significa “bestia sobrenatural” y es un término que designa a los monstruos gigantescos que atacan a la humanidad, aunque en algunos casos también la protegen. Kaiju, en el sentido estricto del término, debería referirse a una criatura que no existe en la naturaleza ni en la mitología, o bien presenta deformaciones con respecto a sus modelos. Son asexuados, tienen poderes especiales, se dedican a destruir indiscriminadamente y están identificados con los cuatro elementos: agua, fuego, tierra y aire. Kaiju-eiga, por otro lado, se puede traducir como “películas de monstruos”.
Aunque hay precedentes en las películas americanas El mundo perdido (The lost world, Harry O. Hoyt, 1925), King Kong (Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper, 1933) y El monstruo de tiempos remotos (The beast from 20.000 Fathoms, Eugène Lourié, 1953), el kaiju-eiga es típico de Japón. A pesar de que pueda parecer intrascendente tiene repercusión mundial y se ha estrenado en los cinco continentes, hecho del que no pueden presumir otras películas japonesas. Es sinónimo de cine fantástico japonés y Godzilla es la gran aportación nipona a la iconografía y mitología del siglo XX.
Godzilla no es el único kaiju, pero sin duda es el más popular y el que mayor número de veces ha sido llevado a la gran pantalla. Ya hemos mencionado a Gamera, la tortuga gigante, pero también hablaremos de otros kaiju populares, todos ellos con su nombre propio, como Mothra, King Ghidorah, Rodan, Gigan, Hedorah o Destoroyah. Con Godzilla hay que empezar haciendo una aclaración terminológica. Su nombre es una transliteración de Gojira, que surge de la combinación de las palabras japonesas gorira (gorila) y kujira (ballena). Aunque la apariencia de Godzilla ha ido variando a lo largo de los años, su aspecto es la combinación de varios dinosaurios: cuerpo de Tyrannosaurus rex, brazos largos de Iguanodon, placas dorsales de Stegosaurus y cola de saurópodo. Sobre su origen confuso hablaremos más adelante, pero abreviando podemos adelantar que Godzilla sería un dinosaurio (Godzillasaurus) que fue revivido accidentalmente por pruebas atómicas. Su mutación por la radiación explica su gran tamaño y peso (que han ido variando a lo largo del tiempo), su fuerza y sus poderes especiales, el más característico es el aliento atómico.
A pesar de existir precedentes, Godzilla y el kaiju-eiga nacen en 1954. Aunque Godzilla muere al final de la película, el tema se recicla para realizar una enorme saga que suele estudiarse en tres etapas que citamos a continuación y que posteriormente explicaremos una a una con las películas correspondientes:
-Showa (1954-1975).
-Heisei (1985-1995).
-Millenium (2000 al presente).
1) Showa:
La primera etapa de la saga Godzilla será la denominada Showa, que abarca desde 1954 hasta 1975. En los comienzos de esta etapa, Godzilla será el monstruo que amenaza destruir Japón, pero más adelante se convertirá en defensor del país frente a otros peligros, muchas veces de índole humana.
Dentro del kaiju-eiga, las películas de esta etapa fueron las primeras que se estrenaron a lo largo de todo el mundo diferenciándose del cine fantástico de Occidente, que ya había lanzado al estrellato a otros grandes monstruos de la talla de King Kong. Diferenciación que parte de la condición de kaiju como ser sobrenatural frente a los monstruos de Occidente, los cuales nunca tuvieron esta circunstancia.
En el comienzo de esta saga, para la creación de Godzilla y los demás kaiju se utilizaron actores disfrazados y para los escenarios maquetas que, al ser destruidas en cada escena, debían volver a ser fabricadas constantemente y supusieron una de las mayores inversiones en el cine japonés de los años cincuenta, haciendo de esta saga una de las más caras del momento. Posteriormente se comenzaron a añadir nuevos personajes monstruosos, kaiju o no, que normalmente acababan enfrentándose contra Godzilla provocando épicas batallas entre la población. A su vez se empezaron a mezclar los géneros cinematográficos, convirtiendo lo que podría haber sido una saga de terror / ciencia ficción más bien seria en una saga de aventuras con toques humorísticos incluidos que acabó siendo dirigida a un público familiar e infantil.
