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El mundo de los yôkai femeninos: Su historia y representaciones – Revista Ecos de AsiaRevista Ecos de Asia
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El mundo de los yôkai femeninos: Su historia y representaciones

Cuando pensamos en el mundo de los yôkai nos vienen a la cabeza esos seres fantasmagóricos tan característicos del folclore japonés, con forma animal, humana o una mezcla de ambos, y que tanto llaman la atención. Dentro de este aspecto sería interesante mencionar el mundo femenino, debido a que existe un gran número de fantasmas y/o mujeres demonio que ya atemorizaban en el antiguo Japón.

Estos espíritus femeninos solían estar catalogados bajo una temática común, la transgresión: solían ahuyentar a los esposos mujeriegos o estar relacionadas con hijos asesinados o con la vergüenza familiar. Tenían habitualmente una idea principal, la venganza, la cual mostraban de diferentes maneras: matando, asustando o viendo simplemente cómo sufrían o fallecían las personas que las hicieron sufrir.

Por lo tanto, vamos a ver a lo largo de una serie de artículos la gran cantidad de personajes femeninos que se engloban dentro del imaginario japonés en este sentido, cuáles son sus historias y qué las suele caracterizar.

La historia de Oiwa

Oiwa es uno de los yôkai más conocidos dentro de este universo. La historia de esta fantasma se podría remontar al año 1825, la cual fue escrita por Tsuruya Nanboku IV como adaptación para una obra de teatro kabuki, cuyo título original era el de Tôkaidô Yotsuya Kaidan (東海道四谷怪談). La obra fue representada en julio de ese año en el Teatro Nakamuraza,[1] uno de los más importantes de Edo, junto a la obra Kanadehon Chushingura,[2]durante dos días de representación, aunque la obra fue un éxito total, por lo que tuvo que ampliarse unos días más.

Representación de una de las escenas de Yotsuya Kaidan (Fuente: Historia Samurái)

Esta historia, al igual que en muchas otras del mundo yôkai, combina algunos aspectos como la traición, el asesinato y la venganza, como características principales. La leyenda se centra en una mujer llamada Oiwa, la cual estaba casada con un samurái llamado Iemon. No eran un matrimonio feliz, sobre todo por el carácter de él. Ella decidió abandonar a su marido debido a tal desgracia y regresar con su familia, algo que no gustó a Iemon, que la persiguió. Fue detenido por el padre de ella, Yotsuya Samon, quien le exigió que se divorciará de su hija ante tal situación. Iemon le asesinó con su espada y mintió a Oiwa diciendo que un extraño había sido el asesino de su padre.

Tiempo después, fueron padres de un niño, aunque Oiwa cayó enferma al dar a luz. Junto a su casa vivía un médico de reputado prestigio llamado Itô Kihei, junto a su nieta Oume, que se sintió atraída por Iemon. Ambos conspiraron para que Oume se casara con el samurái, envenenando a Oiwa con un veneno que la desfiguró el rostro. Iemon, disgustado por el nuevo rostro de su mujer, quería dejarla para casarse con Oume, aunque necesitaba una razón que fuese legítima para el divorcio. El samurái contrató a un amigo, Takuetsu, para que violara a Oiwa y poder acusarla de infidelidad, aunque este fue incapaz de hacerlo. Takuetsu explicó a Oiwa qué había sucedido y la enseñó un espejo. Ella, horrorizada al ver su rostro y viendo que la pomada,que supuestamente la había recetado el médico, no la estaba curando y en el fondo era un veneno, enloqueció y se acabó suicidando cortándose la garganta.

Escena de la metamorfosis de Oiwa (Fuente: Historia Samurái)

El cuerpo fue descubierto al día siguiente por un sirviente llamado Kohei, quien le contó a Iemon lo sucedido, a lo que se puso muy contento, no sin antes matar al sirviente debido a que empezó a sospechar tras su reacción. Cogió ambos cuerpos fallecidos y los clavó en una tabla de madera lanzándolos al rio Kanda. El samurái se inventó la historia de que ambos habían tenido un romance, por lo que tuvo la excusa perfecta para casarse con Oume.

Oiwa antes de suicidarse había maldecido a su marido, y no tardó en surgir efecto. En la primera noche que Iemon pasó con Oume, él empezó a notar la presencia de Oiwa cerca, viendo su horrible y desfigurado rostro a mitad de la noche. Atacó el fantasma de Oiwa, aunque unos minutos después se dio cuenta de que no era la verdadera y que en realidad había herido a su esposa Oume, quien falleció al instante. Al acudir en busca de la ayuda de su suegro, el médico Itô, se le apareció el fantasma del sirviente Kohei, al que atacó también con su espada, pero al igual que con Oiwa, Iemon se dio cuenta de que era producto de una ilusión y que realmente había asesinado al médico, cuyo cuerpo muerto se encontraba en el suelo.

The Ghost of Oiwa and Kamiya Iemon – Edo Tokyo Museum, Utagawa Kuniyoshi

Iemon huyó despavorido ante tal escena, siendo perseguido por Oiwa donde quiera que fuese. Intentó refugiarse en las montañas más cercanas, escondiéndose en una cueva, aunque el onryô[3]de Oiwa lo seguía a cualquier lugar. Iemon acabó enloqueciendo ante tal situación, viendo el fantasma incluso en los farolillos de papel, por lo que Oiwa consiguió su venganza.

