La exposición Forms of Devotion: Arte y espiritualidad en la India de Hoy ha sido planteada como un proyecto de arte multidimensional situado en torno a la noción sobre lo que es el espíritu y la devoción religiosa en un país como la India. Ha tenido lugar desde el día 2 hasta el 25 de septiembre en la Sala de Exposiciones de la iglesia de las Francesas de Valladolid, incluyendo más de cien obras de una diversidad de artistas contemporáneos de nacionalidad india, seleccionadas estas entre las más de mil seiscientas obras que pertenecen a la colección del MOSA (Museum of Sacred Arts) situado en Radhadesh, Durbuy, a unos cien kilómetros de Bruselas.
Forms of Devotion fue comisariada por Archana B. Sapra, consultora de arte independiente y arquitecta, así como por Sushma K. Bahl, antigua directora del departamento de Arte y Cultura del British Council de la India, quien comentó lo siguiente:
La exposición gira entorno a la noción de lo espiritual y devocional con una gran variedad de estilos y tradiciones artísticas que dialogan entre sí desde una mirada actual, de forma que se reflejan la diversidad de regiones y realidades de la India de hoy y con un sustrato común como es la exploración de la espiritualidad y lo divino.[1]
La muestra no deja de ser el broche perfecto a las buenas relaciones y actividades que han mantenido este año España y la India en el 60 aniversario de sus relaciones internacionales. Una exposición que se divide en tres secciones diferenciadas: la primera, la denominada “conjunto ecléctico”, incluye obras de arte que en consonancia con el juego elemental y natural de discretas representaciones abstractas pasando por algunos símbolos tántricos de gran belleza. Este conjunto invocaría la paz y la serenidad propias del ambiente zen, así como una fe y una devoción hacia el minimalismo, donde la naturaleza se impone junto con la astronomía y la astrología a través del arte.
Una de las obras más importantes de esta sección es la titulada Vishwarupa, del artista Manish Soni y realizada en el 2013. Es precisamente la obra que se ve nada más entrar en la exposición y muestra a uno de los iconos religiosos más importantes de la mitología india, representada como forma universal de diversas formas. La revelación como forma humana, al igual que como en esta obra, contiene un universo entero en el interior de este icono. Aquí la diosa aparece representada con un gran número de ojos, caras, bocas y diversas partes de su cuerpo. El cielo que cubriría la parte superior de la representación haría referencia a la figura de los cuatro Vedas[2] y las imágenes de la parte inferior al inframundo. A la composición se le añaden otros elementos relacionados con la flora y la fauna.
Llaman la atención en esta primera sección unas láminas de plata montadas sobre madera que representan las diez versiones distintas del dios Visnú. Están realizadas por un colectivo de artistas del estado indio de Rajastán, y están talladas en bajorrelieve con una capa de lámina de plata sobre la superficie. Son del año 1980, y muestran las distintas encarnaciones de Visnú: Matsya, Kurma, Varaha, Narashima, Vamana, Parashurama, Rama, Krishna, Buda y Kalki, respectivamente, cuando restaura el universo y ordena el mundo, por lo cual es considerado el dios de la protección.
Por lo tanto, en este apartado predominan los símbolos tántricos que resuenan con la mística india, haciendo presentes en una variedad de piezas de pintura, escultura, vídeo o símbolos abstractos.
La segunda de las secciones de la exposición es la titulada “Mito y magia”. Una idea, imagen o forma externa siempre harían referencia en lo esencial a la facultad de la imaginación. Las obras de este apartado, así, remiten al concepto de un poder sobrenatural, con una parte real y una parte imaginada. Se presentan ídolos como si fueran héroes, sabios, siempre realizando actos divinos que van más alla de los simples mortales (lo que también se denomina como lilas). Todo se basa en las fábulas indias, tanto antiguas como nuevas, que son recreadas de esta forma en el arte. A través de su contemplación, dichos trabajos tienden a ser una experiencia inspiradora en el alma de artistas, devotos y espectadores.
