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Marco Polo y el Libro de las cosas maravillosas. (II) – Revista Ecos de AsiaRevista Ecos de Asia
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This article was written on 16 Jun 2014, and is filled under Literatura.

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Marco Polo y el Libro de las cosas maravillosas. (II)

La intención de Marco Polo en El libro de las maravillas es la de presentar el conjunto del mundo, localizar y describir la totalidad de los elementos que la visión del mundo de su época contiene, incluidos los elementos legendarios que, como tales, no se distinguen de los elementos reales. Simplemente, forman parte del mundo desconocido, no explorado.

Libro de las cosas maravillosas, Marco Polo.

Libro de las cosas maravillosas, Marco Polo.

Marco Polo narró parte de su testimonio a su compañero Rustichello de Pisa mientras estaba en la cárcel. El objetivo era transmitir las maravillas que había visto durante su viaje en Asia al mundo occidental. La obra no iba destinada a una academia cualquiera como el informe de una expedición científica. Su pretensión era la diversión de los nobles que lo leyeran y la edificación de los burgueses que pudieran igualmente documentarse sobre el origen de los productos y las mercancías que les interesaran. Es por ello por lo que esto implica una obra relativamente corta, agradable de leer, donde se alternen los distintos temas para no aburrir al lector.

Fue inicialmente acogido con mucho escepticismo, ya que su sociedad se veía escandalizada por sus innovaciones.

Realiza una descripción de todo aquello que encuentra en su viaje: ciudades, provincias, cultura, gentes, leyendas,… acompañando el texto de cierta reivindicación cristiana (pues habla de milagros).  Muestra una gran fascinación por todo aquello que narra, y aunque insiste en la objetividad de su relato, lo cierto es que en ciertos momentos se deja influenciar por su imaginación, exagerando ciertos aspectos de su testimonio. Un ejemplo de ello lo proporciona la descripción que realiza de los territorios septentrionales (Siberia occidental), cuyo relato, a medio camino entre la realidad y la fantasía, está lleno de información sobre el territorio:

En el norte hay un rey llamado Kaunchi. Los de allí son tártaros, todos ellos muy salvajes. (…) Son muchísimos, y viven de leche, ganado y carne; no disponen de cereales. Nunca guerrean con nadie, viviendo siempre en perfecta paz. Tiene muchos animales, entre los que se cuentan osos completamente blancos y con un tamaño de veinte palmos, zorros completamente negros y gran cantidad de asnos silvestres. Tienen también martas cibelinas de las que se obtienen finas y caras pieles, hasta el punto de que un abrigo puede costar hasta mil besantes. Visones tienen muchos.

A este rey pertenece una región a la que no se puede llegar a caballo, debido a la existencia de grandes lagos, numerosas fuentes y tanto hielo que imposibilitan el paso de esos animales. Tiene una extensión este difícil territorio de trece jornadas; después de cada jornada se encuentra una posta donde se alojan los mensajeros que por allí transitan; y en cada posta hay cuarenta perros que transportan a los mensajeros de una a otra. Este territorio se encuentra entre dos cordilleras, en medio de las cuales hay un valle con tanto fango y hielo que ningún caballo podría atravesarlo.”[1]

Al mismo tiempo parte de los datos aportados por Marco Polo es corroborada por fuentes chinas, mongolas y persas. Se trata principalmente de datos históricos, geográficos o administrativos, referidos estos últimos a la corte y actividades públicas en China. Estos datos aportados por el viajero, cuya fiabilidad, excluidas algunas confusiones en las fechas y relaciones entre personajes, está probada, constituyen una fuente tan exacta como viva para el lector que no tenga el placer de zambullirse en los textos originales. A veces incluso completan la información de las fuentes locales, como en el caso de la descripción del palacio del Gran Khan, de cierto sucesos de los que Marco Polo debió de ser testigo, como el asesinato del ministro de Finanzas de Kublai Khan, o de lugares cuyas fuentes escritas no se remontan hasta esta época, por ejemplo los reinos de Sumatra, y en este sentido constituyen una fuente original.

El resto, cuantitativamente y cualitativamente la mayor parte del texto, es una información única en su género sobre las actividades y la vida cotidiana de los pueblos visitados, sus costumbres de vestido, alimentación, sexuales, funerarias, religiosas, con noticias sobre los bienes producidos y, más allá, sobre la flora y fauna de los países recorridos. Este aspecto del texto, sin duda el más interesante ya que nos enseña cosas que no conocemos por otros conductos, es el menos estudiado. Los comentaristas de Marco Polo se han dedicado principalmente a la verificación de los elementos históricos y geográficos del texto. Así pues, la mayor parte del enorme trabajo realizado sirve para demostrar la concordancia de sus elementos con las fuentes existentes, dejando de lado la explotación del material original contenido en el relato.

Imagen de la serie Marco Polo (1982, Giuliano Montaldo).

Imagen de la serie Marco Polo (1982, Giuliano Montaldo).

A lo largo de su libro, Marco Polo exhibe grandes cualidades de observación, documentación y precisión. No hace falta por ello abundar demasiado en estos aspectos. El texto mismo se basta para probarlo.

Por el contrario encontramos en el texto ciertos elementos legendarios que, aun siendo marginales, ocupan un lugar particular que requiere explicaciones. Hay que tener en cuenta entre otros el peso del contexto político e ideológico en el que se mueve. Un ejemplo de ello son los milagros que narra destinados a probar la superioridad de la fe cristiana, así como las leyendas apocalípticas. Marco Polo en este aspecto se presenta no solo como individuo, sino como representante de Occidente. No realiza la labor de un geógrafo de lo legendario, sino que utiliza su espíritu crítico para refutar una leyenda cuando ello es posible.

Hay que tener en cuenta para concluir, que el texto que actualmente poseemos es muy corto si se considera que cubre un cuarto de siglo de peregrinaciones por la mayor parte de Asia. Implica pues una selección hecha por el autor sobre un material necesariamente más amplio.

Para saber más:

  • Polo, Marco, Libro de las cosas maravillosas (edición de Manuel Carrera Díaz), Madrid, Cátedra, 2008.

Notas:

[1] Polo, Marco, Libro de las cosas maravillosas (edición de Manuel Carrera Díaz), Madrid, Cátedra, 2008, pp. 342-343.

avatar Ana Asión (41 Posts)

Ana Asión Suñer (Zaragoza, 1989). Doctora en Historia del Arte, Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte, Gestión del Patrimonio Cultural y Profesorado por la Universidad de Zaragoza. Su tesis doctoral aborda las especificidades del cine español durante la década de los setenta, y sus líneas de investigación se centran en el ámbito cinematográfico y la historia contemporánea. Ha realizado múltiples aportaciones a la materia, desde publicaciones hasta conferencias en congresos nacionales e internacionales.


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