Oiwa, uno de los iconos del terror japonés

Desde que se estrenó la obra kabuki, la leyenda que engloba al personaje de Oiwa es de tal calibre que desde un primer momento se fue comentando que una serie de desgracias, como enfermedades o muertes, persiguieron al reparto de la obra. Esto ha dado lugar a una tradición por la que cualquier equipo de rodaje, técnico, dibujante o escritor debe acudir al barrio de Yotsuya, a la tumba de una tal Oiwa (que falleció en el año 1636 y de quien se dice que es la mujer real que inspiró a Tsuruya Nanboku para crear a la protagonista de esta historia), para pedirle permiso a la hora de tratar su historia. No está mal recordar que ha sido versionada en numerosas ocasiones a lo largo de sus casi doscientos años de historia.

A nivel cinematográfico, la historia cuenta con más de media centena de adaptaciones, las cuales, en ocasiones, han ido modificando la historia en algunos aspectos, sin llegar a cambiar su esencia. Aunque es difícil conocer el número exacto de las mismas debido a que una gran cantidad de películas japonesas fueron destruidas por los bombardeos durante la segunda guerra mundial, se sabe que la primera adaptación fue realizada en el año 1912 y que durante las siguientes décadas fue filmada en numerosas ocasiones. Se podrían mencionar aquí las adaptaciones de Shinpan Yotsuya Kaidan, realizada por Itoi Daisuke y estrenada el 6 de julio de 1928, o Yotsuya Kaidan I y II, realizadas por el director Kinoshita Keisuke, del año 1949. Sin duda, la adaptación más importante fue la realizada en el año 1959, titulada Tôkaidô Yotsuya Kaidan, dirigida por Nobuo Nakagawa, y con una duración de setenta y seis minutos. La película se incluye dentro de la tendencia de películas de terror japonesas de los años cincuenta y sesenta, en la que hubo muchas historias de fantasmas, codicia y asuntos matrimoniales, involucrando casi siempre a antiguos samuráis, por lo que la historia de Oiwa encajaba a la perfección.

Cartel promocional de la película The ghost of Yotsuya, de Nobuo Nakagawa, 1959

Otras versiones conocidas serían la de 1965, dirigida por Shiro Toyoda y que lleva por título Ilusión de Sangre, o la de 1994, por parte del director Kinji Fukasaku y titulada La cima de la traición, en la cual se vuelve a las raíces de la obra kabuki, ya que combina la historia de Oiwa con el Chûshingura, como en el día que se estrenó.

Especial mención se tiene que dar a la influencia que la historia de Oiwa tiene en la película Ringu, comúnmente conocida como The ring en EEUU o El círculo, en España, dirigida por el gran Hideo Nakata. Es evidente que Sadako Yamamura, la protagonista ficticia de la película, es un claro tributo al personaje de Oiwa, debido a que en la escena final tiene la apariencia del cabello en cascada, con su ojo caído y el rostro desfigurado.

Comparación entre Sadako, en la película The ring, y Oiwa (Fuente: Historia Samurái)

Habría que hacer también mención a la importancia que tuvo esta historia como temática en la estampa ukiyo-e. Su nivel de popularidad fue tal que se convirtió en uno de los temas preferidos de los artistas del momento. El mismo año de su estreno como obra de teatro kabuki, el grabador Shunkosai Hokushu realizó la obra El fantasma de Oiwa. Es una temática representada por otros artistas como Yoshitoshi, Kunisada o Kuniyoshi, aunque quizá la imagen más conocida sería la realizada por Shunkosai Hokuei, titulada La linterna-fantasma de Oiwa, donde aparece el fantasma saliendo de una linterna mientras que Iemon saca su espada al verla aparecer.

El fantasma de Oiwa, Utagawa Kuniyoshi

Como se puede ver, estamos ante una de las más famosas historias de fantasmas japonesas de todos los tiempos, debido a la gran cantidad de adaptaciones y representaciones que se le han dado para algunos formatos como el cine, la televisión, la novela o el grabado. Por todo ello, su nivel de popularidad sigue siendo muy alto, ya que sigue y seguirá influyendo en el actual mundo de terror japonés.

Para saber más:

Notas:

[1] Era uno de los tres teatros más importantes de Edo, junto a los de Morita-za e Ichimura-za. También uno de los más antiguos, ya que se fundó en el año 1624.

[2] Es la conocida historia de los leales 47 rônin.

[3]  Es el nombre típico que se le da al fantasma japonés que vuelve al mundo real en busca de venganza. Alcanzaron una gran popularidad durante el periodo Edo, sobre todo en representaciones de teatro.

avatar David Díez (16 Posts)

Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Valladolid, japonólogo. Ponente y colaborador en el Congreso Internacional España-Japón "Arte-Hoy". Máster en Europa y el Mundo Atlántico. Poder, Cultura y Sociedad en la misma universidad. Con ideas de futuro para realizar una Tesis doctoral sobre el arte y la cultura japonesa.


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