En una época en la que se han vuelto más patentes que nunca los guiños de la de la industria hollywoodiensehacia el mercado asiático,[1] con la consiguiente proliferación de películas occidentales basadas en historias o personajes de dicho continente, toca hacer el recorrido a la inversa para hablar de una reciente propuesta, procedente de China, en la que se hace uso del empleo de actores norteamericanos para tratar de resultar más atractiva al público occidental. Nos estamos refiriendo a la película La gran muralla, del director Zhang Yimou.
La historia sitúa al espectador en la China de la Dinastía Song (960-1279), concretamente durante el reinado del emperador Renzong (1022-1063), para hacer partícipe al espectador de una de las tantas aventuras llevadas a cabo por dos mercenarios. El primero inglés, interpretado por el actor estadounidense Matt Damon, y el segundo actor, de habla hispana, interpretado por el actor chileno-estadounidense Pedro Pascal, que durante una de sus peripecias se encontrarán por casualidad con la Gran Muralla China. Desde ese momento pasarán a sumergirse en una gran aventura plagada de batallas y revelaciones, durante la cual conocerán la verdadera razón que motivó la construcción de semejante estructura defensiva, a la vez que tendrán que lidiar con las suspicacias que despierta su presencia entre los comandantes del ejército chino.
Estrenada en España en el año 2017, estamos ante otro peldaño más en la ya dilatada y exitosa carrera del realizador chino Zhang Yimou, célebre por películas como Regreso a casa(2014) o Las flores de la guerra(2011), que esta vez decide abordar un tema alejado del cine histórico propiamente dicho para centrarse en el cine fantástico. Cabe destacar que esta ha sido la primera película rodada íntegramente en inglés de las que conforman la filmografía del director. Por otro lado, a un reparto plagado de estrellas occidentales ya mencionadas, a las que hay que sumar a Willem Dafoe en el papel de un occidental que convive con los habitantes de la muralla, hay que añadir un no menos interesante reparto integrado por actores propios del cine asiático como la actriz de origen chino Jing Tian, en el papel de la comandante del ejército chino o Andy Lau, que interpreta a Wang, el estratega del ejército.
A este reparto heterogéneo hay que sumar como elemento integrante del film a los antagonistas de la cinta, que no son otros que las bestias Tao Tei. Lejos de ser creados desde cero para la película, estos monstruos ficticios forman parte de la mitología del país asiático y se encuentran inspirados en el célebre y misterioso Tāotiè, monstruo consistente en un compendio de varios animales capaz de devorar todo a su paso y que ha sido utilizado como motivo decorativo en las dinastías Shang, y sobre todo, en la Zhow. El otro gran elemento de la cultura asiática y que hace las veces de protagonista silencioso es la Gran Muralla China, construida a partir del sigloV a. C. con el objetivo de proteger la frontera norte del Imperio Chino de los sucesivos ataques de distintos pueblos, destacando los mongoles.
El contraste entre diferentes costumbres y culturas, ejemplificado por los personajes de distintas procedencias que se dan cita en la historia, es una constante en una cinta que alude en su metraje a la conveniencia de que personas con distintas opiniones, trabajen juntas con el objetivo de encontrar una solución a un problema común a todos los participantes. En este sentido, en la película se encuentran ciertas reminiscencias en otras obras pertenecientes a ese subgénero narrativo,en las que la llegada de un extranjero aportará a los habitantes autóctonos una nueva idea de cómo lidiar con un enemigo común, un ejemplo de ello lo constituye la película El guerrero nº 13(1999).
Los grandes aciertos de la cinta residen en presentar ante el público un entretenimiento digno de ser visto, consistente en espectaculares batallas entre el ejército de la muralla y los invasores Tao Tei, respaldado por un reparto de actores que ofrecen las interpretaciones que cabrían esperar de semejante elenco. Llama especialmente la atención el espectáculo cromático que conforman las distintas formaciones del ejército, siendo cada color indicativo del tipo de soldados y las armas que utilizan. Los aspectos negativos de la cinta vienen dados por la falta de profundidad que esta película lleva a cabo del pasado y la mentalidad de algunos de sus personajes principales para centrase en la acción así como en lo fantasioso de su conjunto en detrimento del rigor histórico, lo cual puede no agradar a los que esperen visionar una historia más centrada en la trama de los personajes y en la milenaria historia de china, en vez de una apuesta por el uso y espectacularidad de los efectos especiales.
Con todo, estamos ante una producción cuyo mayor aliciente reside en presenciar las espectaculares refriegas entre el ejército chino y los Tao Tei, perfectamente complementadas con la música del compositor irano-alemán Ramin Djawadi, siendo su visionado altamente recomendable para los espectadores que disfruten del género fantástico.
Para saber más:
Notas:
[1] A través de producciones estadounidenses como Transformers: La era de la extinción (2014), rodada en su segunda mitad en localizaciones de Asia como la ciudad china de Hong Kong.