Debido al gran éxito que obtuvieron en cuanto a sus efectos especiales, sirvieron de inspiración para los tokusatsu en general dando lugar a sagas tan exitosas como Ultraman o Kamen Raider.
–Japón bajo el terror del monstruo (Gojira, Ishirô Honda, 1954)[1]:
El temible y legendario Godzilla, un dinosaurio mutante a causa de la radiación, ha despertado. Altamente radiactivo, está dispuesto a destruir Japón y a todo lo que se interponga en su camino. Nos encontramos ante la película fundacional de la saga, que nace gracias a la colaboración del director Ishirô Honda, el productor Tomoyuki Tanaka, el técnico de efectos especiales Eiji Tsuburaya y el compositor Akira Ifukube. La idea partía de una historia de Shigeru Kayama y las fuentes para su creación son las películas americanas que hemos citado en la introducción y el terror nuclear, no sólo por las bombas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki el 6 y el 9 de agosto de 1945, también influye el incidente del barco atunero Daigo fukuryu maru, que fue contaminado accidentalmente por una lluvia radiactiva durante un experimento el 1 de marzo de 1954. Y es que Godzilla no es sólo peligroso por el rastro de destrucción que deja a su paso, también es altamente radiactivo.
El director de la película, Ishirô Honda, había sido prisionero de guerra y, horrorizado por los desastres que azotaron al país, creó una película que reflejaba todos estos miedos. Godzilla representa la guerra y las bombas que asolaron Japón en la Segunda Guerra Mundial, es una metáfora de la destrucción y el terror realizada sólo nueve años después del lanzamiento de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki y sus terribles consecuencias. Además eran los años de la carrera armamentística entre Estados Unidos y la Unión Soviética y el consecuente miedo a un enfrentamiento directo entre ambos países.
Godzilla se convierte en una amenaza mundial y es inmune a las armas convencionales humanas, como si de un fenómeno natural se tratase. Al final de la película es vencido mediante un invento peligroso y altamente destructivo, el eliminador de oxígeno (posible trasunto de la bomba atómica), pero volverá a resucitar de nuevo.
–El rey de los monstruos (Godzilla contraataca) (Gojira no gyakushû, Motoyoshi Oda, 1955):
En esta secuela unos aviadores, tras un rescate con aterrizaje forzoso, llegan a una isla. Allí se encontrarán a dos monstruos luchando, que serán posteriormente identificados como Godzilla y Anguirus (Angirasu). El combate acabará llegando hasta Osaka, haciendo peligrar de nuevo a la población japonesa.
Debido al éxito de taquilla de la primera entrega, Toho decidió continuar la saga de Godzilla. Esta secuela se desarrollará de una manera prematura y precipitada sin Ishirô Honda en la dirección quien, por problemas de agenda, fue sustituido por Motoyoshi Oda. Esta entrega, convertida en una especie de continuación alargada de su predecesora, supondrá el principio de una larga lista de enfrentamientos entre Godzilla y otros monstruos que destrozan a su paso cada uno de los edificios o elementos realizados con maquetas que servían como escenario.
En este caso aparecerá Anguirus, un kaiju cuyo aspecto podría ser comparado con un anquilosaurio, que volverá a aparecer en otras películas en adelante, aunque no siempre como enemigo de Godzilla. También servirá como introducción a las múltiples veces que Godzilla volverá a aparecer a pesar de haber sido vencido y/o dado por muerto en cada una de las entregas anteriores. Cabe destacar la interpretación e introducción de dos de los que se convertirían en actores comunes del kaiju-eiga, Yoshio Tsuchiya y Hiroshi Koizumi.
En 1958, Warner Bros adquirió los derechos para estrenarla en EEUU realizando cambios en su metraje y argumento e inclusive cambiando el nombre de Godzilla por Gigantis, de ahí el título americano Gigantis, the Fire Monster.
