La figura de Osamu Tezuka ha ejercido siempre una cierta fascinación sobre los aficionados al manga. En nuestro país, Tezuka ha sido uno de los autores clásicos que mejor ha calado en las últimas décadas, desde que el manga comenzase a hacerse un hueco en las librerías. Aunque en la actualidad exista una cierta tendencia hacia el “aperturismo” (la búsqueda de títulos y autores diferentes, tanto clásicos como contemporáneos, nuevos públicos con gustos más variados), lo cierto es que Osamu Tezuka es un autor muy celebrado y editado en nuestro país. Son varias las editoriales que se han interesado por las obras del dios del manga,[1] aunque sin duda Planeta ha sido una de las que más apostado por este autor.[2]
En el pasado Salón del Manga de Barcelona, uno de los grandes anuncios de Planeta fue el inicio de una Biblioteca Tezuka, que estaría formada por La princesa caballero, Black Jack, Astroboy y una Antología con historias cortas, además dejaba la puerta abierta a posibles ampliaciones. Esta primavera, Planeta ha comenzado la publicación de esta Biblioteca, publicando el primer tomo de los ocho que compondrán Black Jack y editando la Antología, un tomo único con cuatro historias.
En la Antología se incluyen La nueva isla del tesoro, Lost World, Metrópolis y Next World, cuatro títulos que en su momento también publicó Glénat y que en la actualidad se encontraban completamente descatalogados y muy difíciles de conseguir.[3] Por ello, esta recuperación tiene un valor añadido, volviendo a acercar títulos que han sido muy mitificados pero no tan conocidos.
Así pues, la Antología recoge las que posiblemente sean las obras de juventud más destacadas de Osamu Tezuka.[4] Casi todas ellas se publicaron en la década de 1940,[5] con excepción de Next World, que salió en 1951. De esta forma, ofrecen una panorámica sobre los prometedores inicios de un mangaka cuyo talento e influencia le valió el sobrenombre de dios del manga, un epíteto que, pese a ser exagerado, resume el impacto que un artista tan prolífico y hábil tuvo en la configuración de un medio que en aquellas fechas todavía se estaba forjando.
Sobre las cuatro historias se han escrito ríos de tinta y quizás una breve reseña no sea el espacio adecuado para abordarlas en profundidad, aunque si algún rasgo podemos destacar es su modernidad. Tezuka evidencia una capacidad narrativa y una comprensión del medio que no solamente sigue vigente, sino que en algunos aspectos puede seguir resultando innovadora.
Además de estas cuatro historias, el tomo Antología se completa con dos pequeños extras textuales que contribuyen a contextualizar el contenido y a enriquecer notablemente el conjunto. El primero de estos extras es El diario de mi debut, un texto con algunas ilustraciones realizado por el propio Tezuka, narrando su día a día entre el 2 de junio de 1946 y el 15 de agosto de 1947. Como se destaca en la postdata final de este capítulo, se trata de una adaptación del diario y notas personales de Tezuka en la que el autor ha eliminado en la medida de lo posible contenido de carácter familiar o referencias a la universidad, manteniendo solo lo que hacía referencia o aportaba luz al proceso creativo de La nueva isla del tesoro y Lost World.
Por otro lado, cierra el volumen un epílogo subdividido a su vez en cuatro apartados, uno por cada historia. Se trata de unas pequeñas notas de Tezuka dirigidas a sus lectores con motivo de la recopilación en Japón de las obras completas del maestro por la editorial Kôdansha. En ellas, Tezuka reflexiona tanto sobre la creación de sus historias, como del proceso de edición de aquella colección, que en cierto modo sirve de inspiración para esta Biblioteca Tezuka.
La edición está cuidadosamente diseñada para que el conjunto de todos los tomos de la Biblioteca Tezuka queden homogeneizados en la estantería. Además, resulta muy ambiciosa: en tapa dura y papel de gran calidad, pretende ser una edición definitiva y lujosa, en la línea de lo que ya hicieron con Fénix, aunque con un diseño actualizado. Sin duda, la propia edición constituye un reconocimiento de la obra y del autor, una dignificación de Tezuka en un momento en el que el manga parece comenzar a romper su limitación a determinados círculos para acercarse al gran público, así como a públicos de nicho de procedencias diferentes.
Notas:
[1] Se han publicado más de una veintena de títulos diferentes, algunos en varias ocasiones, por parte de numerosas editoriales, algunas de las cuales siguen en activo y algunas ya desaparecidas: Astiberri (que entre 2013 y 2014 publicó El libro de los insectos humanos y Alabaster), Planeta (tanto con su denominación anterior, Planeta de Agostini, como en la actual de Planeta Cómic), Glénat (que dedicó a Tezuka una línea en la que entre 2004 y 2008 se publicaron Astro Boy, La princesa caballero, Metrópolis, Black Jack, Lost World, Next World y La nueva isla del tesoro), Otakuland (que en 2004 publicó Ayako en dos tomos, Crimen y castigo en uno y Oda a Kirihito en tres), Dolmen (que realizó en 2008 una pequeña incursión en la obra de Tezuka publicando Bajo el aire, una recopilación de historias breves), ECC (que ha contado para reforzar su línea de seinen con La canción de Apolo, Devorar la tierra y Oda a Kirihito, todos editados entre 2014 y 2015), Debolsillo (que en 2016 editó Dororo en un voluminoso tomo único) y Norma Editorial (que en 2010 publicó en cuatro volúmenes La leyenda de Son Goku, la reinterpretación de la historia clásica de Viaje al Oeste realizada por Tezuka entre 1952 y 1959).
[2] La relación de Planeta con Osamu Tezuka se remonta a 1999, cuando publicaron su primer título de este autor, Adolf (en un primer momento en una edición en cinco tomos, posteriormente en 2010 y 2013 recopilados en dos). Entre 2001 y 2004 publicaron algunas historias de Fénix, que recuperaron íntegramente en 2013 en una elegante edición coleccionista. En 2002 editaron Buda, en diez volúmenes, en 2005 el tomo único MW y El árbol que da sombra, en ocho volúmenes. En 2016 se hicieron cargo de una reedición en formato de lujo de Ayako (que ya había publicado anteriormente Otakuland).
[3] Concretamente, Glénat publicó Metrópolis en 2004, Lost World y Next World en 2007 y La nueva isla del tesoro en 2008, todos ellos en un formato tankobon y ediciones muy discretas.
[4] Otros títulos de este mismo momento serían El diario de Ma-chan (su obra de debut, setenta tiras cómicas publicadas en 1946), Angel Gunfinther, un western publicado en 1949, o Faust, la adaptación de la novela de Goethe, que vio la luz en 1950.
[5] La nueva isla del tesoro se publicó en 1947, Lost world en 1948 y Metrópolis en 1949.