“La princesa secuestrada del Mar Azul”: el último shôjo de Fandogamia.

En febrero nos anunciaron la licencia de La princesa secuestrada del Mar Azul, de Yuki Ayumura, por parte de Fandogamia, editorial que poco a poco va ganando más peso en el mercado español.

En esta ocasión la Gran Efe nos ha traído un shôjo bastante tradicional, pero no por ello es menos interesante. Es la primera obra de Yuki Ayumura publicada en castellano, mangaka que empezó en este mundillo de manera profesional en el año 2009, centrándose desde entonces en los géneros shôjo y josei. La princesa secuestrada del Mar Azul fue recopilada por la editorial Futabasha en dos volúmenes en el año 2012, los cuales ahora han sido editados y traducidos por Fandogamia al español.

Portada del primer tomo de La princesa secuestrada del Mar Azul, de Fandogamia.

En este manga tenemos como protagonista a la princesa Matsurika del reino Kourozen, quien está comprometida con el príncipe Orlando de Cantabria, tercero en la línea de sucesión al trono. Este arreglo matrimonial fue realizado por el padre de la joven, no estando ésta muy convencida de que deba desposarse con él.

Una noche, encontrándose Matsurika en sus aposentos, esta recibe la visita de un extraño, Raju, quien la secuestra y la lleva a su barco pirata. La intención de este es clara: sacrificar en el Altar de Kalpataru a una descendiente de Dios, y es que las leyendas dicen que la familia reinante de Kourozen lleva su sangre. Es allí, en el barco, donde la princesa iniciará una travesía acompañada del frío y distante, pero protector, Raju, y otros tres personajes interesantes: Lohan, un joven despreocupado que parece confiar mucho en su capitán, Shey, un chico algo infantil pero con un toque sádico y tierno al mismo tiempo, y Nan, quien parece bastante alegre y perspicaz. ¿Lograrán Raju y su tripulación sacrificar a la princesa, o realmente tienen otros motivos para realizar este secuestro?

Muestra de la página 6 de La princesa secuestrada del Mar Azul, de Fandogamia.

El argumento, como se puede ver, no tiene mucha innovación, pero la introducción al lector en un mundo de fantasía, con leyendas, secuestros y príncipes es algo que a casi cualquier lector apasiona. De este modo, La princesa secuestrada del Mar Azul encajaría en esta sección aventurera del manga shôjo, alejándose así de los dramas de adolescentes de institutos, que es lo que normalmente se suele publicar en España.

Muestra de la página 23 de La princesa secuestrada del Mar Azul, de Fandogamia.

Yuki Ayumura consigue crear unos diálogos interesantes, los cuales son acompañados de un dibujo realmente expresivo, el cual en algunos puntos nos puede recordar a mangakas como Yana Toboso o Hotaru Odagiri, especialmente en lo que respecta a la caracterización y representación de los personajes, con unos rostros angulados que son muy populares entre los historietistas nipones. Y si a esto le sumamos una edición de Fandogamia, que es una editorial que cuida mucho sus publicaciones, tenemos como resultado un manga de calidad que merece la pena leer.

De este modo, aunque La princesa secuestrada del Mar Azul, cuyo segundo y último tomo saldrá previsiblemente en mayo, puede parecer un shôjo normal, la epicidad que se puede ver en sus páginas es realmente interesante. Un argumento y un dibujo que se funden a la perfección es lo que hace que esta obra de Yuki Ayumura destaque entre los demás mangas de este género. Añadiendo a esta receta el buen trabajo de Fandogamia, tenemos como resultado una historieta imprescindible para cualquier amante del shôjo, de la aventura y de las historietas principescas.

Ilustración de la princesa Matsurika y Raju, protagonistas de La princesa secuestrada del Mar Azul.

Daniel Rodríguez (208 Posts)

Profesor de Geografía e Historia. Graduado en Historia del Arte en la Universidad de Oviedo, con un Máster Universitario en Estudios en Asia Oriental cursado en la Universidad de Salamanca y otro Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional en la Universidad de Oviedo. Ha trabajado para el Museo Arqueológico de Asturias, la sala de exposiciones LAUDEO, la Universidad de Salamana, Satori Ediciones y la Academia Formación Sagan.