-King Kong contra Godzilla (Kingu Kongu tai Gojira, Ishirô Honda, 1962):
Godzilla, recluso en un iceberg, escapará de su cautiverio para volver a aterrorizar Tokio. Al mismo tiempo King Kong será encontrado en una remota isla y, tras darle caza para su consiguiente sumisión, será enviado a Japón. Los altos cargos japoneses conseguirán que los dos monstruos luchen en el Monte Fuji, sabiendo que esa lucha será la única salvación para su país.
Siete años después del estreno de El Rey de los monstruos, Toho estaba impaciente por recuperar a Godzilla. Tras el proyecto fallido en el que Estados Unidos pretendía hacer combatir a King Kong contra el monstruo de Frankenstein, Toho vio su oportunidad y convirtieron la tercera entrega de Godzilla, que era también la tercera de King Kong, en una de las más exitosas de la saga. Con los derechos cedidos por Willis O’Brien para usar el nombre de King Kong y los de Toho para ser estrenada en EEUU, se comenzó el rodaje de la película. Como resultado, encontramos el primer kaiju-eiga a todo color que, respetando poco los orígenes de los monstruos, dejará ver de un modo más claro los trajes tan irreales, dotándoles de un componente absurdo en sus batallas entre trenes de juguetes y las maquetas. También habrá escenas que deberían haber usado en el planteamiento del monstruo de Frankenstein como protagonista y que serán utilizadas con King Kong, sin dejar claras las razones por las que, por ejemplo, la electricidad debería volverlo más poderoso.
Godzilla contra King Kong supondrá el inicio de un nuevo tipo de películas en la saga, donde el género dejará de ser cercano al terror para comenzar a ser más afín al género de aventuras siendo incluso humorístico / paródico en algunos momentos, destacando combates con elementos de la lucha libre, como patadas voladoras y golpes cercanos al boxeo, entre los dos monstruos.
En esta película volvemos a encontrar a Ishirô Honda en la dirección, quien ya había probado suerte con otros kaiju en filmes como Rodan. Los hijos del volcán (Sora no daikaijû Radon, 1956) o Mothra (Mosura, 1961) y que será una constante en la saga.
–Godzilla contra los monstruos (Mosura tai Gojira, Ishirô Honda, 1964):
Un gigantesco huevo de origen desconocido es descubierto en una playa y es vendido a un hombre de negocios que pretende incubarlo y convertir a su criatura en la estrella de su parque temático, a pesar de las continuas advertencias de las aelinas (shobijin, en japonés), las dos pequeñas sacerdotisas de Mothra (Mosura), una mariposa o polilla gigante y primer kaiju benéfico de la saga. El huevo encontrado es de Mothra y las aelinas temen que si llega a eclosionar tan cerca de la gente, la criatura pueda causar daños accidentales. Entre tanto, Godzilla es despertado y empieza a destruir la ciudad, y sólo mediante la ayuda de Mothra los japoneses conseguirán salvarse.
Estamos ante una de las mejores y más populares películas de la saga de Godzilla. Mothra ya había aparecido en 1961 Mothra y será tan popular que llegará a tener su propia saga en los años noventa, aunque por desgracia deje mucho que desear. Aunque este kaiju parezca débil en comparación con el terrible monstruo, las crías de Mothra consiguen vencer a Godzilla en el combate mediante una especie de telarañas paralizadoras. Es de destacar que a partir de esta película no volveremos a ver a Godzilla como antagonista hasta 1984, pues es en este momento cuando la productora Toho quiere acercar la saga al público infantil convirtiendo a Godzilla en el protector de Japón.
–Godzilla contra Ghidorah, el dragón de tres cabezas (San daikaijû: Chikyû saidai no kessen, Ishirô Honda, 1964):
Después de haber destruido el planeta Venus (Marte, en la versión americana) y a toda su civilización y cultura, King Ghidorah (Kingu Gidora) llega a la Tierra en un meteorito dispuesto a arrasar con todo. El futuro de la humanidad depende de la alianza entre Godzilla, Rodan (Radon) y Mothra.
