En enero de este año llegó a las librerías españolas una de las apuestas fuertes de Dibbuks, Vidas ocupadas, obra del historietista José Pablo García (Málaga, 1982), que disfruta ahora de una buena acogida gracias a obras como Las aventuras de Joselito (2015) y La Guerra Civil española (2016), adaptación del famoso libro de Paul Preston. Subtitulada “Un viaje palestino de Nablus a Gaza”, narra el viaje de diez días que el autor realizó por Jerusalén y Palestina de la mano de la ONG Acción Contra el Hambre, que lleva más de diez años operando en la región y que fue la principal impulsora –y beneficiaria- de la obra.[1]
Para aquellos que disfrutan del cómic como elemento documental –o en general, para cualquier aficionado a este género-, la temática de la obra sin duda recordará a los grandes clásicos ambientados en la región, como Palestina (2002) y Notas a pie de Gaza (2010), del maltés Joe Sacco, o las más humorísticas Crónicas de Jerusalén (2011), del canadiense Guy Delisle, de los que el malagueño dice haber pretendido alejarse.[2]
El resultado es un cómic mucho menos personal y subjetivo, producto de un viaje y una inmersión que fue no solo mucho más corta, sino que estuvo asimismo condicionada por las actividades y posiciones de la ONG, que denuncia los abusos que ejercen las autoridades israelíes en muchas de las zonas de Palestina (especialmente, en la llamada Área C y en el bloqueo a la franja de Gaza, del que se cumplen ya diez años).[3]
Según relataba el autor, el cómic relata el choque cultural que sufre un occidental –especialmente, en los lugares en los que el turismo es inexistente-, a lo que era complicado añadir el tono testimonial y documental, que es lo que hace verdaderamente valiosa a esta obra. En ella, no se narra un viaje o una vivencia excesivamente original,[4] pero la obra resulta particularmente interesante por dos cuestiones principales.
Por una parte, se diferencia de otros proyectos que hacen hincapié en la violencia que acontece en la zona, y que desatienden los verdaderos problemas cotidianos de buena parte de la población, como el acceso al agua,[5] las constantes demoliciones que sufren sus construcciones más básicas o las desigualdades generadas por los colonos israelíes.
“Todo lo bueno que allí se hace pasa desapercibido, se omite totalmente. Tenemos una idea totalmente distorsionada de los palestinos, porque los presentan como terroristas o bien como víctimas de Israel” – explicaba el autor en una entrevista.[6]
Por otra parte, resulta admirable la gran cantidad de información –actualizada, lo que la convierte en un valor seguro frente a las obras de Sacco y Delisle- que García logra reunir y exponer en unas pocas páginas, acompañándose de mapas y gráficos, y construyendo lo que, sin duda, podría ser “una guía de iniciación sobre el conflicto, combinada con mi propia experiencia personal”.[7] A pesar de que el autor afirmaba también que la ocupación en Palestina es “un problema demasiado grande para que yo pueda reflejarlo en una historieta de tan pocas páginas”,[8] su obra podría estar destinada a convertirse en uno de los nuevos y veraces exponentes sobre los problemas de la ocupación israelí y la vida diaria en Palestina, y por su lenguaje sencillo y claridad expositiva, no tendría que tener problemas en calar en el grueso de la población, esté ésta familiarizada o no con el conflicto.
Para saber más:
Notas:
[1] Acción Contra el Hambre es una Organización Internacional de carácter no gubernamental, creada en 1979 en Francia. Desde 2002, trabaja en el Territorio Palestino Ocupado –con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional-, ayudando a más de medio millón de personas a acceder al agua y al saneamiento básico. Especialmente, trabajan con comunidades palestinas y beduinas de la zona de Hebrón, con proyectos de agricultura, cooperativas femeninas, granjas demostrativas, etc. Más cifras y datos sobre la precariedad humanitaria en Palestina pueden consultarse en el siguiente enlace.
[2] Entrevista al autor en el programa Coordenadas, de Radio Nacional de España, 31 de enero de 2017, disponible aquí.
[3] Según Acción Contra el Hambre, Gaza todavía no logra reponerse de la última ofensiva militar israelí, sufrida hace diez años. Todavía no se han reconstruido los millares de edificios destruidos – incluyendo las escuelas y hospitales-, y el bloqueo afecta a la economía de la región, especialmente a la agricultura y a la pesca, lo que ha provocado que el 80% de la población dependa de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
[4] En las 88 páginas de la obra, los protagonistas visitan las zonas de Jerusalén, Hebrón, Yata, Susiya, Um al-Kher, Belén, Jabal al-Baba, Abu Nuwar, Ramala, Nablus y Gaza.
[5] El acceso al agua es uno de los principales problemas de Palestina. En Gaza, casi todo el acuífero está contaminado y sobreexplotado, y la población depende del agua desalinizada y en Cisjordania, hay más de 100.000 personas que no están conectadas a la red de agua; a pesar de que las familias gastan la tercera parte de su sueldo en bidones de agua, la mayoría de comunidades no llegan a los mínimos recomendados por la OMS; en territorio israelí, el consumo de agua per cápita es hasta diez veces mayor.
[6] Entrevista al autor en el programa Coordenadas, op. cit.
[7] Entrevista al autor en el programa Coordenadas, op. cit.
[8] Entrevista al autor en el programa Coordenadas, op. cit.