Una de las piezas más bellas dentro de este apartado es la representación hindú del dios Balaji o Venkateshvara, de autor desconocido, realizada en 1990. En esta obra aparece representado, de forma simbólica, dentro del famoso estilo indio Tanjore,[3] con colores brillantes y llamativos y sobre todo incrustaciones de oro, que magnifican la pieza. El ídolo religioso en este caso queda encuadrado dentro de un marco, y la pieza está adornada por una serie de guirnaldas de flores. El retrato fue asimismo engalanado con un sinfín de joyas.
Llamativa es también una escultura realizada por Seema Kohli, del año 2015, y que representa a Krishna, que según la mitología india fue un pastor que creció dentro de una comunidad que vivía en Vrindavan.[4] Es conocido por el cuidado de muchas vacas, como la famosa vaca Surabhi, fortaleciendo así las relaciones entre humano y animal. También participó en la danza divina conocida como Rasa lila, con las golpis (doncellas de aldea), tal y como aparecen en las representaciones pintadas que completan la escultura de dicha vaca.
El último de estos tres apartados de la exposición sería el llamado “Sagrado secular”, donde se presentan en una interminable variedad de escalas y expresiones artísticas, una serie de mundos interactivos dentro de otros mundos. Dicho apartado muestra la diversidad cultural y religiosa existente en el país indio, pleno de filosofías sobre el ascetismo y la abstinencia por un lado, así como de la sexualidad y los placeres de la vida por el otro. Se destaca el respeto que se da a las diosas en este país, aunque también se habla de otros temas como de los prejuicios de género, o de otros más cotidianos como el reciclaje, el almacenamiento o la conservación.
En este apartado final predominan las imágenes fotográficas. Una de las más representativas es Devota en el templo dorado, fotografía realizada por Dinesh Khanna en 2010. En ella representa a una devota en el Harmandir Sahib, literalmente traducido como “Templo de Dios” y conocido como “Templo dorado” debido a que gran parte de su estructura superior está cubierta con oro real. La devota, que tiene las manos entrelazadas en posición de rezo se encuentra bajo el llamado Sarovar o piscina sagrada, dentro del complejo de dicho templo. Se considera que el agua de la piscina es sagrada debido a que los fieles devotos la tratan como si fuera un amrit, es decir, el néctar que otorga la inmortalidad al ser humano.
A destacar también en este apartado que cierra la exposición el Kavad de madera realizado por Vinay Sharma, del año 2014, y que lleva por título Bygone History. El Kavad tiene una forma tridimensional y sirve como templo portátil para contar historias en la tradición hindú. Se le conoce también como «caja de dios» y es muy popular en la mencionada Rajastán. Cuando la caja se abre, se despliega y revela episodios de una historia en concreto; a menudo sobre mitología y personajes divinos. La revelación de estos Kavad viene acompañada de cantos y música. Esta forma de arte antiguo sigue practicándose en algunas zonas de la India de hoy en día.
Lo sagrado y lo secular se abordarían, así, en este aspecto desde diferentes ángulos y perspectivas en el llamado artscape (el arte como aproximación al paisaje contemporáneo).
Forms of Devotion es una exposición que muestra, por lo tanto, una diversidad de estilos y tradiciones artísticas indias que dialogan entre sí mezclando la mirada actual contemporánea con los retazos del pasado, y reflejando una serie de realidades que muestran la espiritualidad y lo divino a través de diferentes pinturas, esculturas y fotografías.
Notas:
[1] Disponible aquí.
[2] Los Vedas son los cuatro textos más antiguos de la literatura india.
[3] La pintura Tanjore se caracteriza por ser pinturas tradicionales indias revestidas con piedras preciosas y oro, de más de seiscientos años de existencia.
[4] Localidad del distrito de Mathurá, al norte de la India.