Mediante el siguiente artículo queremos aproximarnos a la que posiblemente sea la creación más exquisita en lo que se refiere a casas de muñecas, y este es el caso del Palacio de las hadas de Colleen Moore, donde podemos encontrar un total de once estancias llenas de detalle con una evidente presencia de Oriente a través de distintos objetos y relatos a los que se hace alusión.
En cuanto a la figura de Colleen Moore, se trata de una famosa actriz de cine mudo que desde su más tierna infancia mostró un especial interés en las miniaturas y las casas de muñecas, partiendo de una primera creación a manos de su padre en una cajetilla de cigarros. No obstante, su afán coleccionista culmina en el año 1928 momento en el que inicia el proyecto que comentamos en este texto, la casa de muñecas de sus sueños. Para la creación de la misma contó con la ayuda de multitud de nombres propios entre los que podemos destacar algunos ejemplos: Horace Jackson fue el creador principal de lo que vendría a ser la planta y el alzado, persiguiendo una imagen de fantasía que a cualquier espectador le remitiese inmediatamente a un castillo encantado; Harold Grieve, un reputado decorador de interiores responsable del interior de los hogares de distintas estrellas de Hollywood del momento, fue el responsable de la decoración interior, Clifford Roth fue el responsable del sistema eléctrico que recorre todo el palacio y que también permite la circulación de agua hacia estancias como los dos baños y el jardín, y Helga Brabon, la encargada del tratamiento del cristal de las ventanas y decoraciones al interior. Estos son sólo algunos nombres a tener en cuenta, una pequeña parte de un gran equipo compuesto por más de cien personas que trabajó bajo la supervisión de Moore para llevar a cabo este magnífico castillo.
Cabe destacar que en torno a 1935, una vez terminado, se organizó un tour por distintas ciudades de Estados Unidos con el fin de exhibir este castillo al público, destacando hitos como su presencia en galerías de la talla de Macy’s en Nueva York, Los Ángeles… El dinero recaudado a través de estas muestras fue donado por Moore a la beneficencia, fundamentalmente a causas relacionadas con la infancia.
A día de hoy esta pieza se encuentra en el Museum of Science + Industry de Chicago. Es una creación inmensa de casi dos metros que cuenta con dos módulos principales bastante sólidos en los que se disponen las distintas estancias, rodeados por distintos torreones de planta circular, algunos de los cuales cuentan con una escalera en su interior que permitiría el ascenso hasta la parte superior del mismo. Entre los dos módulos destaca un jardín vegetal con toda una serie de elementos a modo de adorno, como la carroza de Cenicienta o una fuente a la que volveremos después. Los principales materiales en los que está fabricado son aluminio y cobre, aunque al exterior destaca el tratamiento de la fachada como si de piedra se tratara, y lo mismo se puede decir de las estancias interiores y los distintos muros. A lo largo de las once habitaciones que comentaremos en este artículo se encuentran más de mil quinientos objetos, todos ellos de una manufactura exquisita, pertenecientes a diversos períodos de tiempo.
Partimos del Gran Recibidor, que ocupa uno de los módulos que comentábamos antes. Se accede al mismo desde el jardín, por un arco de supuesta piedra sobre el que se disponen las imágenes de Aladdín y el genio de la lámpara. Al interior encontramos un espacio bastante amplio, repleto de cuadros que remiten a historias y cuentos, lo que se complementa con los motivos grabados sobre las puertas y techos. Si algo llama la atención de esta estancia es la escalera que lleva al piso superior, con un tratamiento muy fluido, como si se tratara de una forma vegetal, imagen que se ve apoyada por los grabados en la ventana, ambos elementos nos remiten al Art Nouveau. Aquí podemos encontrar una espléndida colección de instrumentos musicales en miniatura que fueron llevados a cabo por artistas japoneses, aunque desconocemos la identidad de los mismos, denotan una gran minuciosidad y realismo a la hora de llevar a cabo dichos trabajos.
A uno de los lados de este recibidos se encuentra el Salón de Dibujo de Cenicienta, con un lateral prácticamente abierto al exterior. Llama la atención no sólo la presencia de un pequeño piano o los murales de la pared que aluden directamente al cuento, sino que en este caso queremos mencionar el tratamiento del suelo, de cuarzo rosa y jade procedente de China. En esta misma línea, debemos mencionar un par de vasijas que se encuentran flanqueando la puerta que da paso al recibidor. Son dos piezas de ámbar originarias de China, pertenecieron a la emperatriz viuda Cixí (1835-1908) y tienen más de quinientos años de antigüedad. Este es uno de los detalles que ponen de relieve el valor de esta creación, donde no sólo encontramos elementos contemporáneos a su construcción, sino que se pone un especial énfasis en la decoración de la misma, contando con piezas exclusivas y de gran valor.
La cocina y el comedor son dos estancias que se encuentran unidas y en ambas, además de los elementos correspondientes a la naturaleza de estas estancias, podemos encontrar dos temáticas concretas. En el caso de la cocina, las paredes se llenan de ilustraciones que aluden a relatos populares como puede ser el caso de Los tres cerditos; el horno en sí mismo se identifica con el mismo en el que la bruja quemó a Hansel y Gretel. En el comedor encontramos una enorme mesa redonda de madera que bien podría ser la misma en la que se sentaban los caballeros propios de las leyendas artúricas. A este respecto, en estas dos habitaciones no encontramos objetos que nos remiten a Oriente. Lo mismo ocurre en el caso de la biblioteca, que se centra en motivos marinos con montones de libros en miniatura manuscritos a mano o la capilla; no obstante esta última nos resulta interesante porque la estancia que da paso a la misma cuenta con una pintura en la que se representa una escena de Alí Babá y los cuarenta ladrones, decorada con brillantes y joyas incrustadas sobre la misma.
Las habitaciones del piso superior de la casa son los dormitorios y los baños privados del príncipe y la princesa, al igual que ocurre en los casos anteriores, nos vamos a encontrar un especial detalle en el tratamiento de las miniaturas y muebles, así como bastantes alusiones a diferentes cuentos y leyendas de carácter popular. Si bien, y atendiendo a la presencia de influencias orientales, vamos a centrarnos, sobre todo, en las estancias del príncipe. En el caso del dormitorio, está inspirado por la historia del pequeño zar de Rusia, Saltar, que se puede ver grabada en el mobiliario, no obstante, podemos encontrar también unas arquetas de oro procedentes de China, en cuya superficie se representan fieros dragones de líneas sinuosas que nos remiten al imaginario chino. En el baño también nos vamos a encontrar piezas de oro, esta vez de origen japonés, así como dos estatuillas de turquesa cuya iconografía y tratamiento nos puede remitir a India.
Una vez vistas las estancias, para terminar, ya nos hemos referido brevemente al cuidado jardín, en cuyo centro destaca una fuente que por su tratamiento parece un estanque redondeado con bordes de piedra y bastante vegetación, como si se tratara de un pequeño estanque en pleno jardín japonés, un contraste bastante interesante si tenemos en cuenta el resto de objetos que lo rodean así como el propio tratamiento de la arquitectura del palacio.
Así, hemos llevado a cabo un pequeño recorrido por esta particular casa de muñecas, hecha para ser habitada por seres de cuento así como para deleitar a los espectadores que la contemplan, con un diseño de leyenda y un cuidado en cada uno de los detalles que, sin embargo, rozan el realismo más absoluto.
Para saber más: