Como ocurrió en el caso de los grabados xilográficos ukiyo-e, las porcelanas japonesas comenzaron a apreciarse como piezas de arte antes en Occidente que en el mismo Japón. Esto hizo caer en la cuenta a los propios japoneses del gran valor estético que encerraban los objetos de porcelana que se produjeron en el archipiélago a partir del periodo Edo (1603-1868). El origen de la porcelana, como el de otros descubrimientos de la historia de la cerámica japonesa, fue debido a la influencia coreana. Durante los siglos XV y XVI Japón era en uno de los principales importadores de piezas de porcelana provenientes de China y Corea, siendo estas muy valoradas por las clases dirigentes y los maestros del té. Posteriormente, a principios del siglo XVII, la tradición señala al maestro coreano Ri Sampei[1] como el iniciador de la realización de porcelana en suelo japonés, ya que fue el descubridor de unos depósitos de tierra de porcelana de muy buena calidad en las cercanías de Arita, en la isla de Kyûshû. El descubrimiento alentó a numerosos talleres a orientar su actividad hacia la producción de porcelanas, ya que los japoneses eran conscientes de los beneficios que generaba el comercio de este tipo de piezas. Al principio los ceramistas japoneses imitaron los modelos coreanos de la dinastía Yi, así como a las porcelanas chinas de las dinastías Ming y Qing.
Como hemos señalado, Arita fue el principal centro productor de porcelana en Japón, donde sus talleres se fueron independizando poco a poco de los modelos extranjeros, alcanzando rasgos más acordes con la tradición japonesa. La primera escuela con características distintivas fue la de Imari, cuyas obras llegaron a ser tan importantes que se exportaron al resto del país y al extranjero, llegando hasta el extremo de ser imitadas por los ceramistas chinos, sabedores del éxito de estas piezas en los mercados de Europa y Oriente Medio. El nombre de Imari proviene del puerto desde el cual se exportaban estos productos. Las piezas de porcelana Imari adquirieron una gran variedad de formas y motivos, presentando en ocasiones una calidad no tan sobresaliente como la lograda por otros centros como Kakiemon o Nabeshima, ya que en la realización de este tipo de piezas se empleaba una pasta poco tamizada.
Los objetos más conocidos de la escuela Imari son los denominados Ko-Imari (Antiguo Imari), que se caracterizan por presentar los motivos decorativos en blanco y azul, aunque con el paso del tiempo la paleta de colores se fue ampliando. Los dibujos se realizaban sobre el esmalte de la porcelana, representando motivos decorativos acordes con el gusto de la pujante clase delos mercaderes, apareciendo en algunas piezas escenas tomadas de los populares grabados ukiyo-e. Con el paso del tiempo se fue mejorando la calidad de las pastas empleadas en la realización, así como los motivos de la decoración se fueron perfeccionando. Resulta tremendamente llamativo un tipo de decoración de piezas Imari en la que aparecen personajes y barcos holandeses,[2] los únicos europeos que tenían permitido el comercio con el archipiélago japonés durante los años de aislamiento del periodo Edo, responsables que muchas de estas porcelanas japonesas acabaran en manos de nobles y coleccionistas europeos. Hacia finales del siglo XVIII la popularidad de este tipo de piezas decayó, ocasionando que las porcelanas y los motivos que las adornaban fueran menos cuidados.
Junto a las porcelanas de Arita, la escuela más famosa de las que produjeron piezas ornadas con dibujos policromados es la de Kakiemon, cuyo nombre proviene de la familia productora de estas porcelanas desde mediados del siglo XVII. Las porcelanas Kakiemon presentan unas características que les dotan de un especial atractivo; presentando un cuerpo blanco muy fino sobre el que se disponen los motivos en rojo brillante, azul, verde, amarillo y negro. La decoración más común de este tipo de piezas suele ser la de flores y pájaros (kachôga). A pesar de que los diseños de este tipo de piezas se han puesto en relación con los que solían adornar las porcelanas chinas durante el reinado del emperador Kangxi (1661-1722) en China, en estas los motivos solían ocupar la totalidad de la superficie de la pieza, mientras que en las porcelanas Kakiemon era habitual dejar gran parte del objeto sin decoración.
La tercera escuela de porcelana que mencionaremos, la de Nabeshima, también se producía en el distrito de Arita. El nombre en esta ocasión proviene de la casa de Nabeshima, señores de Saga, para la que se empezaron a realizar estos objetos. Durante el periodo Edo las porcelanas de Nabeshima no se comercializaron, estando reservadas únicamente para el uso de la familia, así como para ser regaladas a otras casas nobles o al propio shogun, realizándose con el mayor de los cuidados, por lo que técnicamente son las porcelanas más perfectas de las realizadas en Japón. Las más célebres de estas porcelanas son las denominadas iro-Nabeshima, o Nabeshima de color, las cuales presentan unos diseños más abstractos que las Kakiemon, de un gusto más acorde con la tradición japonesa. Estas piezas se decoraron con una serie de motivos realizados a base de simples figuras y colores planos, en los que podemos observar una influencia de los textiles del periodo. Los dibujos de la porcelana de Nabeshima se realizaban muchas veces en azul, para ser posteriormente completados con esmaltes de colores, por lo que la perfección del dibujo resulta encomiable. La sensibilidad artística expresada por los motivos decorativos de las porcelanas de Nabeshima, logrados con un sentido muy desarrollado del diseño abstracto, hace que esta sea la escuela más netamente japonesa de las dedicadas a la realización de porcelanas del periodo.
Si bien a lo largo de este texto hemos comentado los primeros centros dedicados a la porcelana que surgieron en Japón, Imari, Kakiemon y Nabeshima no fueron las únicas escuelas dedicadas a este arte. En un artículo futuro nos ocuparemos de la cuarta de las grandes tradiciones de porcelana japonesa, Kutani, cuyas realizaciones adquirieron gran popularidad entre los coleccionistas europeos a mediados del siglo XIX y principios del XX.
Para saber más:
Notas:
[1] Las excavaciones emprendidas por Mikami Tsugio en Arita durante los años 1971-1973 vinieron a contradecir la leyenda sobre la cual se produjo un descubrimiento de tôseki en Izumiyama (noreste de Arita) y que habría permitido al coreano Ri Sampei, el introducir la porcelana en Japón en 1616. Según los descubrimientos de las excavaciones de Mikami, la primera porcelana se produjo en Arita hacia 1600, es decir, con anterioridad a la fecha comúnmente aceptada, estando la intervención de ceramistas coreanos totalmente aceptada, Klein, Adalbert. La céramique japonaise: le guide du connaisseur. Friburgo, Office du Livre, 1984, pp. 87-88.
[2] Más información acerca deldestacado papel que desempeñó la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC pos sus siglas en holandés), en el comercio de porcelanas tanto chinas como japonesas en Europa, en el que la porcelana de Imari tiene especial relevancia, aquí.
Buenos días, soy Zulima Mayor Jurado, estoy finalizando la carrera de Diseño de Moda y realizando mi Trabajo de Fin de Grado. El trabajo esta enfocado a una colección de moda inspirada en la porcelana Kakiemon, pero la verdad es que estoy encontrando muy poca información. Quería preguntarle si podía ayudarme y orientarme un poco en este tema, o bien, decirme donde puedo encontrar buena información al respecto. Muchas gracias!