Esta es la primera película en la que aparece King Ghidorah, un terrible dragón tricéfalo, que se convertirá en uno de los grandes enemigos de Godzilla. Por su aspecto tan espectacular también es uno de los monstruos más populares. En esta película, el origen de King Ghidorah es extraterrestre, un hecho que cambiará posteriormente como comentaremos cuando analicemos la etapa Heisei. Rodan, un pterosaurio mutante, ya había tenido su protagonismo en 1956 en la película Rodan. Los hijos del volcán, pero fue su primera aparición en la saga de Godzilla. De Mothra ya hemos hablado anteriormente y en esta película se continúa el argumento iniciado en Godzilla contra los monstruos, por lo que Mothra aparece en estado larvario. No está con su hermano gemelo, pues muere entre estas dos películas.
A pesar de los efectos especiales tan notables y de la banda sonora magnífica de Akira Ifukube, el tiempo en el que los monstruos pelean es muy limitado. No obstante, la conversación entre Godzilla, Rodan y Mothra es memorable. Las aelinas nos hacen de traductoras. Mothra intenta convencerles para luchar contra King Ghidorah y así salvar a la humanidad, a lo que al principio se niegan. Godzilla está descontento con los humanos y dice que si les odia es porque ellos siempre están atacándole y Rodan está de acuerdo con él. Finalmente luchan a favor de la humanidad y Godzilla se convierte en el protector de la Tierra. Como ya habíamos anunciado, tendremos que esperar hasta 1984 para volver a ver a Godzilla como enemigo. Suele señalarse este año de 1964 como el momento en que empieza la lenta decadencia de la saga.
–Los monstruos invaden la Tierra (Kaijû daisensô, Ishirô Honda, 1965):
El Planeta X se encuentra arrasado por King Ghidorah. Sus habitantes se han visto obligados a refugiarse bajo la superficie ante su incapacidad para hacer frente al terrible monstruo. Cuando la nave procedente de la Tierra llega al lugar y es alertada de la situación, ambos planetas acuerdan una alianza: la Tierra mandará a Godzilla y a Rodan a enfrentarse contra King Ghidorah como ya hicieron en el pasado, y el Planeta X revelará a cambio la cura contra el cáncer. Sin embargo, los extraterrestres parecen tener otros planes para la Tierra.
Como resulta evidente, a los guionistas empezaban a escasearles las ideas, así que reciclan a King Ghidorah, que tanto éxito había tenido, y lo vuelven a enfrentar contra Godzilla y Rodan, esta vez en el espacio. Es la única vez que Godzilla sale de la Tierra para enfrentarse a otros monstruos y esto nos brinda la oportunidad de ver decorados y maquetas distintos a lo habitual. A pesar de todo ello, el guión es muy pobre y hay momentos particularmente risibles (hablamos especialmente del baile de Godzilla). Godzilla deja de ser una metáfora del terror nuclear para ir cayendo en lo pueril.
La repercusión de Godzilla y el éxito del kaiju-eiga hicieron que surgieran imitaciones en otras productoras. Por su importancia y repercusión citamos a la tortuga gigante Gamera, lanzada por la productora Daiei. Su primera aparición tuvo lugar en El mundo bajo el terror (Daikaijû Gamera, Noriaki Yuasa, 1965) y su relativo éxito animó a rescatar al personaje en sucesivas secuelas llegando a crear una saga propia. Sin embargo, cae tempranamente en la decadencia a causa de los problemas económicos de Daiei. Por su relevancia posterior volveremos a mencionarlo brevemente cuando hablemos de Godzilla en la serie Heisei.
(continuará)
Notas:
[1] Advertencia. Hemos decidido poner el título en castellano con el original entre paréntesis. La cantidad de títulos distintos que se conocen para algunas de las películas de la saga es tal que hemos recurrido a las fichas de Imdb como referencia. El lector se puede encontrar con otros títulos para referirse a la misma película.